Acercamiento

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—11—

Me ha costado muchísimo levantarme esta mañana y no es solo por las pocas horas de sueño, sino porque hoy tenemos que grabar la escena del beso y eso significa dos cosas muy importantes: que voy a ver a Freen después de huir literalmente de su casa y que tengo que besarla de nuevo sin perderme como una idiota por el camino.

No nos cruzamos hasta que llega la escena del callejón, pues ella estaba rodando otras con Nam, así que la opción de hablar antes de que pase de nuevo, está totalmente descartada.

No sé si eso me tranquiliza o me inquieta. Quizá si ella le hubiese restado importancia yo no me sentiría a punto de desmayarme.

Nos colocan en nuestras posiciones y solo entonces me permito enfocarla. Me encuentro directamente con sus ojos, como si hubiese estado esperando coincidir conmigo durante un buen rato. Me está estudiando, buscando alguna pista de mis pensamientos y la veo fruncir ligeramente el ceño cuando no llega a ninguna conclusión.

—En el aire —suelta de repente Seul.

Y el teatro comienza. A pesar de mis reticencias iniciales, la escena sale francamente bien hasta que llega el momento de besarnos. Esta vez, no hay tirón de camiseta por mi parte, ni ninguna provocación y el beso se ve más forzado de lo que nos gustaría por lo que el productor se ve obligado a cortar la escena.

—Vamos chicas, tenemos unas expectativas muy altas —se queja—, no nos déis esta porquería ahora.

Freen me mira y, supongo que está más acostumbrada a tomar decisiones, porque le pide un momento a Seul y me coge de la mano saliendo de la sala.

Apaga su micrófono y me hace un gesto indicándome que haga lo mismo con el mío. Solo empieza a hablar una vez lo consigo.

—No sé exactamente qué pasó ayer, Rebecca, lo que tengo claro es que si nos dejamos fluir, salen cosas apasionantes —me dice con una tranquilidad que envidio—. Adoro este trabajo y lo que me pasa contigo es algo único. Olvídate de todo y vamos a hacer historia.

Me lo dice tan segura de sí misma, acompañándolo con esa sonrisa adorable, que no me deja más opciones que creerla.

Cuando volvemos a entrar, me enfoca y asiente con la cabeza, dándome fuerzas.

Recreamos con exactitud la escena de ayer en su apartamento, incluso con las nuevas aportaciones que hicimos y el resultado es apoteósico, por las caras de nuestros compañeros.

Esta vez, Lawan, no me permite apartarla con tanta facilidad, adelantándose a mis intenciones y robándome un par de besos más antes de separarse con una expresión socarrona, como diciendo, he subido el nivel, ahora te toca a ti.

—El ensayo parece que os fue muy bien —comenta Nam apareciendo detrás de mí.

—¿Qué dices?

—¿Os besasteis en casa de Freen como preparación? —pregunta directamente.

Y no sé si la actriz le ha dicho algo o simplemente es el descaro que caracteriza a mi nueva amiga, pero mi cara descompuesta debe darle muchas respuestas.

—Déjala en paz, Nam —intercede ella en mi defensa, poniendo una mano en mi espalda—. ¿No ves que está muerta de vergüenza? Solo estamos haciendo nuestro trabajo.

—Muy dedicadas, vosotras —se burla divertida—. ¿La escena de la bañera también pensáis ensayarla?

—Nam —me quejo totalmente escandalizada y saliendo del lugar.

—¿Qué? Era una pregunta inocente —la escucho decir entre risas.

—Sí, muy inocente Orntara, nos conocemos —le reprocha Freen.

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