Esther
Tengo mucho sueño por casi no haber dormido, después de leer toda la información que encontré en internet, solo me quedé pensando en todo lo que siento por Emma, todos esos sentimientos que revolotean en mi interior al estar cerca de ella, he llegado a la simple conclusión que estoy perdidamente enamorada de ella.
Mi problema, es el miedo, miedo a todo, desde mis padres, las personas a mi alrededor que juzgaran este amor, pero sobre todo por culpa de este miedo, la termine perdiendo, más por no tener el valor de decirle todo lo que ella me hace sentir, y es que desde que ella está en mi vida, simplemente me siento la mujer más amada.
Extraño demasiado nuestras conversaciones, su cercanía, la manera tan linda y atenta de tratarme, extraño entrelazar sus manos frías y que invada una ola de calor por todo mi cuerpo con sus caricias, pero más extraño sentir su dulce aroma, ese que me provoca querer morderla y que me contengo porque se enoje.
<<Nunca se enojaría contigo.>>
Simplemente mis pensamientos están en ella, que no le doy tanta importancia a mi trabajo, me regaño mentalmente porque es la contabilidad de un cliente nuevo, aunque mis ojos están clavados en la pantalla de la computadora, navegando tontamente entre los documentos que le solicitamos para hacer la revisión completa. Mi concentración está en la mujer de ojos color miel que tanto me gusta.
Desearía ver esa sonrisa y esos hoyuelos que se le forman cuando sonríe de más, hace que todo mi interior se llene de calidez, como el Sol que sale por las mañanas, y el brillo en sus ojos que son el universo que me hace sentir tan única, cuando solo me mira a mí e ignora todo a su alrededor.
Mi celular comenzó a sonar, haciéndome salir abruptamente de mi estado de ensimismamiento, contesté sin mirar el remitente.
-Corderito, te necesito -susurra con una voz demasiado ronca.
Me tense al escuchar su voz afligida, ella nunca usa ese tono de voz, se me dificulta contestarle por comenzar a sobre pensar.
-Emma, ¿dónde estás?, ¿está todo bien? -la preocupación me invade.
-En mi departamento, ven corderito -me suplica.
Siento un hueco en mi pecho, realmente algo malo debe estar sucediendo para que me esté hablando así.
-Voy enseguida -me levante y agarre mis cosas.
Solo guardé los avances de mi trabajo, realmente no era demasiado, apagué mi computadora y fui con mi jefe a avisarle que debía que retirarme por una emergencia, agradecí por dejarme irme sin poner objeción alguna.
Simplemente me fui lo más deprisa posible, con el corazón desbocado, y con la preocupación de que algo grave le haya sucedido a Emma. Después de semanas sin hablar o tener cualquier contacto con ella, finalmente la veré.
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Prohibido amarnos
RomansaTodo el caos en la vida de Esther, comenzó un domingo cualquiera, cuando iba de compras a una plaza comercial de la ciudad de Puebla. A partir de ese día su vida haría catarsis por ese encuentro tan casual. Nunca se imaginó que comenzaría a cuestion...