—¿Todo salió bien? —preguntó Jax.
Estábamos acostados en la cama, ya era de noche y el día anterior tuve la mejor despedida de soltera que recordaría durante toda mi vida. Jamás iba a olvidar haberla pasado en grande junto a esos dos, aunque gracias a eso pasé casi el día entero durmiendo por la resaca.
Sí, al final Zoe sacó alcohol de su nevera y nos volvimos un poco locos, contando las anécdotas más vergonzosas de nuestras vidas, en donde admití que nunca me habían hecho un oral, recordando la conversación de Pablo.
—Fue genial, nos divertimos y hablamos de todo un poco. No pensé que una noche de chicas me vendría bien —murmuré, abrazando la almohada.
Él estaba a mi lado, expectante y con su mejilla apoyada en su puño sobre la cama, mientras me miraba fijo con una sonrisa.
—Bueno yo tuve que cargar con los tres borrachos, bebieron demás en el billar así que imagínate. Tanto fue la cosa que terminaron durmiéndose uno encima del otro en la parte trasera del auto —resopló Jax, con pesadez.
—¿Y tú no bebiste? Si eras básicamente el anfitrión —inquirí.
—Alguien tenía que manejar, y esos tres ya se habían pasado de copas —respondió, rodando los ojos.
—Entiendo —me reí—. Bueno, Pablo nos contó todo lo que le hacía Elías en la cama —añadí.
—¿Pablo está saliendo con Elías mi socio? ¿O te refieres a otro Elías? —cuestionó, con el ceño fruncido.
Me cubrí la boca de inmediato y mis ojos se abrieron. Había olvidado que eso era un secreto entre nosotros tres y me dejé llevar por la confianza que le tenía a Jax, soltándole el secreto que me fue confiado.
Me sentía la peor por haberlo hecho, pero no fue intencional.
—J-Jax, por favor... No vayas a decir nada, es un secreto —supliqué, juntando mis manos—. No puedo creer que se me salió.
Me estaba lamentando por dentro porque si Pablo se enteraba de que compartí por accidente lo que me confió, seguro me despellejaba.
—Hey, tranquila. Haré como que no escuché nada ¿De acuerdo? No te meteré en problemas, además, tampoco es que me importe mucho la vida sexual de Pablo —Arrugó la nariz—. Solo que me sorprende que se trate de Elías, hace tiempo que no lo veo.
—Yo tampoco me imaginé que un magnate importante podía ser gay —apoyé—. No estoy en contra, pero muchos lo juzgarán si se enteran.
—Así es, porque tarde o temprano la sociedad le exigirá un heredero de sangre —argumentó.
—Bueno, dejemos ese tema para otro día —pedí, sacudiendo mi mano—. Quería preguntarte algo...
—Soy todo oídos para ti, preciosa —Me lanzó un beso al aire.
—¿Alguna vez le has hecho un oral a una mujer? —pregunté, con las mejillas calientes.
De acuerdo, eran obvias mis intenciones, pero Jax abrió los párpados con sorpresa ante mi repentina pregunta sexual.
—¿Quieres que te haga un oral? —indagó, alzando una ceja.
Apreté los labios, cubriéndome el rostro con la almohada porque la vergüenza me esta matando. ¿Cómo carajos conseguí el valor para preguntarle semejante cosa? Quería que la tierra me tragara.
—Solo preguntaba —respondí.
—Oriana, puedo hacértelo, si quieres —murmuró, cerca de mi oreja.
Me quité la almohada de encima para verlo a los ojos, estaba más cerca que antes, con una sonrisa pícara en sus labios y un brillo intenso en sus iris verdosas que formaban un contraste oscuro gracias a la luz de la habitación.
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Salvada por el CEO [COMPLETA]
RomanceOriana Jones ha trabajado como secretaria de múltiples CEOS a lo largo de su vida, hasta que consiguió un trabajo fijo en donde permaneció durante cuatro años. Un día la despiden por haber rechazado acostarse con su jefe, este le quita todo lo que p...