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Después de tanto tiempo la luz del sol sobre su rostro se sentía como una caricia sutil, un amable recordatorio de que ahora era un hombre libre otra vez.

—Max— Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que apenas escuchó a Carlos llamándole —¿Nos vamos?— Le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera al auto y este obedeció.

Había pasado una semana y media desde que el juicio definitivo había empezado. Fue difícil, sobre todo por la dividida opinión pública, pero al final consiguieron ofrecer pruebas y testigos suficientes para obtener al verdadero culpable. Max era libre al fin, sin duda alguna de su inocencia y logrando incluso una pensión por daños a la imágen pública por difamación y falsas acusaciones.

—¿Te llevo a casa?— Carlos conducía tranquilamente.

—No, quiero ir a verlo.— El rubio, ignorante de lo que había pasado los últimos meses, había pedido algo imposible ahora —Oscar cumplió años hace unas semanas, me gustaría visitarlo.

El español dudó en decirle pero era lo correcto, así que suspiró en busca de las palabras correctas.
Le explicó todo a Max, sabía que sería cruel pero no omitió detalle alguno, si todo el relato servía para que el rubio entendiera las cosas, no tendría problema en ser él quien le rompiera el corazón al hablar.
Fue entendible que lo lógico era conducir a su casa, así que aún cuando estacionaron, Carlos se tomó un momento más para hablar y terminar la historia.
En este punto, el rostro de Max estaba tan sereno que parecía indiferente, pero el español lo conocía, había algo distinto, se sentía apagado.

—Espero que Checo esté en paz.

—¿Entonces no vas a hacer nada? Yo no sé exactamente dónde está o qué hace ahora, solo sé que hay un lugar llamado Guadalajara, pero...

Max interrumpió negando con la cabeza —Yo no tengo ningún derecho de arrebatarle lo que tiene. Si él se fue, debió haber razones para eso.

Carlos suspiró. No sabía cuánto había madurado su amigo pero era maravilloso y a la vez confuso escucharlo.
Ambos se despidieron y el español se marchó, esto dejaba a Max completamente solo en aquella enorme casa de la que nunca le molestó el silencio.

Pero esta vez era diferente, se sentía enorme, pesada, como si algo en ella fuese realmente un problema y el silencio lo consumía de a poco hasta el punto de quebrarlo. Se encontró a sí mismo llorando sobre uno de los empolvados sofá.
Había pasado de todo estos meses, la prisión, el juicio público, su trabajo y ahora Sergio se había ido. Se cuestionaba si algo estaba pagando, pero ¿Qué era?
Le dolía el alma como nunca antes lo había hecho y suplicó por un poco de bondad en ese momento, de alguien, quien sea, pero estaba solo.

Su padre tenía razón todo este tiempo, al final nadie está, nadie se queda, así que toca comprar todo lo que puedas para hacerte feliz a tí mismo. Pero Max no era así, él era humano, sentía, amaba, lloraba, a pesar de que fue criado para no hacer nada de eso, estaba en un límite en el que las imposiciones de su padre le daban igual. Se sentía solo.

Ese día, Sergio se enteró por Charles de la libertad de Max. Se alegró, pero también le pidió al muchacho que, de preferencia, no se hablara más de nada que implicara al médico. Nadie lo mencionaría, para Sergio era la mejor manera de sacarlo rápidamente de su mente y su vida, sabía que lo mejor era superarlo porque, para empezar, Carola no merecía ser la segunda opción segura.

"Max no va a volver."

Oscar crecía, eventualmente tenía periodos de crisis pero eran controlados rápidamente y las cosas volvían a la normalidad.
Una normalidad turbia pero efectiva, el niño ya se había acostumbrado a los problemas de su vida y las condiciones que su simple insistencia le implicaban. A veces se sentía triste porque a sus nueve años no podía ser un niño libre, pero estaba con vida y tenía una familia que lo quería mucho, en su cabeza estaba la constante idea de que no podía dejar a su papá y por eso se esforzaba mucho en mantenerse bien.

El tiempo continuaba su curso, los días se convertían en semanas, y las semanas en meses. Para Max fue difícil recuperarse y volver a la normalidad, tuvo que hacer un montón de papeleo para intentar recuperar su vida antes de la prisión.
Recuperó con éxito su tiempo invertido como residente, así que no le tomó mucho finalizar el periodo necesario y por fin se convertiría en un médico real.
A pesar de las miradas pesadas que encontraba a veces, sabía que se encargaría de limpiar su nombre por sí mismo, lo que sea que era su padre y en lo que los había convertido debía quedar atrás, quemado y enterrado.

Sergio continuaba su vida con Carola y Oscar, tenían la dinámica perfecta donde ambos veían por el bien del niño y este se portaba cariñoso y amable con los dos, les regresaba las esperanzas de que a pesar de todo, eran familia.

Max podría reclamar su título al fin, y aunque el proceso fue largo se consolidó como un médico cardiólogo que rápidamente ganó renombre en los medios. Era un acontecimiento importante que fue abordado desde muchas perspectivas, desde aquellos que preguntaban cómo podía seguir adelante un delincuente, hasta los que admiraban su capacidad para recuperarse, en cualquiera de los casos, la resiliencia se convirtió en uno de sus principales estandartes.

Sergio dividía su tiempo entre el trabajo y Oscar, pues estaba seguro de no querer dejar pasar ningún detalle que involucrara a su hijo y se encargaba com diligencia de ello. Carola parecía concentrarse más en su trabajo que en todo lo demás y, aunque sabía que estaba mal, Sergio sentía alivio por esa actitud, las cosas resultaban más fáciles entonces.

Era el cumpleaños de Max, dados sus antecedentes no era como si realmente tuviera la costumbre de celebrar algo. Sin embargo, a pesar de haberse recuperado satisfactoriamente, Carlos no lo dejaba solo y obviamente estaba animándolo para organizar algo pequeño al menos. Max insistía en que no, no tenía amigos en realidad y tampoco sentía mucho ánimo por celebrar algo irrelevante con gente irrelevante, así que acabaron acordando ir a un bar en cuanto Carlos saliera del trabajo.

Peacemaker | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora