[Capítulo 200 palabras más largo]
[Sin música, escuchen ustedes algo queseyo]
[Se habla del abuso tanto sexual como físico.]Los nervios inundaban la habitación, siendo Miguel el más afectado por ese sentir tan agobiante, mientras su pareja se limita a consolarlo cariñosamente para calmar su ansiedad. Margarita se encuentra más calmada, pero aún algo tensa por la situación.
Todos se encontraban esperando a quien sería la abogada, que se quedaría dos horas para hablar con la castaña, y observar el ambiente en el que se ha estado quedando el pelinegro. Margarita cocinaba un almuerzo, un poco más preparado de lo normal.
– ¿Necesitas ayuda o algo, mami?– Preguntó Luis, preocupado e intentado ayudar.
–No gracias, tengo todo el orden.. ¡Pero la conch... un poco más y se me quema!
La mujer se encontraba nerviosa, y mientras ya servía el estofado el timbre sonó.
–Andá a abrir vos Luis, yo ya voy terminando de hacer esto.
– ¡Voy!
Miguel se encontraba increíblemente exhausto, de literalmente nada más que la ansiedad que lo rodeaba. No sabía como comportarse al frente de una abogada, o que decir, prácticamente nada. Sentía presión al tener que estar frente a alguien que vaya a interrogar el ambiente "familiar".
La mujer entró, ya habiendo saludado al castaño, y dirigiéndose a Margarita. Ambas adultas estrecharon sus manos y se saludaron cordialmente, mientras que los chicos preparaban la mesa con una silla de más.
– ¿Le gustaría comer? Oh bueno, no sé realmente, estará aquí un buen rato..
–Un vaso de agua está bien, no se preocupe.
Todos se encontraban ya en la mesa, mientras la abogada saludaba a Miguel, observándolo con detenimiento, al ver como se encontraba su lenguaje corporal. Luis agarraba su mano por debajo de la mesa, haciendo que el pelinegro se relaje bastante más.
Una charla acerca de la situación se armó entre Margarita y la abogada, mientras los chicos comían, ignorando la mayoría de lo que dirían. El más bajo miraba su comida y comía lento, estando pensativo, hasta que una pregunta lo hizo volver a la realidad.
–.. ¿Miguel? ¿Te gustaría hablar acerca de la relación que tienes con tu madre?
El chico miraba ligeramente confundido, pero asintió con la cabeza algo dudoso y con cierto miedo de tener que expresar todo eso a alguien que claramente no era de confianza, pero tenía qué para poder resolverlo todo.
–Ah.. bueno, ¿Me va a preguntar? o ¿Lo explico así nomás?
–Como te sientas mas cómodo.
El chico comenzó a hablar algo tímido, hablando desde la negligencia, abusos, hasta las veces que pasaba hambre o en dónde su madre había tratado matarlo. Habló de como minimizó todas las veces que el hermano de Lucia intentó tocarlo, "jugar" con él, como cambiaba de amante todas las semanas y hasta algunos de ellos intentaban herirlo o abusar de él.
La abogada quedó boquiabierta, al igual que los otros dos que se encontraban sorprendidos por la cantidad de cosas que sufrió Miguel. Mientras más hablaba más gráfico era lo que decía, casi llegando a mostrar las cortaduras que su madre le dejaba y las quemaduras que sufrió de varias formas. Luis sostuvo su mano, demostrando que ya era suficiente con su mirada de preocupación, estando a punto de llorar. El chico paró, sentándose otra vez y finalmente terminando su comida.
–Y bueno, eso, no sé si será suficiente o algo.– Dijo para finalizar, los demás lo miraban con inquietud.
–...Voy al baño, un segundo.– La abogada dejó la habitación, yendo a vomitar después de todo lo que acababa de escuchar.
La habitación quedó en un silencio incómodo, ansioso y preocupante, Margarita tomó los platos y comenzó a lavarlos al llegar a la cocina, Luis estaba al borde del llanto, conteniendo las lágrimas.
–L-lo siento tanto, como.. ¿Como siquiera te mantienes calmado y riendo acerca de eso?... ¿Estás bien?– El castaño murmuraba, intentando no llorar.
–No te preocupes, mi amor, estoy más que bien ahora, lo único que me atormenta son las cicatrices, pero me siento bien acá, está bien..– El pelinegro trataba de calmarlo, no sabiendo como realmente.
La abogada volvió, viéndose tan pálida y poco sana como justo después de escuchar todo lo que Miguel decía entre risas, por más trágico que haya sido. Se sentó en la mesa, buscando las palabras para continuar el tema.
–B-bueno.. podrías, ¿Contarme acerca de como has estado al vivir aquí? Con tu amigo y su madre.– Los chicos se miraron entre ellos, sabiendo que de amigos poco tenían.
El pelinegro explico con lujo y detalle la forma en la que su salud mental mejoró, no solo con estar con Luis, si no en como pudo sentirse realmente vivo al estar cerca de Margarita y su pareja— Aunque no diga explícitamente que lo era—, diciendo que eran las personas más amables y consideradas que alguna vez haya conocido.
La abogada lloraba de lo conmovida que se sentía al escuchar la historia del pelinegro, gastando varios pañuelos que Margarita le había dado. Apenas podía escribir con las lagrimas cayendo.
– Es el primer caso que he tratado que me ha conmovido tanto en toda mi vida, por dios, haré todo lo posible para que consigas la custodia, Margarita..– Hablaba entrecortado, derramando lágrimas y respirando con dificultad.
La abogada se fue, después de todo el llanto que derramó. La pareja y la castaña se encontraban aliviados, y festejando por el gran éxito que tuvo la visita. Haciendo que todos vayan a descansar para poder despejar su mente de tantas turbulencias.
La pareja, acostada, se abrazaban con fuerza, apretando sus cuerpos con el otro y mirando hacia el techo, entrelazando sus manos, sonriendo y disfrutando todo lo podían.
–Me siento muy feliz contigo.
–Digo totalmente lo mismo, mi amor.– Susurró el pelinegro.
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¿Estarás cerca de mí? [Papulince x Panafresco]
Ficción GeneralSolo una historia (Muy lenta) de papufresco, panalince, papulince x panafresco x papulince o como quieran llamarlo!! Inspirado en: @/_uvuluxya_ & @/yotmbqueria (AMBQS EN TIKTOK!) Dibujo de la portada: @/superhipermegaepicmisi (EN TIKTOK, TMB!)