𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄

2.38

—Maldita chupasangre.— murmuró Embry tocando su brazo izquierdo.

—Maldito Cullen.— se quejó Paul.— están mal si creían que entrarían a nuestro territorio.

—Creo que solamente trataban de atrapar a esa vampira.— dijo Seth en un tono bajo, pero siendo escuchado por todos.

—Si claro.

Aunque Paul tenía un presentimiento raro, su pecho dolió al momento de atrapar al Cullen y empujarlo, pero no era todo, el dolor parecía no terminar, ya que parecía extenderse y eso comenzaba a afectarle.

Al quejarse nuevamente llamó la atención de Sam, quien se acercó preocupado y puso una mano en su hombro para detenerlo.
—¿Te lastimaste?.

Negó ligeramente haciendo una mueca.— No, pero me duele el pecho, tal vez me saco el aire.

Pero el alfa sabía que algo estaba pasando, por qué aquel dolor no era para nada normal.
La casa de Emily se dejó ver a la vista de todos, y de ella salió una niña riendo, para recibir a Quil.

—¿Has hablado con Minji hoy?.— preguntó abrazando a Emily.

La mujer negó.— No, no ha respondido desde hace unas horas.

Paul miró a todos con un dolor en su pecho, sintiéndose un poco mareado.— ¿Qué sucede?.— preguntó a Kim, la impronta de Jared.

—Ten.— le extendió su celular.— no ha parado de sonar, eche un vistazo y no es un número que tengas registrado.

Él asintió con confusión, pero antes de devolver la llamada su celular sonó con fuerza, acaparando la atención de todos en aquel lugar.

—¿Diga?.

—¡Paul!, finalmente respondes.

Aquella voz era inconfundible, por lo que respondió.— ¿Jungkook?.

Escuchaba ruido de fondo, pero no lograba distinguir nada.— Eso no es importante, ¿Minji está contigo?.

El tiempo pareció detenerse y Paul flaqueó un instante, miró a los presentes, la manada sintió aquel mal presentimiento.— No...ella no está conmigo.

Escuchó un sollozo y una maldición de fondo, lo que lo alertó al instante.— Ocurrió algo en casa y salió hace casi dos horas, aún no la hemos encontrado y creíamos que estaba contigo.

Y fue ahí donde la preocupación y el miedo se apoderaron de Paul, sintió que tambaleó pero fue detenido por Sam a tiempo.— Ire a buscarla.

Hablo tembloroso.— Cualquier cosa o pista que tengas de su paradero por favor avísanos.

Y con eso terminó la llamada, mirando a sus amigos con temor.

—Vamos a buscarla.— sentenció Jacob.

—La pelirroja sigue ahí afuera, vamos rápido.

Paul no media lo que estaba sucediendo, temía por que su novia estuviera en peligro, debía encontrarla rápido.

—Paul.— llamó Sam.— vamos, no hay tiempo que perder.

El sin pensarlo un minuto más corrió transformándose en su lobo, inmediatamente trató de rastrear el aroma característico que desprendía su novia, pero no había pista alguna de ello.

Dentro de la cabeza de Paul miles de escenarios se hicieron presentes, cada uno de ellos peor que el último y todo ello lo mantenía abrumado que comenzaba a marearlo, todos sus amigos y compañeros de manada comenzaban a sentirse de esa manera, y eso estaba afectando el rendimiento de todos al buscarla.