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Sergio's pov:

Yo no soy muy fan de salir, si me lo preguntan a mis veintitantos años prefiero quedarme en casa y descansar. No he tenido una vida muy fácil y las cosas que creo que me saldrán bien casi nunca lo hacen, de una de las pocas cosas de las que sí estoy orgulloso es de mi hijo.

El nacimiento de mi Oscar fue complicado, debo confesar que al principio pensé que no podría, incluso consideré dejarlo con mis padres cuando encontramos a su mamá muerta, actualmente lo pienso de vez en cuando y me cuestiono qué sería de mi vida si hubiese decidido abandonar a mi hijo igual que lo hizo ella, qué sería de Oscar si hubiese crecido sin sus padres, pero no me culpo ni me reprocho nada, sentirse agotado de vez en cuándo es sano y está bien, lo importante es recuperarse y yo lo hice por él, por mi hijo.

Oscar está enamorado de la vida, de sus amigos, de su escuela, de sus dinosaurios. Oscar ama a todos y todos lo aman a él porque es un niño extraordinario.
Yo lo amo. Ante mis ojos es lo más importante que tengo, lo único que necesito conservar conmigo para existir.

Levantarme temprano, hacer sus quehaceres, ayudarlo a estudiar, todo eso es un privilegio para mí porque es lo que se supone que un padre tiene que hacer cuando ama a los suyos, no importa el cansancio, el miedo o la inseguridad, uno se convierte en un súper dinosaurio increíble con tres corazones y cuatro cabezas por sus hijos ¿No?

Una de las ocurrencias recientes de Oscar son los autos y creo que dió justo en el clavo que esa exposición coincidiera con nuestro paseo, yo no soy un hombre de casualidades pero sí creo que la vida a veces nos da detalles que debemos apreciar, así que no me negué cuando él quiso ir. Yo también quiero estar incluído en todo lo que pueda que tenga que ver con él, porque todo me interesa.

Y como dije, no soy un hombre de casualidades, pero algo malo debía haber hecho para tener que encontrarme con ese soberbio médico incluso en mi día libre.
Quizá no debí reprender a Victoria por tirar del cabello de Wolfgang, esos dos se la pasaban peleando.
Debía ser mi karma por eso.

Aunque el contra karma fue encontrarnos con mis alumnos.
Tengo que decir que Charles al principio no me parecía honesto. A diario me convencía de que era solo otro alumno intentando socializar con el profesor por las calificaciones, incluso me pareció ofensivo cuando empezó a incluir a Oscar en sus mañas, pero poco a poco fui notando su honestidad.
Él es un niño amable, tierno, atento y muy listo y, lo principal, compagina bien con Oscar. Me gusta verlos juntos porque mi hijo no deja de sonreír, Charles será un padre grandioso cuando llegue su momento.

Me dió un vuelco el corazón cuando escuché tremendos motores haciendo ruido y yo no podía entender del todo la razón por la que a Oscar le hacían tan feliz pero no tengo que entenderlo todo para apoyarlo. Tengo que confesar que quizá sí puse un poco de más mis ojos en ese médico cuando salió con ese traje.

Se veía bien, ese ambiente deportivo le sentaba mejor que el de hospital, quizá porque en la pista de carreras no lo escuchaba hablar. Hablar... Justo como en el cuarto de oncología, con su voz leyendo mi cuento y adormeciendome junto a los niños, sus manos poco después acariciándome el cabello de una manera tan sutil que no quería despertar. Es verdad, cada vez que no hablaba se veía tan agradable.

Charles se fue y no regresaba, Lewis tampoco pero no tuve mucho tiempo de pensar en ello cuando Oscar gritó por el inicio de la carrera. Me preocupó saber del paradero de Leclerc porque solo sabíamos que Lewis correría y seguían siendo 5 autos en la pista, pero yo no era nadie para interferir en sus actividades o lo que sea que hiciera, prefería evitarme un momento incómodo de jóvenes y tampoco dejaría a mi hijo solo, Lando definitivamente no era opción al verlo tan ensimismado y gritando como un lunático.

Los autos avanzaban y con ello las vueltas que faltaban eran menos. Yo estaba cansado, quería irme a la cama ya porque había pasado toda la mañana en juegos y parques y ahora toda la tarde viendo a unos niños correr a velocidades a las que yo jamás imaginaría ni de broma ir.
Por otra parte, también confieso que era un poco entretenido saber quién ganaría, ese doctor iba al frente y parecía no darle mucha importancia a los competidores de atrás, no pude evitar emocionarme junto a Oscar cuando vimos a Lewis acercarse tanto al doctor Verstappen en el último momento e incluso chisté al verlo perder.

La decepción no me duró mucho cuando Lewis no era Lewis sino Charles. El mejor amigo de mi hijo era un conductor muy hábil y eso le infló el pecho a mi inquieto chiquillo que, de solo verlo, casi se lanza de cabeza para ir con él.

¿No te pasa que a veces alguien hace algo que no esperas y tu percepción cambia por completo?

Me pasó con Verstappen. Todos pensamos que acabaría en un pleito con Charles, no fui el único que se asustó al verlo arder en furia y casi me quedé boquiabierto cuando en lugar de un puño, lo que se extendió fue su mano palmeada.
Y yo estaba orgulloso del amigo de mi hijo, también confundido porque las actitudes discordantes siempre hacen mella en la cabeza y Max Verstappen era una paradoja andante.

Poco después supimos que Lewis no quiso correr porque su orgullo no se lo permitió, en esa cosa que llaman boxes, él y Charles se toparon cuando Lewis iba a abandonar, no lo sé con claridad pero tuvieron una pequeña discusión y Leclerc terminó tomando su lugar segundos antes.

Ahora no se hablan, solo he visto a Lando y Charles juntos, pero Lewis les mantiene distancia. No quiero meterme porque no sé hasta qué punto tenga confianza con Charles, pero me preocupa verlos tan separados, como si algo realmente grave hubiese pasado.

Peacemaker | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora