Cap. 27 "Un pésimo día."

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(mayo 29, 2020, Suburbios de Londres, Inglaterra.)

(Albert Johns/ estudiante de derecho)


Estamos llegando a la universidad cuando vemos llegar a Little John, viene distraído, supongo que una vez más discutió con sus padres, pobre, lo convencieron de seguir los pasos de la familia, pero a él le gusta más el arte y la literatura, es muy bohemio, pero por llevar la fiesta en paz con sus padres ha aceptado estudiar derecho.


Vemos llegar a Anna y sus hermanas y John al verla sonrió, recomponiendo su ánimo; al llegar a nosotros Alana dijo.

-Qué bueno que las veo ¿Quieren acompañarnos a mis amigos y a mis hermanas a una solicitud de firmas?

- ¿Para qué es la solicitud? – le pregunto

-Para solicitar al parlamento aumente solo un poco los recursos dados a los comedores para desamparados ¿Qué dicen nos ayudan? – explico Alana.


Fuimos a nuestras clases y en el primer descanso nos reunimos con los compañeros de Alana para ayudar en los preparativos, vimos como sacaban muchos impresos y se preparaban para dividirlos en tablillas más manejables, también había muchos bolígrafos de tinta color azul. Preparamos cerca de cien tablillas de escritorio y cada una con cien impresos y varios bolígrafos, al terminar la jornada de clases, todos nos dirigimos en diferentes autos a la plaza del parlamento en donde todos nos reunimos al centro en donde levantamos una tienda abierta solo el techo, colocamos una mesa y varias sillas y comenzamos a solicitar las firmas, una de las amigas de Alana, por medio de un altavoz, llamada a los firmantes, los cuales se acercaban para preguntar bien de que se trataba.


Llevábamos un largo rato reuniendo firmas cuando a uno de los lados de la plaza, la que da al parlamento se comenzaron a congregar grupos de manifestantes muy alborotados y ruidosos, diría que hasta agresivos, ya que sus arengas lo eran. Nosotros los dejamos ser mientras seguimos con lo nuestro, pero algo paso, de pronto la gente comenzó a correr, vi como uno de las manifestantes ante el parlamento tiraba al piso a una señora de unos cincuenta años, así que fui a socorrerla al igual que a Helena que había estado hablando con ella para convencerla de apoyar la solicitud.


Detrás de esa estampida humana veían los gendarmes y estos arrestaban a todo el que agarraran, nuestro grupo comenzó a recogerse en la carpa a fin de no mezclarnos con la protestantes y alborotadores, por aun así, llegaron los policías y nos arrestaron, nos quitaron todo lo que teníamos, incluyendo las tablillas con los impresos, nuestros teléfonos móviles y nuestras identificaciones, todo fue embolsado y etiquetado con nuestros nombres, luego nos subieron a un camión para trasladarnos a la comisaria.


Nos encerraron en las celdas y cuando solicite hacer una llamada y por fin me la permitieron, así que llame a Rick, vi como Anna llamaba a su padre y John a su madre. Pasa un largo rato antes de que supiéramos si alguien nos diría porque nos arrestaron, resulta que nos llevaron a la oficina del comisario del precinto, ahí mismo estaba el padre de las chicas, la mamá de John y mi cuñado.


Entonces con la intervención del papá de las trillizas el embajador americano, lo cual fue una sorpresa para todos, el caso es que por fin pudimos hacernos escuchar, claro fueron las chicas las que hablaron, dejando claro que nuestro grupo nada tenía que ver con la protesta escandalosa y hasta violenta frente al parlamento, motivo por el cual el comisario del precinto ordeno nuestra liberación y la entrega de nuestras cosas y hasta termino firmando la solicitud.

Amor para cuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora