Capítulo 39: Adrenalina

12.5K 749 15
                                    

Los días pasaban volando, Zoe no dejaba de hacerme llamadas siempre que salíamos de trabajar para llegar a un acuerdo con los preparativos de la boda o preguntarme si no tenía más personas importantes a las que invitar.

Pero yo quería hablar con Jax sobre esa situación, me agobiaba un poco saber que podía tener una boda enorme con todo tipo de gente que desconocía, así que aproveché que ambos estábamos en la oficina para poder comentarle mis inquietudes respecto a sus planes, porque él apoyaba a Zoe en cada cosa que escogía.

—Jax... ¿Podemos hablar sobre algo? —pregunté en cuanto terminé de redactar el informe que me había enviado.

—¿Terminaste lo que te pedí? —cuestionó, concentrado en su pantalla.

—Sí, ya te lo envío al correo...

Tecleé unas cuantas letras y moví el mouse para lograr mi cometido, pero Jax se notaba un tanto estresado desde que llegamos al edificio.

—Esta petición será crucial para ya legalizar todo lo que involucre construir un nuevo hotel en otro país —explicó, escribiendo en unos papeles con el bolígrafo—. ¿Necesitabas algo?

—Es sobre la boda... —murmuré, cruzándome de brazos.

En ese momento, mis palabras fueron suficientes para captar la atención de Jax y alejarlo de lo que estaba haciendo. Su mirada se centró en mí con el ceño fruncido y los ojos un poco más abiertos que de costumbre.

—¿Qué tiene la boda? ¿Ya no quieres? ¿Te arrepentiste? —interrogó, llevando ambas manos a su cabello—. No puede ser... Temía que sucediera esto... Oriana, ¿me dices la razón? —se vió muy dramático.

Me reí.

Me levanté sin prisas, tocando el escritorio de madera con las yemas de mis dedos hasta llegar al de vidrio de Jax. En mi boca se formó una curva coqueta al momento que me acercaba y el hombre me veía confuso y con una ceja alzada. Hice que rodara su silla para que la separara del escritorio y así yo poder sentarme en sus piernas, aunque con mi falda de tubo era un poco incómodo.

Apoyé mis manos en el pecho de Jax, mirándolo con ternura.

—No es eso, tontito —le di un leve golpe en la nariz—. Es que no me gustaría que sea algo extravagante ¿Comprendes? Con suerte y voy a invitar a mi padre... Me resultará extraño ver a un montón de desconocidos alegres por mí —confesé, en un suspiro.

—Oriana, por eso no te preocupes. No invitaré a muchas personas más allá de mi equipo de trabajo porque son los más allegados a mí, aunque por ahora solo conoces a Zoe —alegó, rodeándome con sus fortachones brazos.

—Y a Jayce lo vi hace poco —añadí.

—De acuerdo... De todas formas será una pequeña ceremonia en un lugar no muy lejos de aquí, será encantador casarnos en un maravilloso paisaje natural ¿No crees? —comentó.

—¿Dices que al aire libre? —pregunté, colocando mi cabeza debajo de su cuello.

Me sentía protegida en esa posición, me hacía saber que nada malo iba a sucederme sin importar lo que me había dicho Richard en aquella llamada... ¿Cuánto había pasado de eso? ¿Casi una semana?

—Exacto. Pero ya deja de arruinar las sorpresas. Zoe y Pablo se están encargando de organizar los preparativos, no sin antes preguntarme a mí si estoy de acuerdo con algo o no —expresó, dándome un beso en el cabello.

—Ya veo... Bueno me sentiré más aliviada —murmuré.

—Por otro lado... ¿No quieres ayudarme a quitarme el estrés de encima? —cuestionó, en un tono seductor que me obligó a levantar el mentón.

Salvada por el CEO [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora