Era una dulce y tranquila noche en el infierno, en la habitación que Lucifer Morningstar tenía en el hotel se encontraban él y Carmilla teniendo una noche llena de pasión bajo la oscuridad. Ella estaba sentada en su regazo rodeando sus piernas alrededor de su cadera mientras estaban al borde de la cama.
Carmilla: Lucifer, déjame descansar.
Lucifer: ¿Segura? Porque eso mismo dijiste anoche, pero tus piernas me decían lo opuesto.
Sus manos recorrieron su cuerpo hasta llegar a su busto provocando que sintiera escalofríos, la emoción que sentía era extraña, a pesar de que siempre hacían lo mismo cada vez que podían. Con un beso intentó callar sus gemidos para que nadie más los escuchara, algo que le divertía mucho a Lucifer y por ello siempre se esforzaba para ver cuál iba a ser su límite.
Carmilla: Lucifer...
Lucifer: ¿Sí?
Carmilla: Te am...
Emily: ¿Papá?
Al escuchar el sonido de la puerta rechinando ambos se cubren con una sábana sin darles tiempo de cambiar de posición y solo para ver como Emily entraba a la habitación.
Lucifer: Hola, cariño. ¿Sucede algo?
Emily: ¿Qué están haciendo?
Lucifer: Bueno, cada noche nosotros solemos darnos...un abrazo como muestra de afecto.
Emily: Oh, ¿puedo unirme?
Carmilla: No, lo que pasa es que...
Lucifer: ¿Qué deseas, Emily?
Emily: Solo quería saber si podíamos pasar un tiempo juntos mañana.
Lucifer: Oh, claro, podemos ir a donde tú quieras.
Emily: ¿En serio?
Lucifer: Claro, ¿qué tal si vas a la cama a descansar?
Emily: Se escuchará raro, pero, ¿podrías arroparme?
Lucifer: Está bien, pero esperame en tu cama.
Emily: Muy bien.
Luego de que se fuera ambos adultos se quedaron viendo para abrazarse más fuerte por la vergüenza que pasaron.
Carmilla: Te dije que debíamos hacerlo en mi habitación.
Lucifer: Como si tus hijas no nos hubieran visto haciendo lo mismo.
Carmilla: Y eso fue porque olvidaste ponerle seguro a la puerta otra vez.
Lucifer: Ya dije que lo siento.
Carmilla: ¿Ahora cómo voy a ver a esa niña a la cara?
Lucifer: Oye, ¿aún tienes ganas de hacerlo después de que regrese?
Carmilla: ¿Es una broma?
Lucifer: ¿Qué? ¿El hecho de ser descubiertos no te dió algo de emoción?
Carmilla: Bueno...está bien, si no vuelves dentro de cinco minutos la emoción se habrá ido.
Lucifer: Acepto el reto.
Después de que Lucifer se colocara su pijama para salir de la habitación, Carmilla se quedó viendo al techo pensando en lo que estaba a punto de decirle antes de que llegara Emily.
Carmilla: No seas tonta Carmine, primero asegúrate de que sea el correcto. No querrás volver a pasar por ese dolor otra vez.
Lucifer por su parte estaba llegando a la habitación de Emily para encontrarla en su cama, le daba gracia ver como alguien que podía tener la misma edad que su hija le pidiera arroparla.
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El Rey Y La Soberana: Lazos Infernales
RomanceUna historia que explora la relación entre Lucifer, el rey del infierno, y Carmilla, la soberana de un poderoso territorio infernal. Después de años de separación y tristeza por el abandono de su esposa, Lucifer se encuentra buscando un nuevo propós...