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Someone come and save me, please

"Que alguien venga y me salve, por favor"


Al despertar al día siguiente, me encontré con mi mente sumida en un mar de caos, temiendo que el mundo se caeria sobre mí cuando menos lo esperara.

Durante la mañana me quedé encerrado en casa, intente despejar mi mente de todas las maneras posibles, pero era inutil.
Dejar correr el tiempo era lo único que me quedaba.

Las horas pasaron lentamente hasta que llegó la tarde. Me sentía cansado a pesar de no haber hecho casi nada en el día, y mi ánimo estaba totalmente por el suelo.

Pero ya me había acostumbrado a ese sentimiento, era parte de mi rutina. Incluso había días en los que simplemente no aguantaba más y aún así tenía que soportarlo.

Al final, para no hundirme más en la desesperación resolví salir a caminar.

Recorrí los mismos lugares de siempre, nunca me había atrevido a tomar otra ruta. Aquellas calles que ya me sabía de memoria me traían recuerdos que, de alguna manera, lograban llenar una parte del vacío que sentía.

Antes de ponerse el sol me encontré parado en el lugar donde te vi el día anterior, quise continuar mi camino y dejarlo pasar, pero una voz en mi cabeza me decía que tal vez debía quedarme.

Así lo hice, me dirigí hacia una banca ubicada a un lado de la calle y me senté. No te lo voy a negar, me quedé porque una parte de mi quería verte una vez más, deseaba pensar en una realidad menos oscura y deprimente. Porque así había interpretado lo que me había pasado contigo, creí que si te volvía a ver sentiría lo mismo.

Contaba a las personas que pasaban para no darle paso al aburrimiento. Mentalmente me dije que si no te veía al llegar a cien, volvería a casa.

Los minutos corrían lentamente y los faroles de la calle se empezaban a encender.

A esa hora pasaban muchas personas, esa zona siempre solía ser bastante concurrida, así que no tarde mucho en contar.

Algo me decía que lo ocurrido contigo solo había sido un fugaz encuentro que tal vez jamás se repetiría. Aunque me intentaba convencer de eso, seguía aferrado a la idea de que quizás no sería así, que existía una pequeña posibilidad de verte de nuevo.

No me equivoque. Cuando solo faltaba una persona para completar la cifra, apareciste.

Aunque te vi de lejos, el sentimiento que había experimentado se repitió.

Todos los que caminaban por la calle se detuvieron y se empezaron a desvanecer, solo te veía a ti.

En esa ocasion caminabas un poco menos apurada, asi que pude detallarte mejor, cargabas una pequeña mochila azul y vestias de una manera informal, no parecías ser muy alta, tampoco muy baja, a considerar por la distancia desde donde te observaba solo podía decir eso, pero sin duda lo que mas me llamo la atencion de ti, fue tu largo cabello negro.

Entonces la sensación de ver algo más allá de la pesadilla que era mi vida regresó, y el extraño pensamiento de que eso me recordaba a algo volvió a tomar fuerza.

Cuando te alejaste de mi campo de visión tuve el impulso de ir tras de ti, intente contenerme para no parecer un acosador, pero igual lo hice.

Te seguí a una buena distancia y tomaste un par calles diferentes a las que acostumbraba a andar, pero no me importó, solo quería saber que llegarías bien al lugar que fueras.

Dos cuadras más adelante note que empezaste a caminar mas rapido, pense que tal vez habías advertido mi presencia y te habías asustado por imaginar que iría a hacerte algo.

Llegaste al punto de correr y me alarmé al creer que de verdad pensabas de esa manera, porque lo último que quería era hacerte algo malo. Solo que entonces cruzaste una calle y pude ver como detuviste a una mujer que estaba por cerrar la puerta de un pequeño edificio.

Ella te dejó entrar luego de un momento, la puerta se cerró tras de ti y yo me quedé parado como un idiota en el otro lado.

Un minuto o talvez una hora después, cuando retome la conciencia nuevamente fue que regresé a casa.

Apenas atravesé la entrada volví a mi mundo, como un tirón de la realidad para que me bajara de la nube.

Pensé otra vez en cómo era mi vida, en cómo a pesar de que por una vez me pasaba algo diferente, y eso era bueno, aun seguía atrapado.

Atrapado en la ansiedad que me producía no poder sentirme bien por una sola vez, atrapado dentro de mi propia cabeza que no paraba de gritarme que todo estaba mal.

¿Por qué no podía ser feliz por un solo instante?

¿Algún día realmente estaría bien?

En ese momento no lo creía posible. Dicen que cuando tocas fondo, la única opción que te queda es volver a subir, pero ¿qué pasa cuando solo caes?.

No sentía haber tocado fondo, me sentía cayendo dentro de un agujero. No existía un fondo que tocar.

En ese punto no tienes esa opción de llegar al suelo, pero tampoco de regresar, es un bucle infinito en el que solo caes, la oscuridad te consume de una forma lenta y dolorosa, porque sabe que ni aunque quisieras podrías escapar de ella.

Sentía que en ese agujero mi mundo era de un tono gris, como un cuadro pintado que realmente no mostraba nada. No había colores vibrantes, ni un bonito paisaje, solo la monotonía de ese gris oscuro que se extendía a mi alrededor.

Como si el artista que lo hubiese pintado solo hubiera tenido en mente dejar manchas al azar, pero que de alguna forma lograrian plasmar lo que era la desesperanza y la desolación. Algo como el reflejo de un alma apagada que solo buscaba el camino para encontrar su luz, para que la salvaran de seguir cayendo.

¿Realmente serías tú mi salvadora?

BLUE & GREY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora