Cap. 15

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Narra Raquel:

Lucifer pasó un rato más contándome como serían los próximos meses en mi adaptación al infierno, estaba sumamente agradecida por sus consejos y la forma en la que me escuchaba cuando le contaba las cosas que me preocupaban o no entendía de aquí.

-Bueno, Raquel- dijo él levantándose del sofá mientras se preparaba para irse- una última cosa- me levanté con él haciendo sin querer que fuese notable la diferencia de altura- he notado que nos observaban cuando he intentado quitarte la serpiente que tienes en las alas.

Obviamente se refería a la forma en la que Alastor había querido observar toda la escena desde el pasillo sin querer involucrarse o acercarse a nosotros, presumiblemente porque creía que seguía enfadada con él. Me dio un pinchazo en el estómago al pensar en como me había comportado con él, si bien sus palabras no habían sido las correctas, me había negado a dejarle explicarse y lo había echado de mi cuarto cuando vino a disculparse, me había comportado como una niña.

-Te refieres a Alastor- él asintió.

-Ten cuidado, serafina- su expresión se mostraba seria- lleva mucho tiempo en el infierno y ha hecho cosas horribles... No te conviene estar cerca de él- yo le negué con la cabeza.

-Estamos enfadados pero no es malo, al menos conmigo- sonreí recordando como me había ayudado a escapar de Val o como me enseñó la biblioteca- me ha enseñado el infierno y me ha llevado a descubrir lugares que me podían gustar- su rostro se mantenía en una expresión severa.

-Yo solo te aviso, Raquel, ten cuidado, no confíes en demonios y menos en Overlords, es por tu bien- tras esto salió por la puerta conmigo detrás, se despidió de todos antes de ser envuelto en llamas y desaparecer. Miré la sala, tras la marcha de su padre, Charlie se fue con Vaggie a su habitación y yo me acerqué a la barra donde estaba Husk.

-¿Lo de siempre?- yo asentí mientras me servía un cóctel sin alcohol- un día deberías probar una bebida de verdad y no esas cosas que bebes habitualmente- me reí de su concepto de bebida de verdad y le di un sorbo, estaba dulce, como me gustaba.

-Vaya día, eh Husk- él asintió mientras fregaba la barra y hacía cosas detrás del mostrador.

-Yo ya me espero cualquier cosa de este hotel, un día nos bombardean con un zepelín, otro viene el puto Rey del Infierno a vernos... Uno se levanta sin saber si tendrá un día de descanso- agarró una de sus míticas botellas verdes- y sorpresa, ese día nunca llega- le dio un largo trago y se apoyó en la barra- pero imagino que te ha ido todo bien con el jefazo, exceptuando... Ya sabes, la mierda esa.

-Me ha ayudado mucho- apoyé mi rostro en mi mano mientras me inclinaba un poco sobre la barra- hemos hablado de cosas que me están pasando últimamente y él ha sido capaz de darme respuestas... Beneficios de haber estado en mi misma situación, supongo...

-Eso está bien- lanzó la botella a la basura que tenía al otro lado de la barra y sonó como chocaba con otros cristales que debía haber dentro- igualmente, ya sabes que si tienes problemas, muchos se solucionan con esto- señaló más botellas de alcohol y yo negué.

-Agradezco la invitación pero de momento voy a seguir pasando- él se encogió de hombros y se dio la vuelta para seguir arreglando el mostrador, noté movimiento a mi lado y alguien se sentó a unos taburetes de distancia. Husk se giró y automáticamente sirvió un líquido rojo algo denso de una botella que tenía en lo más alto del expositor.

-Aquí tienes, jefe- no me hizo falta para saber quien era mi acompañante, Husk solo llamaba jefe a una persona, a la cual no me apetecía ver ahora por la forma en la que me había comportado anteriormente, la sola idea de hablarle me provocaba un nudo en el estómago... El silencio se estableció y noté como Husk le asentía a Alastor y se marchaba, ahora estábamos los dos solos en la sala.

La serafina (Alastor y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora