Emma
Dejo pequeños besos en sus hombros, cuello, mentón, labios, todo su hermoso rostro, y en este punto ya no son lujuriosos, solo quiero hacerle sentir todo el amor que siento por ella, que esto no es nada carnal, que realmente estoy enamorada de ella y nadie me ha hecho sentirme de esta manera.
-Mi amor -acaricio mi nariz en su cuello, soy adicta a su aroma y ahora a su sabor.
Tiembla debajo de mí, me incorporo un poco para observarla y está riéndose, no tengo idea lo que le causa gracia, pero si yo provoco su felicidad, simplemente seguiré haciendo lo que la hace estar así.
-Me haces cosquillas -me dice riéndose.
Ese sonido es lo más hermoso, pero su cara toda sonrosada, sudada, con el brillo en sus ojos, me embelesan, está mujer es mi perdición y hago todo lo que me pida.
Por seguir escuchando su risa, le hago cosquillas, haciendo que se retuerza debajo de mí como gusanito.
-Amor, para por favor -me detengo al escuchar llamarme amor.
-Dilo de nuevo -acuno su rostro con mis manos para acariciarla.
-Detente por favor -me mira divertida.
-Eso no, lo otro -susurro en suplica.
-Amor -sus ojos se achican ante su sonrisa enorme.
La lleno de besos, y ella me corresponde, haciendo girarme y quedar arriba de mí, sus manos se sostienen de mi cintura, me incorporo un poco para besar sus pezones rositas y mis manos las llevo a su cintura, pero como me incorporé muy rápido sentí un mareo.
-Emma, ¿estás bien? -cerré mis ojos y mi estómago comenzó a gruñir.
-Creo que fue porque no he comido nada -le digo sin abrir mis ojos.
-Ahora vengo, te haré algo de desayunar -se baja de mi regazo.
-No te preocupes, en la mesa dejé mi desayuno, solo necesito algo dulce -trago con dificultad al sentir mi boca seca.
-Ya vengo -escucho como sale de la habitación apresurada.
Me recuesto un poco, por el malestar que tengo, el no haber desayunado después de haber corrido veinte kilómetros y luego hacerle el amor a Esther, ya descompensó mi cuerpo, haciéndome anhelar algo con alta glucosa.
-Ya regresé mi amor, aquí están tus hotcakes, les puse miel, no los calenté porque tardaría más y necesitas comer algo ya -deja varios besos en mi mejilla y yo solo sonrío porque me llama amor.
-Ya comí y estaba delicioso ese manjar -no puedo evitar decirle pícaramente.
-¡Emma! -me causa gracia ver su rostro todo rojo.
-Acabamos de hacer el amor y te avergüenzas por mi comentario -me carcajeo.
-Aquí tienes, come tu sola -me coloca el plato en el abdomen.
-No amor -la agarro de la muñeca antes de que se aleje, -corderito -le hago un puchero.
-Contigo no puedo -me da un beso. -Voy a calentarte los huevos revueltos y ya regreso -la jalo para que se siente a un lado conmigo.
-No, así está bien, solo comamos esto por mientras y salimos a desayunar algo fuera -me incorporo para darle espacio en la cama.
-¿Vas a querer comer más después de esto? -me pregunta muy sorprendida.
-Sí, voy a quedar con hambre y luego de hacer tanto cardio mucho más -sus mejillas se ponen muy rojas y me da risa.
Le doy varios besos, ella corta un poco de mis hotcakes, pensé que iba a probarlo, pero el bocado que partió es para mí, me da de comer y prueba bocados, así estamos hasta que nos lo terminamos, la lleno de besos hasta que sonríe.
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Prohibido amarnos
RomanceTodo el caos en la vida de Esther, comenzó un domingo cualquiera, cuando iba de compras a una plaza comercial de la ciudad de Puebla. A partir de ese día su vida haría catarsis por ese encuentro tan casual. Nunca se imaginó que comenzaría a cuestion...