사람들은 다 행복한가 봐
"Supongo que todos son felices"
Un día antes de navidad fui al hospital a visitar a mi abuela, quien llevaba varias semanas internada.
Pasé toda la mañana con ella, hablamos de varias cosas, me preguntó por mi vida, como me iba y todo lo que había hecho, le conté como había sido la escuela y de mi deseó de verla curada para la graduación.
Quería hablarle también de ti, de lo que había sentido al verte y todo lo que tenía rondando mi cabeza, pero también de lo mal que la estaba pasando al no sentirme completo.
Solo que no logré encontrar las palabras.
Igualmente, no contaba con que ella llevaba años conociéndome.
Sabía más de mí que incluso yo mismo.
Y en aquella visita me dijo algo que quedó resonando en mi cabeza durante mucho tiempo:
— La felicidad no siempre viene de afuera. A veces está en ti, en aprender a apreciar lo que ya tienes y en aceptar que las personas van y vienen en nuestras vidas. Vivimos poco para preocuparnos demasiado Jack. Deja ir eso que tanto te está lastimando, sigue adelante y no te aferres a lo que piensas que pudiste cambiar, y entiende que nunca estuvo en ti decidir.
Su comprensión me reconfortó, pero al salir del hospital en la tarde, cuando observé a las personas que caminaban por las calles, note que todos parecían ser felices.
Y todos tenían a alguien más a su lado, eso me hizo cuestionar las palabras de mi abuela.
A diferencia de ellos, me sentía como una mancha oscura y borrosa entre tanta luminosidad.
Entonces pensé que igual que los demás, tal vez si necesitaba a alguien para ser feliz, para estar bien.
