Capítulo 3

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En el edificio donde se llevó a cabo la reunión entre los Soberanos, Lucifer y Carmilla seguían teniendo su conversación.

Lucifer: Así que no es la primera vez que esos tres hacen un escándalo.

Carmilla: Así es, la última vez le faltaron el respeto a Zestial, ellos solo quieren obtener poder sin importarles los métodos que utilicen.

Lucifer: ¿Quieres que me haga cargo de ellos?

Carmilla: No se preocupe por eso, no vale la pena que usted gaste su tiempo en ellos.

Lucifer: No sería ninguna molestia, consideralo como un pago por lo que hiciste.

Carmilla: Gracias, pero ellos son mi responsabilidad como la encargada de los Soberanos.

Lucifer: Está bien, respeto tu decisión. ¿Cómo han estado tus hijas? Eran Odette y Clara, ¿no?

Carmilla: Sí, mis hijas han estado bien a lo largo de los años, me han ayudado mucho con mi negocio y me alegro de que puedan tener una vida pacífica ahora que se pospuso el exterminio hasta nuevo aviso.

Lucifer: Me alegra que haya ido bien.

Carmilla: ¿Y cómo le ha ido a usted? Después de lo que pasó con...

Lucifer: Lilith.

Con esas palabras Lucifer volvió a sentir un vacío en su corazón para ver su anillo.

Lucifer: La depresión es una perra, ¿no lo crees? Todos estos años me culpé porque ella se fuera, me sigo culpando por eso, siempre creí que por mi culpa había perdido a mi esposa, Charlie había perdido a su madre. Lo peor de todo es que me alejé de mi hija, cada día me pregunto cuántas veces ella necesitó de mí y yo no estuve para ella, en serio soy un mal padre.

Carmilla pudo ver como su rey estaba llorando frente a ella, nunca esperó ver al gobernante del infierno en esa situación, mucha gente siempre tenían la imagen de un dictador cruel que fue el causante de que el infierno se creara, pero en realidad solo era un hombre con el corazón roto que se culpaba por todo.

Carmilla: Lucifer...

Ella acercó sus manos a su rostro para secar esas lágrimas,

Carmilla: Todos hemos pasado por situaciones por las que desearíamos viajar en el tiempo para poder cambiarlas, pero eso es algo que no podremos cambiar, sino no estaríamos aquí. Sí, tal vez no seas el padre del siglo, pero eres el mejor padre que Charlie pudo tener, en especial cuando tengo entendido que tu la inspiraste a seguir ese sueño.

Lucifer: ¿Lo sabes?

Carmilla: Ella salió en el noticiero, en un momento de su canción te mencionó. El punto es que ahora mismo debes dejar el pasado en donde pertenece, y comenzar a ver lo que tienes por delante, tu hija te necesita, tu reino te necesita, tu gente te necesita. Es hora de que te conviertas en quien debes ser, el rey que necesitamos, el padre que Charlie necesita ahora.

Escuchando esas palabras Lucifer puede sentir como ese vacío en su corazón desaparecía, poco a poco se fue calmando hasta el punto en que dejó de llorar.

Lucifer: Lamento mucho que me hayas visto en este estado.

Carmilla: No tiene de que preocuparse, somos padres, nos tenemos que cuidar entre nosotros. Y estoy agradecida de que usted tuviera la confianza de liberarse.

Lucifer tomó las manos de la soberana para ver la diferencia de tamaño entre ellos.

Lucifer: ¿Te gustaría salir un día de estos? Me gustaría saber un poco más sobre lo que sucede en la ciudad.

Carmilla: Con mucho gusto, señor.

Después de varias horas Lucifer estaba llegando al hotel mediante un portal solo para recibir el abrazo de su hija mientras que los demás se iban acercando, Husk mantenía una botella de licor en sus manos para pasar el rato.

Charlie: Me tenias muy preocupada, ¿dónde estabas?

Lucifer: Estuve conversando con Carmilla, nos dejamos llevar y todo pasó muy rápido.

Charlie: Me alegra que te hayas divertido.

Lucifer: Igual a mí, hasta le pedí a Carmilla salir un día de estos para pasear por la ciudad.

Charlie: ¿E-en serio?

Lucifer: Sí, creo que ustedes lo llaman cita, ¿no? Tengo una cita con Carmilla.

Husk por la sorpresa rompe su botella dejándola caer al suelo.

Lucifer: Deberías tener cuidado, eso es peligroso.

Angel Dust: Por lo visto nuestro plan ya no servirá de nada.

Lucifer: ¿Plan?

Charlie: No es nada, ¿por qué no te vas a descansar a tu habitación?

Lucifer: Está bien, nos vemos mañana.

Con un beso en la mejilla de su hija se despide dejando a todos los demás en un silencio incómodo.

Alastor: ¿Quién lo diría? Si que es bueno en esto.

Lucifer ya se encontraba en su habitación para poder descansar, pero por primera vez en años se sentía relajado, feliz consigo mismo hasta el punto en que no quería descansar, ese pequeño momento con Carmilla le hizo darse cuenta de que había gente que se sentía como él por lo que decide intentar hacer ese cambio que su hija tanto le ha pedido. Al ver su rostro en el espejo se tocó sus mejillas recordando el tacto suave de las manos de la Soberana que vió hoy, haciéndole recordar varias emociones que creyó haber perdido con el pasar de los años.

Antes de acostarse se fija en su anillo que ha llevado puesto desde el momento en que se casó, nunca en su vida se lo había quitado sin importar que Lilith se hubiera ido, si quería dar ese primer paso para avanzar con su vida debía dejar todo aquello que le recordara su triste depresión. Al final se quita su anillo para dejarlo enfrente de una foto de ella, no pudo apartar la vista de esa foto sintiendo como la culpa se lo comía, comenzaba a creer que estaba cometiendo un error.

Lucifer: Mierda.

Al final se vuelve a colocar el anillo para irse a dormir, sintiendo que avanzaba un paso a la vez que retrocedía dos. Mientras que en otro lado del anillo del orgullo, Carmilla estaba viendo por la ventana de su habitación la hermosa vista que tenía de toda la ciudad, pero su mirada solo se fijó en el hotel Hazbin imaginando que su rey estaba descansando ahí.

Carmilla: Mucha gente solía creer que él era un hombre sin emociones, alguien de quien teníamos que cuidar nuestras palabras para no terminar muertos. Pero es solo un hombre con el corazón roto, alguien que quiere ser amado otra vez.

Desata sus coletas en forma de cuernos dejando libre su enorme cabello plateado para dirigirse a su cama, mientras se quitaba sus zapatos no podía quitar de su mente la sonrisa que le dió Lucifer cuando le agradeció su consejo, nunca lo había visto sonreír de esa manera y eso fue algo que no quiere olvidar jamás.

Carmilla: ¿Sería bueno hacerle una visita mañana?

Ambos seres importantes del infierno no pudieron descansar esa noche, uno no dejaba de pensar en la culpa del pasado mientras que otro pensaba en lo que podría hacer en el futuro.

Fin del Capítulo 3.

El Rey Y La Soberana: Lazos InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora