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El tiempo parecía ir más rápido de lo normal, pues sus vacaciones terminaron en un abrir y cerrar de ojos completamente veloz.

Al parecer los negocios que tenía que realizar el más grande de los Jeon concluyeron una semana antes de que las vacaciones se terminaran, y a el se le ocurrió la maravillosa idea de que ambos regresaran a Forks para que ahora fuera el turno del joven en pasar las vacaciones junto a su familia.

Por eso y muchas cosas más, ahora se encontraban dentro del avión rumbo a Canadá, harían escala de ese lugar hasta Seattle, dónde los recogerían e inmediatamente partirían a Forks.

Minji iba con muchos nervios, no por el hecho de ver a su padre de nuevo, al contrario, si no por el hecho de que Paul le había dicho que se puso de acuerdo con su padre para ir a recogerlos a ella y a su hermano al aeropuerto.

Siendo sinceros, aquella idea le daba muchos nervios, por que realmente nunca había pasado por esa situación, ni siquiera Jungwon que era su mejor amigo le había dicho que pasaría por ella una vez que estuviera nuevamente en el pueblo.

Miró a su hermano, quien se encontraba a sentado a su lado mientras que leía algo en la computadora que llevaba consigo a todos lados, lo veía hacer diferentes expresiones, todas confusas y algunas de molestia.

Tocó su hombro llamando su atención rápidamente.— Jungkook.

—¿Qué pasa mi pequeño rayo de sol?.

Rodó los ojos con una sonrisa pequeña.— ¿Qué sucede?, no has despegado la vista de la pantalla desde que abordamos el avión.

El mayor suspiró, negando con suavidad mientras que cerraba el aparato.— Cosas de la empresa, no te preocupes por eso, ¿si?.

—Voy a creerte por que sé que no me quieres decir.— tomó su mochila y abrió un pequeño paquete de dulces que llevaba ahí, ofreciéndole uno.

Jungkook lo tomó y comenzó a comerlo, sonriendole levemente.— Realmente no es algo por lo que tú debas preocuparte, Minnie. Son casos que quedaron sin tener un juicio justo, estoy analizándolos y tratando de encontrar una solución, es solo eso.

—Creo que la mejor opción que puedes tener en este momento es despejar tu mente.— opinó mientras lo miraba.— olvidate del trabajo solo por esta semana, Kookie.

El asintió con una sonrisita de lado.— Tienes razón, es hora de disfrutar a mi familia como nunca antes.

Y con eso abrazó por los hombros a la menor, besando su frente y manteniendo su brazo en aquella posición.

Las horas fueron pasando, y después de la escala que tuvieron que dar en Canadá por fin llegaron al aeropuerto de Seattle.

Aproximadamente pasaron unas 24 horas o si es que poco menos, pero por fin habían llegado a su destino.

Minji iba completamente emocionada, paseando con sus maletas y su equipaje, observando a todos lados buscando a su padre.

Jungkook reía al verla, pues parecía una niña pequeña dando saltitos en busca de algún puesto de dulces.

—Vas a caerte si sigues caminando de esa manera.— comentó con diversión evidente en su voz.

La menor detuvo su paso, negando levemente pero sin quitar la sonrisa de sus labios.— Lo siento, es que estoy emocionada por volver a ver a papá Charlie.

—Yo también estoy emocionado por volver a verlo, pero si no te detienes caerás y creeme que me voy a burlar de ti si eso sucede.

—Está, ya pararé.

Y siguieron bromeando entre ellos, caminando y disfrutando mientras buscaban al hombre que se había encargado de ambos durante su niñez.

—¡Papá!.— gritó emocionada la menor, corriendo con su equipaje para poder abrazarlo primero.

—Minji.— Charlie la recibió entre sus brazos, abrazándola con mucha felicidad detonante.

Jungkook se acercó a ambos mientras se le formaba un nudo en su garganta, viéndolos a ambos y sobre todo a aquel hombre que había estado cumpliendo con el papel de un padre para el.

—Te extrañé demasiado.— confesó mientras se separaba con los ojos llorosos.

Charlie limpió sus lágrimas que salieron sin permiso, sonriendole como de costumbre.— Mi pequeña, solo paso una semana, pero fue una eternidad para mi. No me vuelvas a dejar o juro que te voy a encerrar en una caja.

—Lo prometo.— rió haciéndose a un lado, dejando que su hermano se acercase a saludar a Charlie.

Rápidamente el más grade lo envolvió en un abrazo muy fuerte, a lo que el menor correspondió con la misma intensidad en la que fue recibido.— Hola, papá.

—Mira nada más, ¡cuánto has crecido!.— exclamó una vez que se separaron del abrazo.— ya eres todo un hombre, mi hijo.

—Todavía no paso de los veinticinco, por lo que aún no soy un hombre.

—Técnicamente si lo eres.

—Pero eso no importa.— le restó importancia.— lo importante es que ahora tengo a mis dos hijos de vuelta.

Minji observó a su alrededor, sintiendo un nudo en su pecho, esa acción la notó Charlie, quien rápidamente contestó a su duda.— Paul, el joven que quiere contigo no pudo venir, pero irá más tarde a la casa por ti.

Ella asintió con una pequeña sonrisa, suspirando y abrazando nuevamente a su padre.— No importa, ¿nos vamos ya?.

—¿Quieren ir a comer?, el Caver Café aún está abierto.

—Dios, si.— dijo el pelinegro con emoción.— no sabes cuantas ganas tengo de poder comerme una hamburguesa quesosa de las que solo sabe preparar Cora.

—Y eso que mejoró la receta, ahora les añade extra queso y tocino muy crujiente.

—Vamos entonces o juro que me comeré el auto.

Charlie sonrió al ver nuevamente a ambos hermanos, pues estaba más contento de lo que no había estado durante los últimos tres años.

De cierta manera, el tener a Minji y a Jungkook en su vida le había traído muchos beneficios y mucha suerte, el siempre agradeció a la vida por ponerlos en su camino cuando ya no podía más con su vida.

Y ahora tenerlos de nuevo a ellos dos reunidos, era una completa bendición para el, sintiéndose bastante feliz y sobre todo con aquel sentimiento de amor que solamente tenía con ellos dos.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora