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El nerviosismo corría por mi piel, mis manos temblaban mientras mi respiración se agitaba a medida que los minutos transcurrían.
— Luces maravillosa — mencionó mi padre, entrando a la habitación con elegancia. Desde el reflejo del espejo, pude sonreír pesadamente, intentando sacar lo mejor de mí — sé que esto es difícil para ti, pero créeme, es lo mejor para todos.
Volví a sonreír al sentir el apoyo en las cálidas manos de mi padre, sobre mis hombros.
— Deslumbrarás a todos. Y aquel hombre, quedará fascinado contigo.
Aquello hizo que mi corazón brincara con nerviosismo, tragando en seco ante tal revelación.
Con delicadeza, este se posicionó frente a mi, dejando un suave beso en mi cabello. No pude evitar cerrar los ojos, sintiendo como si aquello se tratase de una dolorosa despedida.
— Siempre estaré orgulloso de tí — con una sonrisa, mi padre se alejó y salió de la habitación.
Miré mi reflejo, una vez más.
Aquel vestido lila, estrictamente entallado, me hacía contar hasta diez para controlar mi respiración.
Los delicados rizos caían sobre mis hombros, acomodados perfectamente en un precioso tocado.Sin más, caminé en dirección a donde mi padre había desaparecido.
Los grandes y largos pasillos, generaban una extraña sensación en mi, mis manos sentían aquel hormigueo mientras mis pasos parecían cortos y torpes.
Podía escuchar los pasos detrás mío, Ofelia, aquella confidente que siempre me acompañaba a donde yo quisiera, si me detenía, ella lo hacía, si corría, lo hacía.La música se escuchaba en el salón principal, no pude evitar suspirar profundamente, tocando mis dedos para calmar aquella sensación, deseando escapar de aque destino que me esperaba.
— ¿Podrías darme un momento a solas, Ofelia? — pregunté, aunque esta parecía querer negarse, simplemente asintió.
Miraba los retratos de la familia, el retrato de mis padres sobresalía de todas ellas. Cada una enmarcaba el inicio de un matrimonio feliz, sin embargo, aquello me hacía pensar en cómo sería el mío, y, aunque aquella celebración fuera el principio de una alianza, me preguntaba, ¿si él estaba de acuerdo con ello, o si solo lo haría por simple obligación?. Al final, era común aquellos arreglos maritales.
— Luce demasiado pensativa, señorita (t/a) — mi cuerpo se tensó al oír a aquel hombre, en especial cuando no había cerca alguna dama de compañía.
— Es incorrecto estar aquí, solos — priorice.
Aquel castaño, simplemente se encogió de hombros y miró los retratos.
— Solo estamos observando el arte. ¿Eso es incorrecto? — preguntó, podía notar una suave sonrisa en su rostro mientras analizaba. Su perfil era, sin duda perfecto, su cabello perfectamente peinado, dejando a la vista sus delicados rizos.
Miré, de nuevo, los retratos, tal momento era de lo menos incómodo. Podía sentir que me observaba, o al menos, eso parecía.
— Fue un placer compartir este momento con usted, señorita (t/a), pero debo retirarme.
Ambos nos despedimos con cortesía. Y lo vi perderse al doblar en el pasillo.
Sonreí, con suavidad ante tan inesperado momento.
Sin embargo, me di cuenta de que olvidé preguntarle su nombre, si quiera, su apellido, y, ante la propia soledad, no pude evitar sentirme justo como al inicio.— Lamento interrumpirla, señorita (t/a) pero es momento de continuar.
Asentí tomando con fuerza mi mano y disponiendome a caminar, sin saber qué esperar de mi futuro.
Las puertas se abrieron a la par, solo para revelar a la multitud al frente, vestidos preciosos pero muy extravagantes y costosos.
Todos me miraban, mis instintos por huir se hacían cada vez más presentes.
Mi padre apareció a un costado, solo para tomar delicadamente mi brazo, como signo de apoyo, y en un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos descendiendo las escaleras.Apreté con fuerza su agarre, en especial, al sentir la inestabilidad en mi cuerpo.
— Es un honor que todos estén presentes, no puedo evitar sentirme orgulloso y feliz ante tal momento que deseo compartirlo con cada uno de ustedes.
En todo momento, mantenía la vista perdida, centrándome en los retratos de la habitación para poder disipar tal sensación.
— Marqués Balmaceda, es un honor esta nueva alianza.
Mi corazón se agitó ante ello. Manteniendo la mirada hacia el frente, como si aquello impidiera tal acto.
— Sé que esto traerá dicha para nuestras familias.
Miré la copa en mis manos, la champagne se movía de un lado a otro, sin poder evitarlo, tomé con fuerza el brazo de mi padre.
— Por el marqués Balmaceda y, mi hija, la señorita (t/a).
Bebí lentamente, tratando de controlar tal temor. Escuchando la música que recién iniciaba, como aquel símbolo para sellar el acto de compromiso.
— ¿Puedo, señorita? — preguntó aquella voz. No dudé en mirarlo y ahí se encontraba. Aquel hombre con bonita sonrisa mantenía su mano extendida hacia mí.
Aturdida, asentí torpemente mientras me dejaba guiar hacia el centro de aquel lugar.
— Lamento no haberle dicho mi nombre. No estaba muy seguro de si usted deseaba lo mismo. No quería arruinar las cosas — comentó mientras fácilmente nos desenvolvíamos en la pista.Sus fuertes manos, nos guiaban en todo momento.
— Pero me alegra saber que tendré una compañera excepcional... — expresó — Solo si usted lo desea.
Sonreí ante ello, cuando miré a mi alrededor, noté a la multitud acompañándonos en el baile.
Nuestros pasos estaban perfectamente sincronizados.
Su aliento chocaba en ocasiones contra mi rostro mientras nuestras manos parecían divertirse ante los sutiles toques.A tan solo centímetros de su rostro, pude distinguir aquel bello color en sus ojos. El ligero vello facial, que le daba un toque muy varonil. Y, sus labios, demasiado apetecibles para poder resistir.
— ¿Sería indecoroso si confieso que, desde el primer momento en que la miré, anhelo besar sus labios? — preguntó, haciendo que yo me alejara de este ante el ritmo del baile. Mis mejillas ardían mientras lo miraba sorprendida, pero este solo mantenía aquella sonrisa que me hacía sentir vulnerable — por favor, diga algo. Deseo escucharla...
Sus manos tomaron una vez más las mías, apegándome mi espalda contra su pecho. Podía sentir sus latidos golpear, o tal solo eran mis latidos.
— Déjeme complacerla, señorita (t/a).
Susurró, y aquello fue como mi sentencia de muerte.
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Bueno, ando viendo todas las de bridgerton, so, me dio ganas de escribir algo así
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𝕽𝖊𝖕𝖚𝖙𝖆𝖙𝖎𝖔𝖓 (Pedro Pascal) [PAUSADA]
FanfictionDónde escribo historias de Pedro Pascal por diversión, y tú lo lees porque te gusta. Anteriormente Unforgettable. Gracias a fearless05 e historiaseb por recuperar los OS, siempre en mi corazón ❤️