Aviso: Este capítulo contiene narraciones +18.
La vida parecía sonreírles a todos otra vez, aprovechando el periodo de vacaciones, a Carlos le habían concedido sus muy merecidas dos semanas de descanso y le insistió a Charles para irse juntos a alguna costa ya que llevaba tiempo sin tomar un poco de sol costero.
Sin embargo, las negociaciones terminaron haciendo que Carlos viajara junto al trío dinámico a la muy soleada California.—Oye, cásate con ese tipo, Charles. No me importa que sea un traficante de drogas o algo así, es guapo y tiene dinero ¿Qué otra cosa quieres?— Lando cargaba una pequeña maleta caminando junto al rubio en el aeropuerto californiano, del otro lado venía Lewis y Carlos los había dejado un momento para revisar cuestiones de equipaje.
Charles rió y negó con la cabeza.
—No puedo creer que te vendas tan rápido.— Hamilton no llevaba nada más encima que su teléfono y unos audífonos, igual que su billetera que iba en sus bolsillos —Sí lo está pagando todo, sí es guapo, sí trata bien a Char, pero eso no significa que se tengan que casar.— Pero pareció reconsiderar las cosas —No, en serio ¿Qué más quieres, amigo?
Se rieron pero la conversación no continuó pues llegaron a la zona indicada para recoger sus maletas, ahí estaba Carlos terminando de recoger las cosas del grupo. Definitivamente esto no estaba en sus planes, el plan de irse de viaje con el chico que le gustaba de pronto parecía una excursión escolar pero si se negaba, Charles no venía, lo de pagar el viaje, hospedajes y alimentación ya había salido de él, de esas ideas que no se piensan muy bien en realidad.
Todo estaba en orden y cada uno tomó su maleta, tenían que irse al hotel que estaba como a 30 minutos en taxi y así lo hicieron. Al llegar la administración era simple, igual que en el vuelo, Lando y Lewis compartirían habitación mientras que Carlos y Charles tendrían la suya juntos, fue en un chat de que Lando creó donde se pusieron de acuerdo para acordar una salida nocturna luego de descansar un poco pues habían aterrizando luego del medio día.
La hora llegó, acordaron verse a las 8 en el lobby y la idea era perderse en algún bar o discoteca de la zona, que no eran pocos dado que cerca estaba una de las playas, así que acabaron por ir en esa dirección encontrándose con un agradable lugar lleno de luces coloridas y lo que Lando clasificó como buena música.
Así iniciaba la primera noche de una semana que esperaban que fuese divertida.Carlos era muy afín a ese ambiente, después de todo era alguien a quien le gustaba salir y divertirse, así que no le tomó mucho tomarle gusto al lugar a diferencia de Charles, quien parecía más bien cohibido e incluso un poco tímido. De Lando y Lewis no se habla, pues los dos desaparecieron apenas pusieron un pie dentro, estaba claro que la mala influencia era el ojiazul de cabello crespo.
—Hey ¿Cómo te sientes?— Carlos había vuelto con Charles trayéndole un trago igual al suyo —¿Estás incómodo?— Hablaba por encima de la música para estar seguro de que lo escuchara.
El rubio asintió y agradeció el gesto de Carlos tomando la bebida.
—Es solo que no estoy muy acostumbrado, no salgo con frecuencia.El español le miró y sonrió ampliamente chocando los vasos de ambos produciendo un sonido que por la música no pudieron escuchar, luego lo invitó a tomar un trago, así que ambos lo hicieron y un gesto de disgusto se dibujó en el rostro de Charles, cosa que hizo reír al moreno.
—No te preocupes, te voy a enseñar a divertirte, ya verás que no es tan malo, principito.— Esa palabra en español causó un escalofrío en el cuello de Charles y por inercia bebió todo el contenido del vaso.
Pasó un rato en el que el rubio seguía avergonzado de intentar algo, estaba apenado pero el alcohol fue ayudando con el tiempo pues Carlos se encargó de darle un poco más cada vez, para él era más complicado perder el sentido así que no había problema con acompañar y cuidar de Charles.
Conforme el tiempo pasaba el rubio se soltaba un poco más, sonreía con mayor comodidad y parecían sentirse más libre y a Carlos eso me agradaba, no habían intenciones dobles, simplemente veía en ello un poco de libertad para el chico y le gustaba ayudarlo siquiera así.
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Peacemaker | Chestappen
RandomNo es sabio tener por seguro las cosas. A veces la vida nos enseña esa lección de maneras interesantes. - Finalizada. (Si se requieren adaptaciones, por favor hablar con el autor primero.)