Narrador omnisciente:
El demonio le sonrió mientras se dedicaba a besar a la chica, Raquel seguía tratando de soltarse de su agarre pero él no lo iba a permitir, le gustaba demasiado tenerla así de indefensa como para terminar tan pronto con su diversión.
-Deja de intentarlo, serafina, a partir de ahora me encargaré yo...- ella solo gimió, la voz del demonio había abandonado el filtro de radio que poseía siempre y era más grave de lo habitual, lo cual provocó que el cosquilleo de su abdomen no cesase.
La boca del demonio bajó lentamente hacia el cuello de la chica el cual besó mientras dejaba pequeños mordiscos, se moría de ganas por morderlo y chupar algo de su sangre, la había podido ir probando en pequeñas dosis a lo largo del último mes y había sentido su sabor, ahora necesitaba más pero le daba miedo que le trajese malos recuerdos de los que había pasado en la torre de las V's.
La serafina notó como el ciervo mordisqueaba su cuello con cautela mientras ella soltaba suspiros, le encantaba que hiciese eso, pero quería más, quería ser suya en todos los ámbitos y saciarlo a él con el mismo placer que le estaba proporcionando.
-Muérdelo- gimió mientras el demonio lamía un pequeño hilo de sangre que caía hacia su escote, Alastor la miró con los ojos oscuros, deseaba que ella pronunciase esa frase y notó como el deseo se hacía con el control de su cuerpo- Al, si alguien puede hacerlo, eres tú, ~bébeme~- esto último lo gimió pues el demonio ya se encontraba lamiendo con fuerza la zona que se preparaba para devorar.
-¿Estás segura?- preguntó esperando que no cambiase de opinión, la serafina asintió mientras observaba como los ojos del ciervo se estaban oscureciendo cada vez más y sus orejas temblaban con deseo- bon appetit- murmuró para sí mismo antes de clavar sus dientes.
Raquel notó el mordisco aunque debido a la excitación no le dolió, notaba como el ciervo bebía su sangre con ansia, conforme lo hacía sus cuernos se agrandaron lentamente dejando que la chica apreciase lo intimidante que podía ser su pareja. La chica soltó un gemido cuando él se separó de su cuello, Alastor la observó desde arriba mientras el dorado decoraba sus labios y caía lentamente hacia su cuello, notó como los pantalones le apretaban cada vez más al verla tumbada con la respiración agitada y la marca que él le había hecho decorando su cuerpo.
Se lanzó de nuevo a por sus labios pero esta vez de una forma más violenta, necesitaba tenerlo todo de ella, ya no había marcha atrás, la deseaba demasiado, la deseaba como no había deseado a una mujer en décadas y quería tenerlo todo de ella a la vez que se lo daba todo de él, ella trató de seguirle el beso mientras conseguía soltar una mano del agarre.
Pasó la mano por el cuello de él atrayéndolo más y haciendo que la distancia entre sus cuerpos fuese nula, el pecho de ambos chocó junto con el resto de sus anatomías, momento en el que la serafina captó el bulto que poseía el ciervo en la parte baja de su cuerpo, gimió involuntariamente al sentirlo.
Alastor sonrió ante esto y se separó un poco, la chica estaba ruborizada por el calor que sentía y el placer que él le estaba dando y eso era lo que más prendía al demonio, miró los pechos de ella, desde que la había conocido había tenido algunos sueños con como serían pero por primera vez los tenía delante.
Soltó la otro mano de la ángel para bajar lentamente por el cuello y escote de la chica, ella solo suspiró cuando notó como él lamía el inicio de sus pechos, la lencería que portaba la chica era sugerente, la hacía ver sumamente atractiva, pero no tenía tiempo ni ganas de quitársela con cuidado pues cada segundo que pasaba la presión de sus pantalones se hacía más incómoda, por eso mismo agarró las tiras de tela que conformaban el pentagrama del pecho de ella y las arrancó de un estirón, ella lo miró con los ojos muy abiertos y él le sonrió con picardía, hizo lo mismo con la parte del sujetador, dejando que los pechos de la chica quedasen al aire.
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La serafina (Alastor y tu)
FanfictionRaquel, una serafina castigada por desentrañar secretos celestiales, es despojada de su magia y desterrada al Infierno. A medida que Raquel se adapta al caos infernal, encuentra amistades inesperadas y enfrenta desafíos morales que deberá superar co...