¿Estarás cerca de mí? [Papulince x Panafresco]

5 - Amabilidad innecesaria

Dios, me ponía nervioso esperar las horas para ir a su casa, podría simplemente no ir, tirarle una excusa, y él entendería porque es demasiado amable, pero simplemente quería. Era un buen amigo, por más tarado que sea.

No me tardé en arreglarme, ya que solo era bañarme, vestirme y peinarme, pero si tardé en hacer que mamá durmiese, ya que otra vez había llegado ebria a casa y tenía que obligarla a acostarse para que no me lastime con lo más cercano que tenga a ella.

Infortunadamente, no la cuidé lo suficientemente bien y me hizo caer sobre el borde de la silla, lesionando mi ojo con la punta de esta. Podía disimular el golpe con mis anteojos, así que no había ningún problema. Unos minutos antes de salir ví su mensaje.

"retrasado mental: vas a venir viejo? ;v"

Si, si iba a ir, pero era tan vergonzoso admitirlo, porque el había repetido varias veces que si no quería, no vaya, pero yo si quería ir, y no quería que supiese que lo quería.

Sin pensarlo mucho, salí de casa y fui a la ubicación que me había pasado. Mientras más me acercaba, más sentía que debía volver, y más sentía que no estaba bien que vuelva a dejar a mi madre, haciendo que se despierte sola otra vez.

Después de unos minutos, ya me encontraba frente a su casa, pensando que debía hacer para llamar su atención, ¿No es obvio? Me estaba costando pensar algo tan sencillo como mandar un mensaje..

estoy afuera 😐
16:36

Después de unos segundos de que me haya leído, abrió la puerta, y me recibió como siempre hace.

– ¡Si viniste! Pensé que te arrepentirias, papu, ¡entra, sin miedo al éxito!

Entré, viendo la sala principal y como quien parecía ser su madre lavaba los platos.

–Mami, invité a un amigo a casa, vamos a jugar videojuegos–. "Amigo".

–Bueno, dime si necesitas algo.

Entré con él a su habitación, y mientras él balbuceaba acerca de los videojuegos que tenía, yo observaba su habitación. Tenía varias objetos que tenían que ver con Marvel, de Sailor Moon y uno que otro póster de una banda de rock latino, era agradable.

–...entonces, ¿Que quieres jugar?– Interrumpió mis pensamientos, mientras intentaba procesar todo lo que habia dicho y no escuché.

Después de un intento de procesar, habíamos elegido jugar un juego que le gustaba, el cuál realmente no recuerdo su nombre pero era de tortas que pelean entre ellas... si que era un retrasado mental.

El tiempo pasó muy rápido, y yo no podía hacer más que pensar acerca de como era tan bueno jugando cualquier mierda. Desde que le mandé ese mensaje habían pasado 4 horas, cuatro horas de puro jugar y charlar acerca de polémicas de Tiktok que él no entendía y yo le explicaba. No mucho después revisé mi celular en un descanso de jugar.

"3 Llamadas perdidas de Lucía"

Mierda, ya había despertado hace 1 minuto, probablemente querría saber dónde estoy y por qué la dejé, y sin darme cuenta ya estaba llamando de vuelta.

– ¡¿Dónde mierda estás, pendejo de mierda?! ¡Te llevo llamando hace rato! ¡¿Otra vez te fuiste sin avisar?!

–Estoy en la casa de un amigo, mamá.

– ¡Ah, si, por eso tenés que dejar a tu madre sola! ¿¡No!?

–Mamá, cálmate, puedo ir ahora mismo si queré—

– ¡Déjate de joder! ¡Si no vas a estar acá desde un principio, no lo estés ahora! ¡Me voy a follar a alguien y se va a dormir acá! ¡Andate a la mierda, Miguel!

Y me cortó. Un silencio incómodo hubo en la habitación, Luis me miraba con curiosidad y preocupación, pero yo evitaba verlo.

– ¿Está.. todo bien?– Preguntó inocentemente, con un rostro apagado.

–Si, solo me llamó mi mamá enojada, no es nada grave.

–Ya sé que no somos amigos desde hace rato, pero si querés hablar de algo, podés contar conmigo...

Verlo decir esas palabras, sin un claro sentido, hizo que comience a temblar. No podía llorar, estaba evitando hacerlo, porque no tenía sentido. Ya me pasó varias veces antes, no tenía por qué sentirme mal, pero quizá lo que quería hacerme llorar era su amabilidad conmigo.

Quería hablarle, responderle, decirle todo lo que me pasaba, pero simplemente no podía. No podía hablar, porque si comenzaba a hacerlo iba a llorar, y no podía hacerlo en frente de él. Pero no pude evitarlo, entre lágrimas le conté acerca de mi relación con mi mamá, pero no me atreví a contarle el por qué. Como si fuese lo más especial del mundo, se acercó y me abrazó con fuerza.

–Lo siento mucho, enserio, y gracias por haberme contado. No mereces en absoluto nada de lo que te hizo.– Sus palabras hicieron que llorara sobre su hombro.

Como si fuese instantáneo, le pregunté si podía dormir en su casa, y el con gusto me dijo que sí. Afortunadamente tenía un colchón de más en su casa, y dormí en él después de que le ponga sábanas y avisara a su mamá que dormiría. Sin duda, fue la primera noche en la que dormí cómodamente.

  ｡⁠*ﾟ⁠+*⁠.⁠✧