Después de haber conversado con su padre sobre lo sucedido, Charlie se fue por el ascensor hasta llegar al lobby donde se encontró con Vaggie.
Vaggie: ¿Entonces?
Charlie: Me dijo que fue un accidente, pero no creo que sea eso.
Vaggie: Ya veo, ahora necesito que vengas a ver esto, tenemos invitadas.
Charlie: ¡¿Pecadores que vinieron a redimirse?!
Vaggie: No creo que vinieran para redimirse.
Las dos se dirigieron al lobby donde se encontraban sus visitantes, siendo Carmilla junto a sus hijas.
Charlie: Carmilla Carmine, mucho gusto en conocerla.
Carmilla: El gusto es mío.
Vaggie: ¿A qué se debe tu visita aquí, Carmine?
Carmilla: Solo quería ver cómo había quedado su hotel después de lo sucedido en el exterminio, y puedo decir que sin duda se ve mejor que el anterior.
Charlie: Bueno, el anterior tenía su toque antiguo, este es uno más actualizado.
Carmilla: Me puedo dar cuenta de ello. ¿En dónde está tu padre?
Charlie: ¿Mi padre? Bueno, no ha salido de su habitación desde hace horas.
Vaggie: Porque tu le pediste que se quedara ahí.
Charlie: Quería que descansara.
Carmilla: Así que tu padre no está disponible, sólo quería hablar con él sobre aquello que tenemos pendientes.
Charlie: Oh, bueno, si quiere puedo ir por él.
Carmilla: No te preocupes por eso, no quiero entrometerme en su descanso.
En eso las puertas del ascensor se abren dejando ver a Lucifer en una bata de baño dirigiéndose al bar.
Charlie: Eeh, papá.
Lucifer: ¿Sí, cariño?
Charlie: Tenemos visitas.
Lucifer: ¿Visitas?
Al ver a su hija se percata que ahí estaba Carmilla junto a sus hijas.
Lucifer: ¿Carmilla?
Carmilla: H-hola, señor, lamento molestarlo.
Lucifer: No te preocupes, ¿de qué querías hablar?
Charlie: Papá, ponte bien tu bata.
Lucifer: ¿Mmm?
Al verse mejor se fija que no estaba cubriendo su torso dejando ver su piel pálida al igual que sus brazos oscuros.
Lucifer: P-perdóname, no esperaba que me vieras en este estado.
Carmilla: No se preocupe, todo quedará entre nosotros.
Sus hijas por su parte no dejaban de ver el cuerpo del rey del infierno, algo que hacía enojar mucho a Charlie.
Charlie: Papá, ¿por qué no vas con la señora Carmine a un lugar más privado para que puedan hablar?
Lucifer: Tienes razón, Carmilla, acompáñame.
La soberana solo siguió a su señor hasta el ascensor para que ambos llegaran al piso más alto del hotel donde se encontraba un camino que llevaba a dos lugares, pero solo se dirigieron a la habitación de Lucifer.
Carmilla: ¿Qué hay del otro lado?
Lucifer: Es la habitación de ese idiota de rojo.
Después de escuchar eso a Carmilla se le escapó una risa, nunca esperó escuchar al rey del infierno hablar así del soberano al que el infierno le tenía miedo por la fama que ganó.
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El Rey Y La Soberana: Lazos Infernales
RomantizmUna historia que explora la relación entre Lucifer, el rey del infierno, y Carmilla, la soberana de un poderoso territorio infernal. Después de años de separación y tristeza por el abandono de su esposa, Lucifer se encuentra buscando un nuevo propós...