¿Estarás cerca de mí? [Papulince x Panafresco]

21 - Simple amar.

[Este tipo de capítulos son para actualizar la situación de cada uno, por más insignificantes que sean esos detalles. Siento que sea muy vago 😭]

Ambos chicos habían seguido el fin de semana pacíficamente, guardando el "secreto" de su relación a la madre del castaño, durmiendo juntos y disfrutando su tiempo como pareja.

Como el pelinegro ya se sentía mejor físicamente y no tenía moretones alrededor de su rostro, ya era hora de que volviera al colegio. Ambos fueron juntos, claramente, intentando ser discretos en cuánto a demostrarse amor.

– ¿Puedo... Agarrar tu mano en clase?

– ¿Ah? Bueno, si vos querés, yo no tengo ningún problema... ¡De hecho suena bien! – Contestó el más alto, sonriendo.

Ambos entraron al colegio, y seguidamente a su salón. Muchos miraron con ligera sorpresa el hecho de que llegaran juntos, o que siquiera había llegado el pelinegro al salón. Se sentaron, y esperaron a la profesora.

Fernanda le hacía señas a el castaño, preguntando con las manos si podía mencionarlo enfrente del más bajo, siendo la respuesta negativa. Sofia le llamaba la atención a Fernanda, así como el pelinegro se lo hacia a su pareja cuando la profesora entró con una cara horrible en el aula.

– Alguien en el colegio, no sé quien, ni como, escribió en una de las paredes algo horrible sobre mí, que no voy a decir... No, de hecho, si lo haré; decía "La profe Sotelo es una zorra, y me la chupa muy fuerte".– Ambos chicos intentaron no reír, golpeando al otro cuándo estaban a punto.

La clase después de ese gran discurso acerca del respeto siguió como si nada. Las tareas fueron igual de complicadas como siempre lo han sido, y los chicos se ayudaban mutuamente con eso.

Mientras descansaban después de haber hecho toda la tarea, uno de ellos, el castaño, comenzó a sentir algo rozar su mano. Era el pelinegro que intentaba agarrar su mano discretamente, y durante ese pequeño momento que Luis cedió, sintieron como si no hubiese nada malo alrededor.

Claro, era solo un sentimiento, porque cierto chico, unos bancos más al frente, podía verlos. Los observaba con atención, leyendo sus movimientos, mirando sus rostros, pensando en ellos y en lo que podía hacer.

La clase finalizó, y la pareja se quedó en el aula, esperando que todos se fueran, viendo como Fernanda y Sofia se quedaban también, igual de juntas.

Los chicos se sentían ciertamente cómodos, y como nadie parecía ver desde afuera del aula, se acercaron y quedaron abrazados el uno con el otro, cariñosamente unidos.

– ¡Aww! Los— Sofía cerró la boca de Fernanda brutalmente, haciéndole señas de que tenía que callarse.

– ¿Acaso Sofía sabe también?– Preguntó el pelinegro, con cierta inseguridad.

–Yo no le dije nada...– Respondió igual de inseguro.

Ambas parejas quedaron calladas, mientras que Luis le escribía nervioso a la pelirroja si le había dicho algo a quien era su mejor amiga, teniendo como respuesta simples puntos suspensivos.

El pelinegro, mientras tanto, hacia un contacto visual agresivo con la castaña, expresando una profunda duda acerca de los conocimientos que poseía la otra. Fue como una guerra de miradas en dónde se podía pestañear.

...

Las clases llegaron a su fin, después de un complicado día para los chicos que iban juntos hacía la misma dirección. Ambos se tentaban por tomar sus manos pero sufrían el miedo de que esos hombres de dudosa apariencia no estuvieran de humor para ver dos chicos juntos en la calle, siendo que no parecían muy tranquilos tampoco.

Llegaron a casa, y al segundo de haber entrado ya se encontraban yendo a la habitación para acurrucarse con el otro y ver tiktoks juntos, olvidándose de todo lo que los rodeaba.

–Luis, te tengo que decir algo.– Le susurró, saliendo de la aplicación en la que hace unos segundos estaban disfrutando ver.

–Si, dime ¿Pasó algo?– Contestó, preocupado.

–Te amo.

–... Yo también te amo, Miguel.

Sonrieron, y se abrazaron con fuerza mientras reían con el otro por la felicidad. No podría nunca terminar las veces repetidas en las que mencione que estaban sintiendo felicidad y placer de poder estar en una relación así, en donde no había ninguna emoción negativa por el otro.

Sus manos se entrelazaron, y se miraban con aprecio y amor verdadero mientras acariciaban el cabello del otro, siendo tentados por el deseo de poder estar más cerca de lo que estaban, por más unidos que estén.

Sus rostros se acercaron, mientras sus respiraciones se intercambiaban y sus ojos únicamente observaban en dirección a los labios del otro. La distancia entre ellos disminuyó fuertemente, pero volvió a aumentar cuando el sonido de que alguien entró a casa los hizo separarse de los nervios y el miedo a ser descubiertos así.

Fue como volver a revivir el momento en el que se habían hecho novios, pero ahora era el momento de llegar hasta cierto punto de pareja. La misma situación de volvió a repetir, así como los días desde que se habían dicho un simple "Te amo".

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