Capítulo 56: Noche De Chicas

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—Adiós, Jax. No te preocupes que estaré excelente con ellos, no me pasará nada —resoplé por tercera vez.

Era de noche y me encontraba en la puerta del hogar de Zoe en donde me estaban esperando ella y Pablo para tener una noche de chicas como despedida de soltera.

Jax había decidido en hacerlo una semana antes de la boda. Mientras yo estaba en casa con Zoe, él estaría jugando billar con los gemelos y Jayce. De hecho, los tres lo estaban esperando en su auto, pero el muy tonto no se quería ir sin antes asegurarse de que la casa estuviera bien cerrada.

—Es que después de lo último con Richard... Me preocupa dejarte sola una noche, en otro lugar que no sea bajo mi protección —explicó, angustiado y sobando mi mejilla.

—Ya no te preocupes, hay máxima seguridad en las puertas y contraté a un guardia solo por esta noche para que esté al pendiente de los alrededores —comentó Jayce, apareciendo detrás de él.

Colocó una mano en el hombro de Jax y se posicionó a su lado. A mi hombre no le quedó de otra más que suspirar en derrota.

—Está bien... Por favor, no le hagas caso a Zoe de salir a altas horas de la noche —suplicó Jax, tomando mis manos.

—¿Qué estás insinuando de mí? —Apareció la reina de Roma, atravesando la puerta abierta de la casa.

Se apoyó en la pared con una mano y observó a Jax de la manera más juzgadora posible, casi me reí, sino fuera porque todos estaban serios. No quería arruinar el ambiente y volverlo extraño.

—Que no vayas a inventar, amor, recuerda lo que pasó la última vez —le respondió Jayce.

—Oh, sí. Pero qué poca confianza me tienen —se cruzó de brazos, ofendida—. No soy tan loca como para poner en peligro a mi mejor amiga.

—Eso espero, o habrá problemas —aclaró Jax, con firmeza.

—¿Me vas a despedir? —preguntó, incrédula.

—Sí.

Zoe soltó un leve grito de sorpresa ante la respuesta de Jax, aunque yo noté que él hacía eso para molestarla. La rubia caminó hasta Jayce, aferrándose a su brazo como una niña indefensa que buscaba la protección de su príncipe azul.

—Amor, dile algo. No puedes dejar que me bote de la empresa —se quejó, con inocencia.

—Está jugando contigo, Zoe, debería notarlo por la sonrisa piadosa en su rostro —suspiró Jayce.

Él ya estaba acostumbrado a los comportamientos de Zoe, por lo que me causó gracia ver la escena y sobre todo a Jax soltando una carcajada después de que la mujer cayera en su trampa.

—Maldito —le dijo Zoe, sacándole el dedo y regresando adentro.

—¿Ya nos vamos? —preguntó Jayce, palmeando a Jax.

—Sí, dame un segundo —afirmó, acercándose a mí.

Vi de reojo que Jayce volvió al auto con los otros dos, aunque no los había conocido como tal pero ya sería en otro momento. Solo nos presentamos con nuestros nombres y ya.

El pelinegro me tomó de la cintura para pegarme a su cuerpo y hacerme saber que era suya. No pude evitar formar una sonrisa pícara en mis labios y calentarme con el choque de su aliento sobre mí.

—Te amo, Oriana Jones. Nunca lo olvides. Estoy ansioso por que llegue el día de la boda y por fin puedas ser mi esposa —murmuró, entre mis labios.

No me dejó responder y plantó un beso en ellos, dejándome embelesada y con ganas de más, pero ya sería luego porque no íbamos a estar juntos esa noche. Sus labios se movieron al compás de los míos en una sintonía increíble que me dejó deseosa.

Salvada por el CEO [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora