𝕽𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (Pedro Pascal) [PAUSADA]

22. ME TIENE ROGANDO

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❝ Tienes una jodida forma de irritarme ❞

No podía negarlo, sentía aquel escalofrío recorrer mi columna vertebral cada que lo miraba, y es que no podía comprender cómo podía provocar tantas emociones con una simple mirada. Tal vez eran aquellos oscuros ojos, su cabello platinado o la inusual y sensual forma de dominar al público.

Aquel hombre era el protagonista de mis sueños más eróticos. Soñando despierta, que me toma de los hombros y arrincona contra la pared, o, que me coloca brutalmente contra la mesa y me hace suya.
Cada una de mis fantasías, se resumía en aquel hombre y yo, en una diminuta habitación, silenciando mis deseosos gemidos.

- A ese hombre le falta una buena ronda de sexo - expresó Mikaela, mi compañera de servicio en Jackson mientras lo mirábamos dar un discurso. Su rostro envejecido lo hacía lucir jodidamente atractivo, incluso más que cualquier joven de la comunidad.
No pude evitar reír ante su comentario - Solo piénsalo, ¿hace cuánto no lo ha usado, a caso no has visto ese rostro inexpresivo? Sin duda le falta sexo, y mucho.

Ambas dejamos de reír al escuchar un carraspeo mientras todas las miradas se posaban en nosotras.
Joel nos miraba un tanto confundido pero sobre todo molesto por interrumpir su discurso.

- ¿Quieren decir algo? - preguntó con rudeza, logrando que un extraño calor se albergara en mi interior. Ambas negamos antes de que este prosiguiera, no sin antes darnos una última mirada y, continuar.

Aquella junta demoró un par de minutos más antes de notar cómo todos se dispersaban, sin embargo, había perdido la noción al posar mis ojos en él.

Mikaela golpeó su codo contra mi costilla, notando a Ellie caminar hasta él. Miré con detenimiento cada movimiento, sorprendiéndome que con aquella chica, Miller parecía estar feliz.
Tragué en seco antes de caminar hacia la salida, mientras mi compañera me esperaba fuera.

- T/n - mencionaron, logrando detenerme. Mi sorpresa fue grande al saber que Joel se encontraba a centímetros de distancia. Sin poder creer que este sabía mi nombre - ¿Puedo hablar contigo?.

Miré con rapidez a mi compañera, quien simplemente asintió y señaló hacia nuestra cabaña.

No podía mirarlo tanto tiempo a los ojos, el nerviosismo se apoderaba de mi cuerpo mientras mi habla se entorpecía.
Ya todos habían abandonado el lugar, quedando únicamente él y yo.
La ansiedad me consumía, este no decía nada, simplemente miraba hacia el piso.

- ¿Todo está bien? - pregunté un tanto temblorosa, antes de tragar en seco.

Sus ojos cafés me atraparon en un segundo.

- Yo me preguntaba si podías ser mi compañera de guardia.

Aquello me tomó por sorpresa, sintiendo mi corazón latir con intensidad, mi mundo pareció paralizarse, o al menos, así lo sentía.

— Ellie dijo que era bueno relacionarme con otros.

Mis ojos hicieron contacto con los suyos. La seguridad que emanaba, me mantenía jodidamente hinoptizada.

— ¿Qué dices? — preguntó con una sonrisa.

Me encogí de hombros, sutilmente, sintiéndome culpable por tener aquellos pensamientos tan lujuriosos contra su persona, sin embargo, no dudé en aceptar.

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Mi cuerpo chocó contra el estante en el garaje. No pude evitar gemir al sentir las amplias manos de Joel recorrer mi cuerpo sin piedad.
Sus labios devoraban mi piel, cual delicioso dulce mientras sus manos estrujaban poco a poco el valle de mis senos.

— Date vuelta — demandó. No pude evitar sonreír antes de cumplir con su petición. Podía sentir su cuerpo detrás mío y su protuberancia acomodarse entre mis glúteos — Shh... calla, preciosa. No querrás que nos escuchen.

Su voz tan seductora hizo que mi mente divagara y tan pronto pude caer en cuenta, su virilidad se habría paso en mi cavidad.
Su calor separaba cada uno de mis pliegues, haciéndome babear ante tal sensación. Sus manos se apoyaron en mi cintura antes de por fin enterrarse en mí.
Ambos gemimos, sintiendo su frente apoyada en mi hombro mientras murmuraba una serie de maldiciones.

El vaivén de su cuerpo lograba llevarme a las nubes, la habilidad para golpear contra cada punto exacto me hacía gemir en voz alta, ignorando el estrecho lugar, cercano a toda la comunidad.
Joel posicionó una mano alrededor de mis labios, apaciguando mis gemidos.
Cada estocada lograba llevarme al límite, saboreando mi próxima pero excitante liberación.

Sus labios se posicionaban ocasionalmente en mi piel, hasta dejar suaves marcas, como un signo.

— Más... — logré jadear ante otra estocada. Joel rió justo en mi oído, deleitándome de cada momento.

No tuve más opción que apoyarme contra el estante, sintiendo cómo Joel derribaba mi poca inestabilidad.
Los objetos dentro de este, se balanceaban al ritmo de sus embestidas.

Tan pronto, Joel deslizó su mano hasta acaparar mi clítoris, masajeando suavemente antes de torturarme y permitir que mi orgasmo, poco a poco se intensificara.

Sus embestidas eran más toscas pero no dejaban de ser un deleite para mí, sus labios besaban mi cuello mientras sus dedos hacían el trabajo.

Cómo pude, lo miré solo para demostrarle, con un beso, cuánto deseaba que terminara dentro, sentir cómo su esperma se deslizaba por mis piernas al estar tan llena.

Lo escuché jadear, mucho más pesado que otras veces, signo de su pronta liberación, por lo que no pude evitar hacer todo lo posible por retrasarlo.
Sus movimientos eran más rápidos y sumamente descuidados, y, tan pronto, los objetos comenzaron a caer, Joel dio un gemido liberador, sintiendo su esperma esparcirse dentro de mí.
Este continuó atendiendo mi clítoris y, tan pronto mi piel se erizó, alcancé el orgasmo de una forma sorprendente.

— Buen trabajo, compañera — habló, luego de recoger los objetos. No pude evitar sonreír antes de dirigirme hasta él y besar sus labios de una manera necesitada. Y es que estaba segura que no podía cansarme de él.

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Hola, solo para dar el anuncio, creo subiré cinco o diez historias más (ya sean de las escritas o nuevas) y terminaré este libro, pues quiero dedicarme a los que estoy escribiendo. De todos modos, les estaré avisando. Gracias