Capítulo 41

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En este día que parecía ser normal Carmilla se encontraba colocando un vestido plateado con negro para después colocarse su collar, en ese día ella planeaba saldar cuentras con alguien que no deseaba ver para nada pero sabe que debía hacerlo, de uno de los cajones de su mesa encontró el sobre que les había entregado Blitzø cuando había cumplido con su parte del trato. Salió de su habitación hasta llegar a la sala de estar en donde podía escuchar a Lucifer platicando con alguien.

Lucifer: Ya veo, ¿qué más?

Rory: Gugu... gaga...

Lucifer: No te creo, así que así te sientes.

Rory: Ba... ba...

Lucifer: Te entiendo, pero así son las cosas.

Rory: Ga... da...

Lucifer: Así es.

Rory: Mmm... ma...

Lucifer: ¿Mamá?

Al voltear se encontró con Carmilla que estaba sonriendo por todo lo que vio.

Carmilla: ¿Siquiera entiendes algo de lo que dice?

Lucifer: No, para nada, pero sé que me quiere hablar, así que no puedo ignorarla.

Carmilla: Ya veo.

Lucifer: ¿Y por qué estás muy hermosa el día de hoy?

Carmilla: Quiero llevar a Rory a pasear, y tengo que mostrar mi imagen de reina.

Lucifer: Ya veo, ¿quieres que las acompañe?

Carmilla: No te preocupes, estaremos bien, y creo que deberás ayudar a Charlie con sus planes de su boda.

Lucifer: Cierto, lo había olvidado.

Con su hija en sus brazos se la dio a su madre para después irse a vestir, sin saber que la niña quería seguir estando con su padre mostrando tristeza.

Carmilla: No te preocupes, cariño, después jugarás más con él, por hoy tu serás solo mía.

Acercó a su hija para darle un beso en la mejilla viendo que la niña comenzaba a aplaudir de felicidad.

Carmilla: Muy bien, hora de irnos.

Al momento de salir vio como un carruaje la estaba esperando, desde que se casaron decidieron tomar más en serio las cosas con respecto a su estatus como reyes, en especial ella por lo que cada vez que salían habían guardias vigilando, choferes personales tanto para sus autos como para el carruaje. Se subió al carruaje para comenzar su recorrido por la ciudad viendo como la mayoría se inclinaba ante su presencia, Carmilla los saluda mientras que Rory no hacía otra cosa más que verlos sin entender nada, ella solo se enfocaba en aquellos letreros brillantes de los negocios.

En eso pasaron por el negocio en donde la mayoría de demonios y pecadores se estaban complaciendo por lo que Carmilla le tapó los ojos a su hija sabiendo que aún no era momento de que ella supiera ese tipo de cosas, aunque tampoco es que quisiera que ella lo supiera más adelante. Abrió el sobre en sus manos leyendo la información, sabía que tenía que ser el lugar en donde uno menos esperaría buscar, después de todo ese lugar había sido abandonado que nadie quiso volver ahí.

Carmilla: Muy bien, Rory, vamos a tener que visitar a alguien que mami odia mucho.

Rory: Goo...

El carruaje las terminó llevando hasta la antigua mansión en donde Lucifer solía vivir antes de que se conocieran, con solo verla pudo darse cuenta de que el tiempo no le hizo cosas buenas a su imagen, con su hija en sus manos decidió ingresar a la mansión para ver que todo el lugar estaba algo decente, más de lo que ella esperaba. No había tanto polvo, algunos muebles se veían limpios a la vez que veía que había basura que no debería estar ahí.

El Rey Y La Soberana: Lazos InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora