Cruce de talentos

Conocerse

—8—

Me siento junto a Nam y tengo que confesar que la silla vacía de mi lado me pone un poco nerviosa porque implica que uno de los novios de Tailandia va a acabar en ese espacio.

Mi nueva amiga consigue distraerme un rato, enredándome en presentaciones con esa nueva actriz llamada Friend que en principio, interpretará a la gobernadora Anong. Tiene una cara bonita y es más alta que Nam, cosa que no me había planteado, pero puede funcionar bien. Un poco más reservada, aunque es bastante normal ya que aquí, mi compañera no se calla ni debajo del agua.

—Vaya, qué decepción —dicen a nuestra espalda—. Pensaba que nos esperaríais con la comida en la mesa.

Heng aparece con esa sonrisa que lo acompaña siempre, camina por delante de Freen y por lo tanto, es el primero que se detiene a mi izquierda. Cuando quiere sentarse, ella se lo impide, reteniéndolo por el brazo con firmeza.

—¿Dónde están tus modales, Asavarid?

Y frente a eso, él pone cara de circunstancias, pero le hace caso.

—Tú primero, querida —le dice retirándole la silla de una forma que intenta ser caballerosa pero a mí me empalaga al instante.

Los demás lo toman con normalidad y siguen a lo suyo, así que intuyo que debe ser una interacción bastante habitual. Nam está comentando algo con Dome y Heng saluda a Friend con mucho entusiasmo, como si no se le acabara nunca esa energía que carga.

—Parece que volvemos a encontrarnos —escucho que dicen a mi lado.

La miro algo confundida por la situación en la que estoy y yo creo que no pienso lo que digo hasta que no ha salido del todo de mi boca.

—A mí lo que me sorprende es que sigas recordando quién soy, con la de personas que te rodean a diario.

Por un momento temo haberla ofendido pero me tranquiliza escucharla reír.

—Tuve que soportar a Neung quejarse durante dos horas sobre ti y tu acusación de falta de modales —comenta como si nada— Y no te interesó nada hacerte una foto conmigo. Eso deja huella.

—Lo último ha sonado un poco pedante.

Me mira en silencio y me da la sensación de que está sopesando si todo esto tiene que ver con un humor negro o si realmente no quiero seguir hablando con ella.

—Así que eres escritora —comenta de todas formas.

—Bueno, me gusta escribir pero no he publicado nunca nada, no estoy segura de que eso me convierta en una —le rebato.

—Pero, vas a escribir el guion de la nueva serie ¿no?

Siempre que una situación me incomoda, tiendo a dar respuestas algo cortantes y no es que me cohíba que sea supermodelo Freen, sino que su repentina seriedad acentúa mi timidez.

—Sí —contesto—. Estoy en mi segundo año del máster en escritura creativa y guiones.

—Me pregunto qué tiene tan interesante Tailandia que no haya en una ciudad como Londres.

Sabía que en el concierto, mi prima había hablado con ella, pero no que le había contado la historia de mi vida.

—Ha sido por Irin.

—¿Irin? —Pregunta extrañada.

Me reprocho la estupidez ya que pensaba que podría acordarse también de ella, pero no deja de ser una fan entre miles.

—Sí, mi...

—La recuerdo, la que usó tus entradas en el concierto —me interrumpe con prisa sin dejarme terminar— y ¿te has trasladado a Bangkok?