Esther
Finalmente ha llegado el día que me voy con Emma a la CDMX, para su tan anhelada carrera, estoy emocionada porque he mirado su constancia y disciplina al entrenar, además de que está muy enfocada en su meta.
Estas últimas semanas me ha tocado verla dando hasta el último esfuerzo para llegar en la mejor condición, además de que ha cuidado su dieta exigentemente, después de su cumpleaños no ha comido nada fuera de lo que está en su plan, me dice que es porque debe cuidar meticulosamente todo lo que come para que no le afecte el día de la carrera.
Por supuesto que me he adaptado a sus entrenamientos y su alimentación, que los fines de semana voy a su departamento a cocinarle, es tan relajante hacer algo para ella y más ver su cara de felicidad.
Los sábados me voy muy temprano a su departamento, aprovechando que tengo llave para entrar, para que al momento que ella regrese ya esté su desayuno y no tenga que hacerse ella después de estar tan agotada.
Normalmente desayunamos juntas y luego se baña, a veces nos dormimos, otras vemos alguna película, leemos algún libro, platicamos o disfrutamos de estar en silencio, solo con nuestra compañía, o paseamos por la ciudad.
Ya sabía, pero todo esto me ha ayudado a confirmar que siempre quiero estar pegada a ella, abrazándola, dándole besos, a veces un simple abrazo no me sirve, quiero sentirme más apegada a su cuerpo. Pobre de mí lobito, aparte de estar cansada debe de soportar mis ataques de cariño.
Como en este momento, que después de no verla en días, al verla bajar las escaleras de su departamento me aviento a sus brazos y la estoy llenando de besos, ya tiene las mejillas coloradas, se mira tan tierna así, como para comérsela.
<<Caníbal>>.
-Mi amor, te extrañé mucho, mi lobito hermosa -estampo mis labios con los de ella.
-Yo también mi amor -me abraza y hunde su cara en la curvatura de mi cuello, siento como suspira.
-Comiendo pan delante de los pobres, ¿no les da remordimiento? -nos interrumpe Noa.
-La verdad, no -le contesta Emma sin salir de mi cuello.
-Eres muy mala y dices ser mi amiga, mi hermana -se lleva la mano al pecho de manera dramática.
Me causa gracia la interacción de ambas, si normalmente con Noa me divierto, ahora con ambas nunca puedo parar de reír y luego eso hace que me duela el estómago de tanto carcajearme.
-Sirve de algo y sube mi maleta -le saca la lengua Emma.
-Ahora resulta que soy tu cargadora -abre la boca exageradamente.
-Todavía que nos interrumpes -Emma alza la ceja, con sonrisa burlona dibujada en sus labios.
-Ya dejen de pelear y mejor emprendamos nuestro viaje, antes de que oscurezca -les digo seria.
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Prohibido amarnos
RomanceTodo el caos en la vida de Esther, comenzó un domingo cualquiera, cuando iba de compras a una plaza comercial de la ciudad de Puebla. A partir de ese día su vida haría catarsis por ese encuentro tan casual. Nunca se imaginó que comenzaría a cuestion...