18. LUZ ENCENDIDA

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" Escucho los latidos de mi corazón retumbar con fuerza, cada que te miro "

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Mayo, 2019

La agresiva y helada brisa golpeaba contra su piel, dejando que dejara escapar un gran bufido al notar el cambio de temperatura tan brusco.

Correr se había convertido en un hábito saludable. Levantarse cada mañana, desayunar algo ligero y correr por al menos una hora, era suficiente para mantenerla activa el resto del día, por lo que, al mirar que sus planes se habían estropeado, no tuvo más opción que abrigarse, en especial cuando las casi imperceptibles gotas de lluvia caían hasta impactar contra el suelo.

Maldiciendo en más de una ocasión, no tuvo más remedio que caminar a la cafetería más cercana. Sus fosas nasales agradecieron el aroma de los granos de café, y el calor del lugar, invadió su cuerpo en cuestión de segundos, por lo que, sin perder el tiempo, ordenó un café caliente para amortiguar la sensación de frío en sus manos.

Siempre le gustaba sentarse junto a la ventana, aunque odiara que todos la miraran comer al pasar, aquello era su segundo pasatiempo. Sin embargo, el clima entristecido, produjo sentimientos contrario para la chica.
Golpeaba frenéticamente los dedos contra la madera, ansiosa de poder beber un sorbo de café mientras escuchaba las puertas del establecimiento abrirse y cerrarse continuamente.

— Muchas gracias — expresó, sin mirar hacia la persona de pie. Por el rabillo del ojo, miró a un hombre castaño, levemente empapado por la lluvia.

— Lamento no ser lo que esperabas — aquello le tomó por sorpresa, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño —pero todo este lugar está repleto, ¿puedo compartir la mesa, contigo? — una suave sonrisa apareció en sus labios, y la chica no pudo evitar sentirse extrañamente sonrojada
— Me llamo Pedro — Y es que su madre siempre le enseñó que no entablara conversaciones con extraño, pero aquella sonrisa, por alguna razón, le resultaba la más hermosa que había visto.

Mayo, 2020


No podía evitar sentirse nerviosa, la forma extravagante en la que Pedro había insistido en verla, le provocaba nerviosismo. Llevaban un año de conocerse y podría decirse que, la química fue casi instantánea que las personas no podían evitar pensar que ambos estaban juntos, sin embargo, cuando estos negaban, la chica no podía evitar sentir un ligero ardor en su pecho.

Tal vez era una extraña manía suya pero había logrado identificar cuándo Pedro se adentraba en el establecimiento, no sabía si era por la forma en la que abría pero parecía que el sonido que este generaba, le decía a la chica, sin ver, que Pedro había llegado.

— Estás preciosa — expresó este con una sonrisa tan grande que podría iluminar el lugar. Ella simplemente sonrió, logrando ruborizarse — ¿Ordenaste?.

Con sutileza negó antes de notar que este la miraba con detenimiento. Aunque aquello le agradaba, no pudo pasar desapercibido aquel brillo en sus ojos.

— Te estaba esperando — soltó, casi en un suspiro.
Pedro, con suavidad, acarició su mano.

Después de ordenar, ambos se encontraban platicando de su día. Nada interesante para la chica pero, ante el entusiasmo de Pedro, no podía evitar sentir un ligero cosquilleo.

— Entonces... ¿Qué es eso importante que debías decirme? — preguntó con timidez.

Pedro se aclaró la garganta antes de mirarla. A tal grado, estaba segura que una mirada más y se encontraría rendida a sus pies.
Sin embargo, antes de que pudiera hablar, el mesero interrumpió, al llevar sus alimentos. Ambos rieron ante ello, agradeciendo al chico, por su servicio.

𝕽𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (Pedro Pascal) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora