𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄

1.25

Los meses pasaron con rapidez, y un nuevo año comenzaba a asomarse por el amanecer.

Nunca había adorado pasar el tiempo con su familia, e incluso con su pareja, aunque claro, aquellos meses en los que no tenía descanso alguno, ahora parecía tenerlo.

—¿Otra fiesta?.— preguntó ella sin elevar la vista del libro que se encontraba leyendo.

—Son divertidas, créeme.— aseguró su amigo con una sonrisa.— vamos, ¿si?.

Elevó la vista levemente, observando a su amigo interrogante.— Jungwon, no me gustan ese tipo de cosas.

—Ve conmigo, es el cumpleaños de Jay, será algo pequeño.

Lo pensó unos instantes, realmente no tenía nada que hacer aquel día, por lo que asintió levemente.— Bueno, me convenciste, pero si no me siento cómoda me iré de ahí, ¿entendido?.

Él asintió sonriente, pero había algo en su mirada que no terminaba de convencerla, había algo, él estaba escondiendo algo que ella no sabía.

—¡Perfecto!, pasaremos por ti a las siete, no estés tarde.

(. . .)

No entendía por qué hacía caso a todo, pero ahí estaba, arreglándose para ir con su amigo a un lugar en el cual no estaba muy segura de si ir o no.

Pero no importaba, de todas formas estaba a salvo, o eso creía.

Aquella noche su padre tendría turno extra, por lo que no se encontraba en casa, en cambio, Isabella se encontraba ahí, encerrada en su habitación.

Cuando recibió la notificación de su mejor amigo diciéndole que ya estaban fuera de su casa, ella supo que ya era hora de irse, así que fue directamente a la habitación de Isabella, y abrió la puerta suavemente, encontrándose con una imagen diferente a la de siempre.

—¿Vas a salir?.— preguntó la menor a la mayor, quien asintió levemente.

—Veré a Jessica en el cine, ¿también saldrás?.

—Iré a una fiesta, llegaré un poco tarde, por si tardo en llegar.— la miró levemente, ya no había rastros de aquella joven que estuvo prácticamente como muerta durante aquellos meses, se veía mejorada, tal vez hasta un poco mejor diría ella.

—Ten cuidado, por favor.

Minji asintió, dándole una sonrisa.— tranquila, estaré bien.

—Si no te sientes cómoda y quieres que vaya por ti, no dudes en llamarme.

—Gracias, nos vemos.— se despidió.

Y con ello salió de casa, mirando el auto de Jay, Jungwon le sonrió desde dentro, invitándola a pasar al auto.

—Wow Minji, te ves radiante.— halagó el rubio, mirándola por el retrovisor.

—Gracia, Jay, feliz cumpleaños.— habló sin mirarlo.

Jungwon estaba algo nervioso, pero no lo demostró en aquel momento.— Minji, hoy nos divertiremos demasiado.

—Eso espero Wonnie.

Rápidamente llegaron al lugar, y lo que a ella le comentaron realmente no era para nada una pequeña reunión.

El lugar estaba a reventar, la gente se encontraba fuera de casa, al igual que dentro de ella, el sonido de la música era realmente fuerte, por lo que ella supuso que una vez dentro del lugar la comunicación sería terrible.

Una vez que ingresaron al lugar notó como su mejor amigo tenía una mirada completamente rara, algo que no le daba buena espina.

El ruido de la música a alto volumen la tenía aturdida, realmente no sabía cómo estar en aquel ambiente, pero pretendía comprenderlo.

—La música está muy alta.— habló\ gritó al joven que se encontraba a su lado, quién solamente la miró con una pequeña sonrisa nerviosa.

—Así suele ser en este tipo de lugares.— respondió el de la misma manera, mirando en una dirección exacta.— no te preocupes, estás conmigo, y vamos a divertirnos.

Suspiró pesadamente, asintiendo rendida.— Muéstrame cómo divertirme aquí.

( . . . )

Todo se había salido de control.

Minji se sentía incómoda, llevaba en el lugar dos horas y ya quería irse de ahí.

Perdió de vista a su mejor amigo y a el novio de este mismo, ahora se encontraba en un rincón sola, con un vaso en su mano que no contenía una sola gota de alcohol en el.

No era de las que bailaba, y mucho menos de las que ingería alguna bebida como esa, y aquella ocasión no era la excepción.

—Hola, bonita.— escuchó a su lado, a lo que inmediatamente volteó a mirar a la persona.

Hizo una leve mueca, e ignoró al joven, pero parecía que él no quería ser ignorado, por lo que nuevamente le habló.— ¿Estás sola?.

Viendo que aquel joven no se rendiría, volteó nuevamente a mirarlo, y dándole una sonrisa fingida, respondió.— No, mi amigo llegará pronto.

Pareciera que él no se tragó aquel cuento, así que acercándose más a ella, y dándole una pequeña risa, volvió a hablarle.— Eh escuchado eso muchas veces, y sé que en este tipo de lugares jamás vuelven las amistades.

—¿Puedo ayudarte en algo?, ¿no?, entonces te pido de la manera más amable que conozco que por favor me dejes sola.— no le gustaba perder la paciencia, pero aquel joven realmente le estaba haciendo perderla.

Bebió de su vaso nuevamente, pero no notó la sonrisa que él puso cuando la vio tomar de él, y sabiendo que pasaría, pasó su mano por los hombros de la joven, apegándola más a él.

—¿Por qué no bailamos un poco?.— preguntó en tono coqueto.

Ella forcejeó un poco, tratando de alejarse de él, pero era imposible, la fuerza que él tenía era más que la de ella.— Déjame en paz.

—Vamos preciosa, sé que quieres divertirte.

—Déjame, por favor.— sentía su cuerpo pesado, y poco a poco comenzó a ver borroso, se sentía tan mal que realmente las ganas de seguir alejándose de él se volvieron nulas.

El joven, viendo lo que estaba ocurriendo, la tomó por la cintura, simulando que la estaba "ayudando" y la guió hacia fuera de la casa, lista para llevársela a otro lugar.

—Por favor, no...

Miró con sus ojos desorbitados a la lejanía una figura, que rápidamente distinguió como su mejor amigo, quien le estaba mirando con lástima, pero no hizo nada por evitarlo, ya que Jay le tenía sujeto de su cintura, evitando que él fuera con ella.

Minji no podía seguir de pie, y cayó, perdiendo la consciencia.

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