23 "Petición"

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Emma

Dejo pequeños besos en sus hombros, cuello, mentón, labios, todo su hermoso rostro, y en este punto ya no son lujuriosos, solo quiero hacerle sentir todo el amor que siento por ella, que esto no es nada carnal, que realmente estoy enamorada de ella y nadie me ha hecho sentirme de esta manera.

-Mi amor -acaricio mi nariz en su cuello, soy adicta a su aroma y ahora a su sabor.

Tiembla debajo de mí, me incorporo un poco para observarla y está riéndose, no tengo idea lo que le causa gracia, pero si yo provoco su felicidad, simplemente seguiré haciendo lo que la hace estar así.

-Me haces cosquillas -me dice riéndose.

Ese sonido es lo más hermoso, pero su cara toda sonrosada, sudada, con el brillo en sus ojos, me embelesan, está mujer es mi perdición y hago todo lo que me pida.

Por seguir escuchando su risa, le hago cosquillas, haciendo que se retuerza debajo de mí como gusanito.

-Amor, para por favor -me detengo al escuchar llamarme amor.

-Dilo de nuevo -acuno su rostro con mis manos para acariciarla.

-Detente por favor -me mira divertida.

-Eso no, lo otro -susurro en suplica.

-Amor -sus ojos se achican ante su sonrisa enorme.

La lleno de besos, y ella me corresponde, haciendo girarme y quedar arriba de mí, sus manos se sostienen de mi cintura, me incorporo un poco para besar sus pezones rositas y mis manos las llevo a su cintura, pero como me incorporé muy rápido sentí un mareo.

-Emma, ¿estás bien? -cerré mis ojos y mi estómago comenzó a gruñir.

-Creo que fue porque no he comido nada -le digo sin abrir mis ojos.

-Ahora vengo, te haré algo de desayunar -se baja de mi regazo.

-No te preocupes, en la mesa dejé mi desayuno, solo necesito algo dulce -trago con dificultad al sentir mi boca seca.

-Ya vengo -escucho como sale de la habitación apresurada.

Me recuesto un poco, por el malestar que tengo, el no haber desayunado después de haber corrido veinte kilómetros y luego hacerle el amor a Esther, ya descompensó mi cuerpo, haciéndome anhelar algo con alta glucosa.

-Ya regresé mi amor, aquí están tus hotcakes, les puse miel, no los calenté porque tardaría más y necesitas comer algo ya -deja varios besos en mi mejilla y yo solo sonrío porque me llama amor.

-Ya comí y estaba delicioso ese manjar -no puedo evitar decirle pícaramente.

-¡Emma! -me causa gracia ver su rostro todo rojo.

-Acabamos de hacer el amor y te avergüenzas por mi comentario -me carcajeo.

-Aquí tienes, come tu sola -me coloca el plato en el abdomen.

-No amor -la agarro de la muñeca antes de que se aleje, -corderito -le hago un puchero.

-Contigo no puedo -me da un beso. -Voy a calentarte los huevos revueltos y ya regreso -la jalo para que se siente a un lado conmigo.

-No, así está bien, solo comamos esto por mientras y salimos a desayunar algo fuera -me incorporo para darle espacio en la cama.

-¿Vas a querer comer más después de esto? -me pregunta muy sorprendida.

-Sí, voy a quedar con hambre y luego de hacer tanto cardio mucho más -sus mejillas se ponen muy rojas y me da risa.

Le doy varios besos, ella corta un poco de mis hotcakes, pensé que iba a probarlo, pero el bocado que partió es para mí, me da de comer y prueba bocados, así estamos hasta que nos lo terminamos, la lleno de besos hasta que sonríe.

Prohibido amarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora