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Tuvieron un buen rato, siendo sinceros, las cosas se habían calmado bastante y ahora se encontraban cantando a todo volumen.

Decir que Charlie estaba ebrio era poco, estaba fascinado con el aguante que tenía su yerno ante el alcohol que no paraba de ofrecerle bebidas cada vez más.

Obviamente la menor las tiraba, pues Paul debía de manejar y quería evitarle un problema o un accidente.

Todo había estado muy bien, hasta que de pronto Billy y Harry excusaron con que ya era demasiado tarde y debían de retirarse, por lo que se fueron con rapidez.

Pero lo curioso de todo eso fue la mirada que le dieron a Paul, quien al instante se tensó muy rápido, como si algo malo estuviera a punto de suceder.

Y pues si sucedió, a los minutos llegó Isabella con su novio, quien tenía cara de pocos amigos (como siempre).

-¿Charlie?.- preguntó ella.

Jungkook la miró.- Dormido.

Y si, Charlie ya se había quedado dormido. Isabella asintió confundida.- ¿Tú eres?.

-Jungkook, el hijo de Charlie.

-El adoptado.

El rió, asintiendo.- Pero al menos lo considero un padre.- golpe bajo.

Edward miraba a Paul con demasiada desconfianza, acto que no pasó desapercibido por Isabella y por Jungkook.

-Jungkook, creo que subiré a Minji a su cuarto, ¿podrías decirme cuál es?.

Por qué si, la menor también se encontraba dormida en un hombro del moreno.

El pelinegro miró al joven con una ceja alzada, inspeccionándolo.- yo subiré a Minji a su habitación, ya es tarde, creo que deberías irte.

Isabella miró a Edward.- También debería irte, es tarde.

Y aunque todos notaron la tensión entre Paul y Edward no dijeron nada, simplemente se limitaron a despedirlos como era correspondiente y cada quien se marchó a su respectiva habitación.

Paul salió de la casa Swan sintiendo su cuerpo arder, pero se tranquilizó al instante, no se arriesgaría a que lo vieran transformarse, pero por alguna razón el universo no se encontraba de su lado en aquel momento y sintió la presencia del Cullen pisándole los talones, lo que le hacía perder los estribos.

-Estas fuera de tu parte del tratado.

Paul suspiró tratando de calmarse.- Eso no te incumbe, apestoso chupasangre.

Edward rió sinicamente.- Así que mi cuñada es tu impronta, que agradable sorpresa.

-Como dije, eso no te incumbe.

-Lo único que quiero es que te mantengas alejado de ella, conocemos a los de tu clase, son peligrosos para los humanos.

Paul juraba y perjuraba que jamás había conocido a una persona tan tediosa e insoportable como lo era Edward Cullen, lo que él quería era sacarlo de sus casillas e iniciar una pelea, pero no lo lograría.

-¿Dices que los de mi especia somos peligrosos?.- rió mientras negaba, subiendo a su motocicleta.- antes de eso pregúntate a ti mismo si eres peligroso o no, por qué en lo que a mí concierne, los lobos no necesitamos estar bebiendo sangre para existir en este mundo.

Y con ello arrancó y desapareció de la vista de Edward, quien lo observaba marcharse apretando las manos con fuerza.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora