Capítulo 25

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Un nuevo día infernal estaba comenzando en el infierno, y para Lucifer eso significaba un día más de vida en el que tendría que realizar muchas cosas, planificar su boda, prepararse para la entrevista que tendrá en unos días en la televisión con Katie Killjoy, y otro día en el que tenía que ver a Lilith que actuaba como si nada hubiera pasado. Había pasado una semana desde su incidente y todavía seguía recuperándose, ya no sentía tanto dolor al momento de hablar pero igual se mantenía callado por si algo pasaba.

Intentó levantarse de la cama hasta que siente como alguien no lo dejaba salir, al ver quien era se encuentra con Carmilla que lo abrazaba mientras dormía, ya habían comenzado su mes de prueba para ver si estaba bien quedarse en la residencia juntos, al fin y al cabo tenían dos opciones más: El hotel Hazbin o construir un nuevo hogar, no es como si el dinero les faltara.

Para no despertarla decidió mantenerse quieto para observarla, a pesar de todo lo que había pasado seguía sin creer que iba a volver a casarse, en especial con alguien que podía entenderlo con sus problemas como padre. A pesar de las diferencias que había entre ellos como el tamaño de sus manos, la altura de los dos, su estatus como rey y soberana, a él no le importaba eso, estaba feliz con todo lo que tenía ahora mismo.

Cada noche cuando no podía dormir solo se enfocaba en ella, en su belleza que lo ayudaba a relajarse.

Y es por eso que cada vez que se encuentra con Lilith siente que todo eso desaparecerá si no tiene precaución, tiene miedo de que todo se esfume como lo hizo ella aquel día en que se fue, los únicos recuerdos buenos que tenía de ella eran cuando esperaban a Charlie. De ahí solo recordaba los momentos en que ella siempre alejaba a su hija de él, los momentos en que quería ser más cercano a Charlie en su niñez pero siempre era impedido.

Carmilla comenzó a despertarse para ver como Lucifer se le quedaba viendo pensativo, algo de lo que ella ya estaba acostumbrada.

Carmilla: Buenos días.

Lucifer: Hola.

Cada día deseaba poder recuperar esos momentos, de hacer las cosas bien, pero no sabe si siquiera podrá volver a hacerlo, y eso era una de las cosas que él deseaba mucho.

Carmilla: ¿Quieres algo?

Lucifer: Un...bebé.

Carmilla: ¿Disculpa?

Al darse cuenta de lo que había dicho se levanta de inmediato para encerrarse en el baño, Carmilla intentó abrir la puerta pero no podía hacer nada.

Carmilla: Lucifer, por favor, ¿podemos hablar de esto?

Vio que por debajo de la puerta salía una nota por lo que la toma para leerla.

"No quiero"

Carmilla: Tienes que estar bromeando, Lucifer, voy a tirar esta puerta de una patada y sacarte de ahí cargando y sabes que lo haré. Así que abre la puerta ahora.

Otra nota pasó por debajo de la puerta.

"No"

Carmilla: Hijo de...

Al final cumplió con lo que había dicho y de una patada derribó la puerta para sacarlo cargando como si se tratara de un niño, aunque no era nuevo para Lucifer debido a su estatura. Los dos volvieron a quedar en la cama para poder conversar como los adultos que son, aunque a Carmilla le costaba hacer eso cuando su prometido tenía su pijama de patitos.

Carmilla: ¿Ahora si podemos hablar?

Lucifer: "Ya que"

Carmilla: Muy bien, ¿qué quisiste decir con lo de hace rato?

El Rey Y La Soberana: Lazos InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora