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"Minnie de mi corazón, mi dulce y valiente princesita. ¿Cómo has estado?".
Enviado: 7:30 a.m.

"He estado ocupado con los temas de la empresa del señor Jeon, últimamente se ha juntado mucho trabajo y debo de estar al pendiente de ello."
Enviado: 7:31 a.m.

"Me he enterado del fallecimiento de Harry, realmente lo siento mucho, por favor dile a Sue que siempre estará en nuestros corazones, y que lo mi más grande pésame para todos ellos.
Por favor cuida de Seth, sobre todo de él, sabes que él era el más unido al señor Harry, me imagino por lo que está pasando y él ahora necesita a un amigo, no lo dejes solo."
Enviado: 7:35 a.m

"Iba a ir de visita esta semana y pospondría todo, después de enterarme lo que te sucedió en aquella fiesta me lamenté demasiado y temí que te quedara algún tipo de trauma por lo que viviste. Lamento no haber estado ahí para ti, pero debo agradecer a Paul por no dejarte sola todo este tiempo."
Enviado: 7:39 a.m.

"Cuídense tú y papá, mi adorable princesita. Nos estaremos viendo pronto, más de lo que crees".
Enviado: 7:45 a.m.

Tener toda la atención sobre tus hombros era agobiador.

El cansancio mental y físico que estaba experimentando en aquel momento era tortuoso, sobre todo al estar teniendo que pisar nuevamente las instalaciones de la preparatoria de Forks.

No era de su agrado tener que volver a aquel lugar, pero a pesar de las insistencias de su padre y de su novio decidió hacerlo, ya que creyó que sería una buena idea.

Pero no lo fue.

En cuanto decidió descender de su camioneta todas las miradas cayeron sobre ella, y como era de esperarse los cuchicheos fueron instantáneos, y era obvio que estaban hablando de ella.

O del nuevo tema del pueblo: el regreso de los Cullen.

Pero ella no quería eso. No deseaba ser el centro de atención para nada, ya no era un secreto que ocultar lo que le hicieron aquel grupo de jóvenes en aquella fiesta.

Y ya no era de ocultar que su amistad con Yang Jungwon ya no existía.

Pero era doloroso para ella encontrárselo en el mismo salón de clases nuevamente, y sobre todo en aquel lugar que siempre compartían juntos.

Su respiración era entre cortada, le dolía verlo tan sonriente junto a Jay, ambos parecían absortos en su mundo, aunque todo el mundo estaba de esa manera.

Y lo primero que hizo al notar que ambos jóvenes la miraban fue tomar asiento en el primer lugar que encontró vacío, sintiendo su corazón later con frecuencia y su nerviosismo aumentó haciéndola sentirse mal.

No estaba preparada, no podía ver en la cara a las dos personas responsables que la habían hecho sufrir durante un periodo corto. Pero aún así eran cómplices de todo, y eso la estaba matando.

Algunos de sus compañeros que entraban al aula la reconocieron al instante, pero no preguntaron nada, solamente la saludaron cordialmente y se dirigían a sus asientos, algo que ella agradecía mentalmente.

Quien también se sorprendió al verla ahí fue su profesora de Matemáticas, quien no ocultó su sorpresa ni mucho menos su alivio al verla sentada en primera fila frente a ella.

—Me alegra tenerte de vuelta, Minji.— admitió la profesora en voz alta, haciendo que todos dirigieran nuevamente la mirada a la joven.

Ella solamente se limitó a asentir y a sonreír un poco.— Gracias, Maestra Jenn.

La maestra sonrió con cariño. Demostrándole pena y vergüenza.— Toma asiento, la clase comenzará.

Y volvió a sentarse, la realidad ahí es que ella no se sentía para nada bien, podría decirse que estaba pasando un mal rato gracias a todas las miradas que estaba recibiendo hacia su persona en aquel instante, y sin duda alguna no podía estar cómoda con ello.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora