¿Estarás cerca de mí? [Papulince x Panafresco]

40 - Sueño y recuerdo.

La pareja ya había hecho bastante durante la última semana, y se acercaba el final de las clases. El día era hermoso, el sol ardía con delicadeza y el viento se llevaba el calor, aunque lamentablemente estaban más cerca de que anochezca. Las manos de ambos se encontraban entrelazadas, viendo una película de terror junto a Margarita por su aniversario de un par de meses.

Luis abrazaba a su pareja ciertamente cómoda, ocultando el miedo y la impresión de las imagenes sangrientas e irreales. Margarita a penas tenía miedo, solo le daba cierto asco ver tanto el cuerpo humano ser torturado de la manera en la que se mostraba.

–Ay no, ¿Van a cojer otra vez?- Murmuró Margarita, aún incómoda con lo que estaba viendo.

–Parece porno en vez de película de horror.

La película tenía imágenes exageradamente horribles, no había segundo en que Miguel vaya a vomitar o tome medio litro de agua desde la jarra. El castaño se tapaba los ojos la veces que había imágenes demasiado fuertes o con sexo en medio.

La película ya estaba cerca de finalizar, y en la parte más "fuerte" provocó que el pelinegro desee vomitar, entre sollozos delicados. Pausaron la película, para poder tranquilizar al más bajo de todo lo que había presenciado.

-Me da tanto asco, por dios... No quiero seguir viendo, voy a vomitar hasta mi sistema digestivo- Hablaba entrecortado, vomitando sobre el inodoro mientras el castaño sujetaba su cabello.

Margarita se quedó viendo la película tranquilamente, sintiendo asco pero soportando para poder finalizar y entender la trama, cosa que le apasionaba de alguna manera.

La pareja ya estaba esperando dormir, el más bajo se acurrucaba en el pecho de su chico, abrazándolo desde su cintura y dejando escapar suspiros entre su respiración agitada.

– ¿Seguro que estás bien? Puedo traerte algo...-

–Si, mi vida, no necesito nada, no quiero seguir vomitando...

El ruido en la habitación cesó, pero no el silencio alrededor por las peleas callejeras y el ruido de la película que seguía viendo Margarita. La pareja estaba en silencio, pensando y acercándose lentamente.

El más bajo subió hasta el rostro de su pareja, dándole un beso calmado y cariñoso. Siguieron com la misma acción por un prolongado tiempo, sintiendo como cada vez era más apasionado.

No era la primera vez, ni la segunda o tercera que comenzaban a sobrepasar el límite de cariño y ser más intensos con el otro para llegar a cierto placer. Entrelazando sus manos se separaron para respirar, aunque ahora no volvieran a juntar sus labios en ese momento.

–Te amo, te amo tanto...

–Y yo también, mi vida.

Susurraban, aún sintiéndose avergonzados de expresarse entre sí, por más que lo hicieran por bastante tiempo ya. Se expresaban más con la mirada, con los roces, y no tanto con las palabras.

–Vos... ¿Crees que vamos a estar juntos en algún futuro?- Preguntó Luis, acariciando el cabello oscuro de su pareja.

–Bueno, no lo veo improbable, si todo sigue así... Creo que estaría más que seguro.

–Quiero seguir estando contigo, en los próximos 10 años al menos...-

– ¿Cuando tengamos ya 25 y 26?

–Si, exactamente, ¿Estarás cerca de mí?

El más bajo sonrío, acostándose con su pareja, preparándose para dormir. El castaño temía hacerlo sin razón alguna, sentía que al hacerlo algo malo pasaría aunque así no fuese, solo estaba inseguro, con miedo del futuro y lo que le traería

–Espero que en 10 años sigamos estando cerca.

"Beep, beep, beep"

La alarma del castaño sonó, despertando en un techo diferente, con una extraña sensación y sitiendo que algo a su lado faltaba. Sentía por un momento, que ese miedo había dicho algo más que inseguridad.

Vió como su cama no era igual, y como su cuerpo se sentía diferente. Sus ojos lentamente se humedecian, hasta que vió llegar al pelinegro desde el baño, volviendo a acostarse en la cama con cansancio.

– ¿Sabes que cumplimos hoy?

Al escuchar esas palabras, cayó en cuenta que lo que había "soñado", no era una situación irreal, solo el recuerdo que había llegado a su cabeza durante esas últimas horas. Sonrío con delicadeza, abrazando a su pareja con fuerza.

–10 años y un poco más de novios, ¿No?

–Exactamente. Pero no quiero hacer nada...

El más bajo pero ahora más alto estaba exhausto, sentía como sus párpados caían al sentir la almohada en su rostro. El castaño rió y se acostó igual con su pareja.

–Sigamos durmiendo, tuve un sueño bastante... Lindo, o más bien un recuerdo.

–Ah... que bueno.- Murmuró, durmiendo profundamente otra vez.

El castaño acarició sus cabellos oscuros, ahora con mechas azules. Sentía como sus ojos se cerraban, pero simplemente no podía dejar de pensar. Había cumplido algo que deseó, pudo llegar a algo que estuvo aspirando por tanto tiempo, y simplemente había conseguido algo que a muchas personas les gustaría también, estar aún cerca de quien amaron verdaderamente por primera vez.

Fin.

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