Cap. 12 "Nuevo puesto, nuevo país." (Tercera parte.)

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(enero 15, 2020, Washington, D.C. USA.)

(Electra Dawson Pearson/ Esposa del senador por Maryland.)


Tras la noticia que Charles me soltó, ordene se preparara una comida especial, para festejarlo y en cuanto las niñas llegaron de su paseo por los museos, las lleve a que hablaran con su padre; tomaron la noticia al principio con molestia, pues Charles solo les dijo que le ordenaron mudarse; lo que mis hijas tomaron como un exilio, poniéndose en pie de guerra. Cielos si hubieran tenido al presidente enfrente, lo habrían golpeado, de eso estoy segura, todas adoran a su padre.


Al final Charles pudo explicarles que es el nuevo embajador americano en Inglaterra, lo que llevo a burlas, dado que es una pelea diaria el hacerlo vestir un traje decente y no sus acostumbrados vaqueros y camisetas, las que usaba tras regresar de Afganistán. Digo el negocio familiar era la madera y no es cómodo estar de traje, pero ahora es un senador, aun así, se da sus mañas para vestirse de vaqueros, camiseta y botas en su tiempo libre; yo lo dejo pues la política es estresante, pero ahora se verá obligado a usar no solo trajes, sino Smoking y hasta frac.


Tras la comida voy con las niñas de compras, yo debo vestir algunas veces de gala, otros de forma formal; así que mientras Henry conduce la camioneta, las niñas y yo vemos en una Tablet el tipo de ropa formal que como embajadora se esperaría que llevara.


Digo no soy una fashionistas y mis hijas tampoco, soy una dama de negocios, tengo una galería de arte, pues estudie Arte en la Universidad de Pensilvania, creo que puedo abrir otra en Londres, así que estoy acostumbrada a vestir trajes formales, pero sin guantes y sin esos ridículos sombreritos en la cabeza, así que tras pasar a comprar camisas de seda, trajes en los usuales colores para Charles, así como corbatas, calcetines y tres pares de zapatos de piel, las niñas y yo vamos a comprarnos ropa, vestidos de seda, elegantes discretos y sensuales en colores negro, azul, verde esmeralda, rojo y hasta uno en gris plomo que me gustó mucho, compramos también unos trajes sastres en colores rosa con negro, gris con rosa, amarillo con negro, otros de un solo color, tanto en falda como en pantalones; no pensaba cambiar mi forma de vestir por ser la esposa del embajador.


Lo mejor de mi día de compras con las niñas fue encontrar varios vestidos tipo Betty Boo de los cuales me compre varios, al igual que las niñas, digo, tendremos que usar ropa formal pero fuera de las fiestas y formalidades, seguiremos siendo nosotras mismas.


Anna, se compró ropa a su gusto, mi hija es algo hippi, le gusta la ropa suelta, de flores muy al estilo de los años setentas, mientras que Alana es muy activa, claro como es activista, así que compro ropa cómoda, aparte de la formal; Helena se compró ropa casual, pero casi toda era ropa de ejecutiva, claro como que será abogada. Leonora por su lado compro ropa formal ya que pasa su mayor parte del tiempo en ropas de médico.


También le compre a Charles un nuevo juego de equipaje, eran dos baúles especiales, en uno llevaría los trajes y un Smoking, los zapatos, las camisas, corbatas, calcetines y boxes que le gusta usar, en el otro llevara también trajes, pero no debo olvidar sus amados vaqueros y camisetas, las botas vaqueras y su kit de higiene personal. Todo esto para que pueda irse sin problemas, ya me encargare de empacar su equipaje.


Pasamos por la perfumería y le compre diez botellas de su colonia favorita, así como de su crema de afeitar y desodorante favoritos, no sé si los vendan en Inglaterra y Charles lleva veinticinco años usando los mismos según se, pues ya los usaba cuando nos casamos hace veintidós años.


Al comprar su colonia y su desodorante, la vendedora me hablo del nuevo gel de ducha del mismo aroma de su colonia, así que le compre veinte piezas, ya le llevaría más en unos días que me vaya.


Compre también un nuevo juego de equipaje para mí y para cada una de las niñas y les hice poner sus nombres gravados en una placa, toda la ropa nueva sería guardada en el equipaje nuevo; pasamos a una lencería y compramos varios juegos, una vida nueva, necesita ropa nueva.


Compramos zapatos, bolsos y todo tipo de accesorios que creímos poder necesitar, también compramos nuestros perfumes, cremas y gel de ducha favoritos; pasamos a la tienda de cosméticos y nos aprovisionamos de nuestro maquillaje favorito, en los colores y marca de nuestro gusto.


Era casi hora de la cena cuando llegamos y por consenso general pasamos a comprar hamburguesas al Carl's, en donde compramos una para cada uno, así como papas fritas y el postre lo compramos en la pastelería que tiene el pastel que tanto le gusta a Charles; pastel de queso con fresas y limón.


Cuando Charles nos vio llegar a casa y vio la cantidad de bolsas de compras y los baúles que traían en las camionetas de los escoltas se rio y pregunto

- ¿Acaso les faltó algo por comprar?

-No, compramos todo lo necesario, lo que no compramos es porque debemos comprarlo en Londres, como tú frac completo. - le digo

-vaya ¿Y dejaron algo en las tiendas para las demás mujeres del país o debo poner vigilancia, no sea que alguna quiera venir por algo de lo que trajeron? – pregunto mi marido

-Charles, no seas exagerado, solo son unas cuantas cosas. - le digo, él solo sonríe.


Esa noche después de cenar, comencé a hacer el equipaje de Charles, él de las niñas lo hicieron ellas poniendo en los baúles toda la ropa nueva y algo más de ropa, el resto iría en sus maletas viejas, no sabíamos cuánto tiempo estaríamos fuera.


A la mañana siguiente mientras las niñas viajaban a Harvard para solicitar el cambio de universidad acompañadas de Henry y los escoltas, yo termine de hacer el equipaje de Charles y luego comencé a decidir que sería enviado a Inglaterra y que se quedaría aquí guardado en casa.


Nana Sophía ha enviado a pedir cajas de embalaje y Charles ha ido a la oficina para hacer entrega de todo lo que él tenga que sea confidencial.


Por la noche todo, está listo para el viaje de Charles y las niñas según me dijeron hicieron todos los trámites para su cambio de escuela, además avisaron que era urgente dado en nuevo puesto de su padre.


En Harvard, recibieron con gusto el saber que Charles sería el nuevo embajador y prometieron ayudar a las niñas para el cambio de escuela.


A la mañana siguiente, las niñas y yo, acompañamos a Charles al aeropuerto para despedirlo, sé que lo veríamos en unos días, las niñas y yo no pensábamos tardar dos semanas para viajar.


Debido a que Leonora se quedaría aquí, Nana estaría para cuidarla; nos llevó una semana hacer los arreglos para nuestro viaje, varios cuadros y jarrones, así como libros, la ropa e incluso dos autos, fueron embarcados para partir.


Con nosotros viajarían Henry y Jetro con su equipo de escoltas, en la embajada todos los cuidados y servicios son para Charles, las niñas y yo somos solo accesorios.


Si Charles cree que el cumpleaños de las niñas lo pasaran solas, está loco, Leonora viajara con nosotras para ayudarnos, después regresara a Cambridge en donde Nana y ella vivirían en un departamento amueblado, pues la casa en Washington se cerrara, al menos por una temporada, pues las niñas pueden decidir regresar.


Amor para cuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora