Silencio.
A pesar de que todo el mundo seguía su curso, de que nada estaba realmente en pausa, Sergio se sentía terriblemente agobiado sin percibir ninguna sensación más que silencio, un pitido agudo que le asaltaba los oídos mientras su mirada se clavaba en esa puerta que lo separaba de su hijo.
Quería ir, quería verlo, quería saber lo que pasaba, entrar y prometerle que todo iba a estar mejor, que no tuviera miedo y la cabeza lo torturaba pensando en lo asustado que su pequeño hijo debía estar.Llevaba casi dos horas ahí de pie, no se movía, apenas parpadeaba y su respiración era tan suave que entre ratos parecía que no lo hacía. Por dentro maldecía que nadie le dijera nada, que no dieran ni una sola señal, algo que le quitara la angustia. Pero también se reprendía, tenía miedo de que alguien saliera de esas puertas y entonces le dijera algo que claramente no quería escuchar.
Carlos se había quedado con Charles, ambos estaban cerca de Sergio y al primero le parecía necesario mantenerse alerta por el posible colapso del más bajo, observaba apoyado sobre la pared cruzado de brazos, Charles daba pequeñas vueltas sobre su lugar y eventualmente se mordisqueaba las uñas.
—Oye— Carlos se retiró de la pared para ir con Charles y detenerle tomándole de los hombros, le miró y la imagen del contrario le tocó el corazón. El rubio estaba llorando, nervioso, sus bonitos ojos inundados de lágrimas y de inmediato lo abrazó.
—Se pondrá bien— Sintió cómo el más joven rompió en un silencioso llanto, le acarició la cabeza —Max es excelente médico, Oscar va a estar bien, ya verás.Pero estaba mintiendo, Carlos lo sabía mejor que nadie por experiencia. Era difícil que después de un trauma así las noticias fueran positivas y por un momento agradecía ser ignorante en este caso porque también había conocido a ese niño y entendía completamente el cariño que Charles sentía por él, por lo tanto, el temor y la ansiedad que Sergio debía estar sintiendo no podía entenderlo ni intentando, miró a dicho quien permanecía estático, al menos hasta que notó a Max salir por fin.
Sergio jadeó angustiado y dió un par de pasos para alcanzar al médico, quien apenas se removía el cubrebocas. Le miró claramente desesperado, casi rogándole que hablara. Carlos y Charles reaccionaron de inmediato y también se unieron a ellos.
—¿Cómo está? ¿Qué tiene?— El rubio habló primero con la urgencia desbordando sus palabras. Carlos le abrazaba de los hombros.
—Necesito hablar con el padre primero.— Charles no lo entendió pero a Carlos le cambió la cara.
Sergio solo asintió sin decir una sola palabra y siguió a Max, quien le indicó que debían apartarse a un lugar más privado.
—Sergio— Max suspiró y miró directamente —Espero que entienda que esto no es su culpa y que absolutamente nadie está preparado para esta noticia.—¿Está muerto?— Interrumpió sin sentimiento alguno, como si realmente no le importara pero en el fondo todavía retenía las lágrimas que estaban a una palabra de traicionarlo.
—No.— Devolvió el rubio —Pero encontramos un problema en su corazón y necesitamos el permiso del tutor para proceder, por eso quería hablar con usted primero.
Max tragó fuerte. La cantidad de veces que se había enfrentado a una situación así no eran suficientes para prepararlo, y ahora con un peso emocional extra sentía la necesidad de abrazar al hombre frente a él y evitar que se rompiera tal como lo estaba haciendo. Pero no podía, su ética no lo permitía y debía seguir con su diagnóstico, estaba en juego la vida de un niño que perdía oportunidades a cada segundo.
Se aclaró la garganta.
