—¿Y cuándo será la boda? Porque Zoe me ha comentado que pronto me estaría avisando en día en el que te acompañaremos a comprar el vestido —comentó Pablo, encendiendo el computador.
Era más temprano que otras veces, por lo que no habían llegado muchos trabajadores aún, así que tenía que estar preparado par anotar las asistencias cada vez que llegaran. Me apoyé en el mesón porque solo había una silla y la estaba usando el castaño.
—Podría ser dentro de uno o dos meses, todavía no estoy segura, Jax anda con un misterio en que debe planear cada detalle primero antes de decirme la fecha exacta —respondí, rodando los ojos.
—En serio, que envidia casarse con Jax Brown. Imagínate cuando el mundo te conozca, te van a envidiar cada vez que te vean, sobre todo las mujeres que babean con tan solo ver a Jax en televisión —aclaró, en un tono cálido.
—De acuerdo, Pablo, ya entendí que Jax fue tu amor platónico —mascullé, mirándolo de reojo.
—Oh, Oriana, ¿cómo supiste? ¿Soy tan predecible? —dijo, risueño—. Pero más que amor platónico, creo que llegó a ser una especie de admiración porque también me intimidaba estar cerca de él —se abrazo a sí mismo.
—No deberías tenerle miedo ya. Él confía mucho en ti y no te va a despedir aunque cometas un mínimo error porque eres parte de su equipo —lo animé.
—Y pensar que ya llevo medio año en la empresa. Pero bueno, la que domina a Jax eres tú, con eso me basta porque eres mi amiga —comentó, colocando su mano en mi hombro.
Sonreí, ambos nos quedamos viendo fijo, hasta que una voz desconocida interrumpió nuestro momento amistoso y nos obligó a mirar en su dirección. Un hombre de cabello negro y corto, ojos oscuros, traje formal de igual color y un maletín con contenido desconocido, esperaba impaciente que anotaran su llegada.
Pablo acomodó sus lentes y se preparó para recibirlo, tecleando algunas letras en la computadora. Yo me quedé observando al desconocido porque se me hacía familiar, sabía que ya me lo había topado antes en el edificio, pero no recordaba muy bien ese evento.
—Buenos días, Pablo, Oriana —habló, verificando el reloj en su muñeca.
Mi ceño se frunció de repente porque él me conocía, pero yo no lograba ubicarlo por más que buscara en las imágenes más escondidas de mi cabeza.
—Firma aquí, Jayce. Bienvenido, ¿Zoe no vino contigo? Todavía no ha llegado —alegó el castaño, entregándole una hoja con el sello de Jax.
—Sabes que Zoe conoce a muchísima gente, suele quedarse hablando en el camino. Pero yo tengo bastante trabajo por hacer así que me adelanto —respondió, tomando el bolígrafo.
¿Y por qué mencionaban a Zoe? ¿Acaso él era...? Me mordí el labio, intentar adivinar no se me daba bien. El nombre "Jayce" no lo había escuchado antes...
—Ya me lo imagino, es una mujer bastante extrovertida, supongo que te ha dado uno que otro dolor de cabeza —bromeó Pablo, recibiendo la hoja de vuelta.
—A veces, pero no la cambiaría por nada del mundo —aclaró, en todo momento se mostró serio, sin alguna expresión—. Ahora si me disculpan, iré a mi oficina.
Se despidió, dejándome más confundida, pero planeaba terminar de aclarar mis dudas con Pablo, el rey que sabía quiénes eran todos en la empresa. Vaya trabajo más difícil tenía.
—Y bien... ¿Quién es él? —cuestioné.
Pablo me miró ofendido, como si ya se esperaba que yo lo supiera.
—¿Zoe no te lo presentó aún? Me sorprende —refutó, alzando ambas cejas—. Es simple; su esposo —zanjó, con obviedad.
—Ah...
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Salvada por el CEO [COMPLETA]
RomanceOriana Jones ha trabajado como secretaria de múltiples CEOS a lo largo de su vida, hasta que consiguió un trabajo fijo en donde permaneció durante cuatro años. Un día la despiden por haber rechazado acostarse con su jefe, este le quita todo lo que p...