Narrador omnisciente:
Alastor se había pasado toda la noche dando vueltas en la cama incapaz de cerrar los ojos sin que imágenes de la serafina deambulando sola por la ciudad o en situaciones peligrosas le acechasen, sentía un nudo en el estómago y un dolor en el pecho cuando pensaba lo que podría pasarle.
Antes de entrar en el hotel había mandado todas sus sombras a buscarla por la ciudad mientras mantenía la mirada fija en el suelo al traspasar las grandes puertas, el único que se había atrevido a dirigirle la palabra había sido Husk, el cual le preguntó si sabía algo, el silencio del demonio fu suficiente respuesta como para entender que seguía sin haber noticias.
El silencio se había instaurado en el hotel, nadie se atrevía a hablar y la mayoría se había resguardado en su cuarto tras la tormenta que los había acechado durante la tarde, Ángel había recogido las cosas y se había marchado a casa de Cherry esperando que el enfado de Alastor desapareciese una vez pudiese hablar con Raquel tranquilamente, pero cuando Charlie le escribió indicándole que seguían sin haber noticias, sintió el peso de la culpa en su interior.
A lo largo de la noche muchas de sus sombras habían regresado sin noticias de la serafina, ninguna la encontraba lo cual intranquilizaba al demonio, pues a estar alturas por lo menos debería tener algún fruto de sus investigaciones.
El cielo empezó a clarear conforme un nuevo día se vislumbraba en el horizonte pero Alastor seguía tumbado en su cama observando el techo, se negaba a levantarse hasta que encontrase un plan de acción que pudiese funcionar y por el momento, no tenía nada.
Tras un tiempo sin moverse, unos golpes en la puerta lo sacaron de su ensimismamiento, no contestó esperando que la persona que los había producido desapareciese, los golpes volvieron a sonar pero la respuesta fue la misma. Giró la cabeza al ver la manilla de la puerta girando y como alguien asomaba la cabeza.
Husk entró en el cuarto buscando al demonio con la mirada, su cara estaba igual de seria que siempre pero al localizar a su amo un pequeño brillo se asomó en sus ojos, lo cual contrataba con el odio al que Alastor acostumbraba recibir de su parte, el ciervo en cambio ni siquiera se movió, lo observó desde la cama esperando a que explicase el motivo por el que había entrado sin permiso en su cuarto.
-Jefe...- empezó el gato- ha llegado una carta para ti de Carmilla- dijo mientras daba unos pasos dentro de la habitación y se debatía sobre si dejar el papel sobre el escritorio.
-Husker- gruñó Alastor mientras miraba con asco al gato- créeme que ahora mismo lo que menos me interesan son las malditas reuniones que hacen los Supremos- dijo mientras pensaba que Husk era realmente tonto al pensar que le iba a importar lo que Carmilla tuviese que decir.
-Jefe...-La carta es para la reunión de esta tarde...- Alastor miró con odio al gato mientras se debatía sobre si sacarlo por la fuerza de la habitación- la última vez que os convocaron uno por uno fue por...
-Raquel- dijo el ciervo mientras se levantaba de la cama de un salto, ¿Cómo no había caído en eso? Solo había habido una vez que les hubiesen convocado con urgencia mediante cartas y fue el día en el que se enteró que buscaban a la serafina.
Arrancó la carta de las manos del gato y la leyó a toda velocidad; era una convocatoria urgente y obligatoria a todos los Supremos por parte de Carmilla y Zestial para que acudiesen a la reunión de ese mismo día, estaba convencido que tenía algo que ver con ella, miró a Husk.
-Hace cuánto la han traído- el gato respiró hondo observando como el aura de su amo se calmaba lentamente.
-Acaban de traerla- dijo mientras esperaba el siguiente movimiento de este, tras múltiples años a su servicio, le extrañaba de sobremanera el comportamiento que este tenía respecto a la serafina, nunca lo había visto preocuparse por nadie que no fuese él mismo y menos de la forma en la que lo hacía, casi hasta la extenuación, en el fondo siempre había pensado que solo era un alma llena de maldad que buscaba alcanzar el máximo poder posible, pero ahora se planteaba que igual él mismo esta equivocado.
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La serafina (Alastor y tu)
FanfictionRaquel, una serafina castigada por desentrañar secretos celestiales, es despojada de su magia y desterrada al Infierno. A medida que Raquel se adapta al caos infernal, encuentra amistades inesperadas y enfrenta desafíos morales que deberá superar co...