—Sospechamos anomalía de Ebstein— Explicó —Es una irregularidad congénita en el corazón sobre las válvulas cardíacas que dificultan el paso correcto de la sangre por y para el corazón.— Max no miraba a Sergio, no podía o se le rompería la fachada —Necesitamos saber si está de acuerdo con iniciar un diagnóstico y tratamiento.Sergio tenía miedo de preguntar, tenía miedo de saber más porque tan solo esa explicación le aterraba, pero era su trabajo como adulto y como padre, tenía que saber para poder ayudar a su hijo porque estaba dispuesto a todo con tal de salvarlo.
—¿Qué tan grave es? ¿Todavía tiene cura?—Necesitamos realizar un ecocardiograma para saberlo y después determinaremos el tratamiento, pero el niño es ya bastante mayor y...— Para su mala suerte en ese momento se encontró con la mirada de Sergio y ya no quiso seguir hablando —Me temo que al ser una enfermedad de nacimiento, a esta edad la anomalía ya debe ser grave.
La conversación continuó con detalles sobre permisos y trámites próximos que debían hacerse al ser el paciente un infante. El tono seco de las palabras de Sergio nunca cambió, como si tratara con todas sus fuerzas de contener algo a lo que todavía no reaccionaba, preguntó si podía verlo pero era imposible entrar a terapia intensiva y en cuanto las últimas palabras del médico fueron pronunciadas, él salió directo a casa. Sin mirar a nadie, ignorando a todo el mundo porque ni siquiera los notaba.
Carlos miró a Max, quien salió detrás de Sergio pero sin querer llamar su atención realmente, solo siguiéndole.
—Te pido por lo más sagrado que tengas en tu vida que ya no me mantengas con esta incertidumbre.— Charles pidió a Max.
—Anomalía de Ebstein.— Dijo mirando a Carlos, luego al rubio y se dió la vuelta para irse sin decir cosa alguna.
Carlos se cubrió los labios, también estaba confundido. Charles se giró para preguntar porque no tenía idea de lo que aquello significaba o implicaba.
—No me asustes así, Carlos.— Guiado por su reacción, Charles intuía que no eran buenas noticias y volvió a llorar —Dime qué es.— Y aunque al moreno no le tomó mucho responderle, los microsegundos le parecían desesperantes al rubio —¡Carajo, Carlos, dime!— Dicho solo atinó a rodear a Charles con los brazos sin permitirle más forcejeo, hubo resistencia por un momento hasta que el chico en sus brazos cedió al llanto.
A Carlos le rompía el corazón escucharlo llorar tan profundamente, como si estuviera perdiendo algo vital, probablemente así era para él.
•••
Anomalía de Ebstein.
Se le llama de esta forma a una enfermedad congénita (Es decir, de nacimiento. Que aparece desde la formación del feto.) que impide el óptimo funcionamiento de las válvulas cardíacas.
Las válvulas limitan o permiten el paso de la sangre por el corazón e impiden que ya una vez bombeada esta sangre regrese por fuerza gravitatoria a las cavidades del corazón. Existen dos variantes de la anomalía: Aquella donde las válvulas están hundidas en la cavidad, por ende son muy pequeñas. Y aquella donde las válvulas son demasiado rígidas para abrirse o cerrarse óptimamente.No quiero hacer un capítulo entero explicando estos tecnicismos a fin de que la historia sea ligera de leer y no peque de usar palabras complicadas como muchas veces cometemos el error de hacer, así que les explico acá.
Al ser una enfermedad de nacimiento (por llamarle así), se desarrolla conforme el niño lo hace. Hay casos menores donde la anomalía se redirige con la edad y se "repara" por sí sola, pero hay casos, los clínicos o que requieren tratamiento, donde es un problema más serio y puede causar problemas graves.
Si todavía tienen alguna duda o pregunta al respecto no teman en hacerlas porque acá respondemos todo. Gracias por sus lecturas.
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Peacemaker | Chestappen
RandomNo es sabio tener por seguro las cosas. A veces la vida nos enseña esa lección de maneras interesantes. - Finalizada. (Si se requieren adaptaciones, por favor hablar con el autor primero.)