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—Sam Uley es peligroso.

—¿Perdona?.

—No debes de juntarte con Sam, es peligroso.

Minji le miró como si de una loca se tratase, claro estaba que todos en el pueblo lo conocían por su dichosa "secta", pero era todo lo contrario a lo que les decían, Sam no era peligroso y ella misma lo sabía.

—Bella, no sabes lo que dices.— alegó suavemente, cerrando el libro que tenía en sus manos.

—Te vi lanzarte del acantilado.

Ella le miró con sorpresa evidente.—Estábamos divirtiéndonos.

La castaña se acercó y tomó sus manos.— Escucha, sé que últimamente no nos llevamos bien del todo, pero realmente no quiero que te pongas en peligro, Sam Uley y todos los que le rodean son mala influencia para ti.

—Isabella, creo que no te has puesto a pensar en tu vida últimamente.— se puso de pie y caminó hacia la salida, recargándose en el marco de su puerta.— se lo que me conviene y lo que no lo hace, tú no has convivido con ellos, te dejas guiar por lo que alguien te dijo, y eso está mal.

La joven caminó hacia la puerta, mirándola con un toque de culpa y preocupación.— Minji, yo...solo piensa en lo que te estoy diciendo, no quiero que termines en malos pasos.

—No será así.

Y cerró la puerta en su cara, colocándole seguro a la misma, a veces se preguntaba el por qué Isabella Swan era tan doble moral sobre las situaciones que las rodeaban a ambas.

Ella no era nadie para advertirle sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, ella había estado saliendo con un vampiro u nunca se lo dijo, ella sabía que era peligroso y aún así se quedó con el, entonces, ¿por qué quería prohibirle el tener que juntarse con su novio y sus amigos?. No la entendía en lo absoluto.

—Que linda pijama.— escuchó a sus espaldas.

Paul acababa de entrar por la ventana, a lo que ella rápida se acercó para abrazarlo, importándole poco el que estuviera medio desnudo en su habitación.—Me has asustado.

—Lo lamento nena, te vi muy pensativa.— la sostuvo de la cintura, sintiéndose en paz consigo mismo.— ¿Qué es lo que ocurre?.

Dudo en decirle, pero al cabo de unos segundo, lo miro a los ojos.— Isabella me ha dicho que me aleje de ustedes, según ella por qué son "peligrosos".

Y aunque ella lo dijo en tono de broma, Paul se quedó congelado, asimilando lo que ella acababa de decirle. La miró con un toque de decepción, pero a la vez con burla en su mirar.— Isabella Swan no sabe dónde meter la nariz últimamente, no deberías de hacerle caso.

—Obviamente no lo hice.— se sentó en su cama, mientras que observaba sus manos unidas.— es solo que, me molesta que ella se sienta con el derecho de querer decirme algo, cuando claramente ella no tomaba en cuenta lo peligroso que era estar con los Cullen siendo vampiros.

Paul tomó su mano con suavidad, acariciando en dorso de la misma.— Aunque no miente, un lobo puede llegar a ser peligroso cuando pierde el control de sí mismo. El ejemplo de eso es el de Sam y de Emily.

Minji le miró con sorpresa, realmente no sabía que algo así pudiera llegar a ocurrir.— ¿Sam lastimó a Emily?.

—Sucedió antes, de hecho. Sam dejó a su prometida cuando se imprimó de Emily, y ella quedó devastada por eso, cuando un lobo apenas está aprendiendo a controlarse sus impulsos son más fuertes que uno mismo, y es inevitable.— miró por la ventana, sin querer mirarla del todo.— Sam y Emily discutían, perdió el control y se transformó en la cabaña, y cuando menos lo pensó, lastimó a Emily, ¿has visto la marcas en su cara y en sus brazos?.

—¿Sam la atacó?.

—Fue inevitable, era muy inestable.— suspiró para luego mirar a su novia.— el hasta la fecha se sigue lamentando, aquello son marcas que jamás se borran, Emily tiene que vivir con eso, y para Sam, es el recuerdo que siempre lo perseguirá.

—¿Qué es la imprimación?.— preguntó lentamente, y pareció que había golpeado a Paul.

El moreno miró a otro lado, sintiéndose acorralado por tener que contar aquello.— La imprimación es...un sentimiento fuerte, es como si todo el amor que sintieras hacia tu padre, hacia tu familia, hacia tus amigos y hacia tus seres queridos que te rodean se juntase en un solo lugar, ya no es una fuerza de gravedad que te sostiene, ahora es una persona a la cual estás destinado a tener. Para ella puedes ser un amigo, un protector, una pareja, o un conocido solamente.

Asimilo lo que le acababa de contar, mirando sus manos con nerviosismo.— Cariño...¿te has imprimado en alguien?.

Él asintió, mirándola directamente a sus ojos.— Me he imprimado, si. Es una chica que conocí hace bastante tiempo, recuerdo que ella llegó al taller donde trabajo, y nos dijo que le arregláramos el problema que tenía de sus luces frontales a su motocicleta.— sonrió levemente, y él pudo jurar ver un destello de sorpresa en ella.

—¿Soy tu impronta?.

—Y mi novia.— llevó lentamente su mano hacia la mejilla de su pareja, quien ante el tacto de su pareja, se relajó al instante.— No lo dije antes por qué no sabría cómo reaccionarías, pero ahora, ver que no me juzgaste, me alegra demasiado, nena.

—¿Por qué debería de juzgarte?.— cuestionó suavemente, sin quitar la mirada de aquellos ojos cafés que le encantaban.

—No lo sé, tal vez no quería que pensaras que por ello te invite a salir, y que eso nos tenía obligados a ser algo más que amigos.

—Paul...te seré sincera. Cuando te conocí sentí algo que jamás había sentido, y creo que a partir del sentimiento de la imprimación se creó, pero no solo fue eso, también me sentía lista para aceptar todo lo que llegase a mi vida.— miró a su novio con una sonrisa, sintiendo como se relajaba al principio.— No me importa el tema de la impronta y todo eso, me importa lo que somos ahora, cariño, lo que tú y yo estamos creando en este preciso momento.

—Amor.

—Somos tú y yo, siempre un equipo, ¿de acuerdo?.

Él asintió, sonriendo al imaginarse el cómo era tan afortunado de tenerla como su novia.— de acuerdo, cariño.

—Nunca dudes de lo que yo siento por ti, Paul. Nunca lo hagas, por qué realmente él sentimiento que yo tengo hacia ti nació a su tiempo, y es algo real y puro, ten eso en cuenta.

Y ahí, Paul se dio cuenta, que si llegaba a perder a Minji, él no lo soportaría.

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𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora