You are the cause of my euphoria
"Tú eres la causa de mi euforia"
Aquel día de navidad, aquel veinticinco de Diciembre, luego de haber aceptado ayuda y pasar un mes en visitas frecuentes con la psicóloga, pude decir que me sentí realmente renovado.
Con la terapia había empezado a desprenderme un poco del dolor, no había logrado dejar la culpa de lado, pero al menos sabía que estaba avanzando de a poco.
Te acompañe a tu graduación dos días después de la mía, me sorprendió no ver a tu tía, pero lo deje pasar porque tú estabas muy feliz así.
La exposición para presentar finalmente todos nuestros cuadros fue en esa misma sala donde vi tu pintura, y lo sentí como algo muy simbólico.
Mi hermano y la abuela nos habían acompañado, Mía finalmente tenía su obra colgada junto a la nuestra también.
—Si que fue una sorpresa —Dijo ella cuando vio nuestras pinturas.
No habíamos dejado ver a nadie fuera de la directora el trabajo final, sería la revelación de la noche, a todos nuestros compañeros les encantó.
Los cuadros eran una corriente entrelazada, el mio era una silueta de dos personas tomadas de la mano, dentro de ellas habían plasmadas todas las cosas que nos gustaban, representandonos claramente a nosotros dos, el tuyo era un hermoso campo de tulipanes de todos los colores con un atardecer de fondo, que era el que esas dos figuras observaban desde lo lejos.
Habías hecho el sacrificio de dejar los tonos grises, oscuros y deprimentes, para plasmar todo un mundo lleno de color, que era prácticamente el nuestro.
—¿Nos podrías por favor tomar una foto? —Le pedí a Mía.
Ella aceptó y nos paramos frente a los cuadros de la forma que se vieran también.
Poco antes de poder escuchar el “click” de la cámara, pude notar como te levantaste de puntillas hacia mi para rodearme el cuello con tus brazos.
—Te amo Jack —Susurraste en mi oido.
Luego, me diste un suave y cálido beso en la mejilla.
Sonreí como nunca lo había hecho, la felicidad desbordaba mi corazón rompiendo las redes de espinas, liberandome de gran parte del dolor, quitándome esa pesada carga de mi espalda. Ayudándome a extinguir por completo la oscuridad que se había sernido sobre mí.