—15—
Abro los ojos cuando escucho vibrar el teléfono por cuarta vez. Me ha resultado fácil ignorarla estos últimos dos días. El jueves por la noche, imagino que decidió darme espacio tras mi huída precipitada y los dos días siguientes, las grabaciones deben haber sido agotadoras, pero esta mañana, Freen está más insistente que nunca, decidida a contactarme de una vez por todas.
Mi fuerza de voluntad es insuficiente para no mirar al menos lo que me ha enviado por whatsapp, así que sin desbloquear del todo el teléfono, leo su mensaje en la pantalla de inicio.
«Freen: Estoy en Pai. Por favor, Bec, déjame hablar contigo».
Decidí tomarme un descanso y pasar el fin de semana en casa de mi tía, lejos de todos pero sobre todo, de ella. Necesitaba espacio y necesitaba respirar. Mi prima, me siguió sin hacer muchas preguntas, pero sé que no tiene contacto con la actriz. Así que lo debe haber averiguado a través de Nam.
Quiero ignorarla, de verdad. Pero una fuerza superior a todo lo demás, me obliga a preocuparme por ella, porque sé que ayer sábado tenía grabación hasta tarde.
«Becky: ¿Has venido sola?».
«Freen: Sí. Salí ayer de Lobby y no quería volver a casa».
«Becky: ¿Has conducido toda la noche?».
Supongo que se cansa de jugar a los mensajitos porque trata de llamarme de nuevo, pero escuchar su voz me hará absurdamente débil y prefiero mantenerme en mi postura.
«Freen: Sí, pero no importa. Necesito hablar contigo».
«Becky: Ve a descansar un poco, Freen. Después hablaremos».
«Freen: Prefiero hablar contigo primero».
Y su insistencia me da una pista abismal de cuál es su situación.
«Becky: No has reservado ningún sitio donde quedarte, ¿verdad?».
«Freen: No. No me interesa quedarme en Pai si no quieres ni verme».
Suspiro tratando de relajarme; lo último que quiero es que vuelva a conducir doce horas más sin haber descansado en absoluto, que pueda pasarle algo por mi cabezonería de no atenderla.
«Becky: Vale. Vas a venir aquí, te vas a dar una ducha y te vas a acostar. Cuando te despiertes hablaremos».
«Becky: Estoy cediendo, Freen, no me hagas retroceder».
«Freen: Vale, lo haremos como quieras»
Le paso la dirección de casa de mi tía y en cinco minutos llama al timbre. Aparece con el gesto más serio que le he visto nunca; agotada, pero más que físicamente, parece un cansancio emocional.
—Hola Rebecca —me saluda con un intento de sonrisa, aunque no le sale muy sincera.
—Pasa —le digo.
No sé qué se esperaba exactamente, pero la frialdad con la que la he recibido sé que la decepciona de algún modo.
Mi tía e Irin han salido a comprar temprano y aún no han vuelto. Sin duda preferiría que estuvieran aquí en este momento.
La guío hacia el baño y le paso una toalla. Cuando me doy cuenta que viene con lo puesto, me adentro en la habitación y le entrego algo de ropa también antes de salir del lugar para darle privacidad.
Tarda diez minutos exactos. Ni uno más, ni uno menos, como si necesitara acelerarlo todo para volver a encontrarse conmigo.
Me encuentra sentada en el sofá tomando un té. Ni siquiera sé cómo sentirme, porque el subconsciente me traiciona, alegrándose demasiado y yo no quiero ni escucharlo.
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Cruce de talentos
RomanceRebecca Armstrong es una escritora novel demasiado introvertida para publicar su arte. Odia con todas sus fuerzas los dramas noveleros que tienden a idealizar el amor y están idiotizando a toda su generación. Freen Sarocha es la actriz emergente má...