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Max's pov:

No soy la única persona que tiene problemas, me queda claro, pero no estoy seguro de ser de las personas que saben cómo enfrentarlos.

En algunos casos me miro al espejo y pienso que las cosas no son realmente malas, tengo una vida buena, estable, soy bueno en lo que hago y tengo el dinero suficiente para vivir tranquilamente. Es una buena vida, una buena vida material.
Sin embargo, a veces me pregunto qué tan diferente sería mover algunas piezas. Si mamá no hubiese muerto ¿Papá me querría?

Hasta hace unos días realmente pensé que me amaba a su muy retorcido modo, entiendo el miedo y la frustración como nadie, pero jamás fui religioso, así que no entiendo por qué Dios enviaría a su hijo a morir por otros, en este caso es peor, porque a mí no me enviaron a morir por amor, sino por miedo.
Y si tan solo fuese más libre ¿Habría podido negarme?

No culpo a nadie de mi destino, no hay nadie más responsable de mi vida que yo mismo, y aún decirlo es injusto porque con todo, hay cosas que no puedo modificar.
Toda la vida he pensado que las cosas deben hacerse como te dicen que se hagan, he vivido intentando superar las expectativas de mi padre sobre mí, me convertí en algo que no quería por él, así que morir por él debería ser el pináculo de mi sacrificio, de mi vida.

Y tal vez no habría tenido problema de no haber conocido a Sergio. Me enamoré de alguien y la vida que construía solo como una cubierta, de repente empezó a tener sentido. Me gustaba despertar, salir a la calle, me gustaba mi trabajo, incluso si tenía que querer en silencio, Sergio le daba brillo a las cosas opacas de mi vida.
Cuando dijo que no me quería fue doloroso pero lo entendí, cuando se alejó y se aisló de mí, lo entendí ¿Por qué no puede él comprenderme?

Si tan solo Sergio conociera, por un segundo siquiera, la intensidad de mis sentimientos ¿Me correspondría?
Él no sabe lo feliz que me hace verle sonreír, no entiende lo mucho que amo el brillo de sus ojos, y no sé cómo no se da cuenta de mi necesidad de tenerlo cerca. Si tan solo supiera las cosas que me hace sentir cuando estamos juntos, y si solo pudiera sentir la fuerza de mis latidos cada vez que me toca, probablemente ya habría entendido por qué hago lo que hago.

Pero estoy cansado.

Soy un muchacho en sus veintes que ahora enfrenta prisión por un delito mayor gravísimo. Mi vida, tal como la conocía, se vino abajo en un parpadeo, dejé de ir al hospital para ocultarme de los demás, mi papá resultó ser un loco desequilibrado con la sangre tan fría que poco le faltó para pedirme morir literalmente.

Si dijera que no extraño el tiempo de antes estaría mintiendo. Extraño mi calma, extraño la simpleza de mis días y la rutina, pero si tuviese que escoger, me quedaría con esas semanas junto a Oscar y Sergio, porque justo cuando pensé que nada me haría disfrutar de mi vida otra vez, ese niño me enseñó que todavía hay muchas cosas por las que se puede ser feliz, como ponerle Pato a un pato, soplar burbujas o comer un caramelo a escondidas de su padre. Oscar me enseñó lo que es estar enamorado de la vida, pero supongo que no aprendí lo suficiente.

En la corte quise arrepentirme, haber visto a Sergio, su dolor en esos preciosos ojos café, esa mirada que decía tantas cosas que sé que no entendí, me hicieron pensar en que verdaderamente quería renunciar a todo y estar ahí un poco más, pero al final son esos mismos ojitos café los que me hacen seguir.
En el corredor a mi celda, por la noche cuando hace frío, en el almuerzo cuando nadie es amable, todo ese tiempo, pienso que las cosas pasarán pronto, pero sobre todo, que mi pequeño Oscar está bien, en casa, visitando a Pato, en sus clases extra y que tiene a su papá al lado, entonces vale la pena.

Sergio no me visita, estoy bien con eso porque significa que entendió lo peligrosa que era la situación, así que no me ofende, me hace sentir bien saber que ellos dos afuera están bien. Carlos viene a veces para informarme sobre el progreso de las cosas, he visto a Charles también y una vez vinieron sus amigos, todos son agradables y claro, pregunto por mis chicos cada vez que puedo hacerlo. Estoy feliz sabiendo de ellos, así sea un año o diez, mientras ellos estén bien, yo estoy bien.

Hoy fue un día complicado. Aquí adentro todo se sabe y parece que la gente te odia si tienes las manos sucias contra gente inocente, no importa qué hagan ellos para estar aquí, el objetivo siempre será aquel que haya trabajado con niños y ancianos y, por desgracia, mi papá es un bastardo con las manos lo suficientemente manchadas por sangre de inocentes.
Pero ellos no saben de quién es la culpa y tampoco quieren escuchar. No los culpo.

Intento no culparlos a diario, no cuando tiran mis cosas, no cuando escupen en mi comida, no cuando me golpean al pasar y tampoco ahora, supongo que es algo que eventualmente les pasa a todos aquí adentro.
Quise defenderme porque tampoco soy un suicida, pero es difícil cuando hay tres o cuatro tipos grandes atacando.
Tengo sueño y la ropa llena de sangre, mi sangre, y si mis cálculos no fallan, probablemente quedaré inconsciente en los próximos 5 minutos.

No tengo miedo, si muero ahora Sergio y Oscar serán libres, mi padre también, pero conmigo muerto no habrá más investigación y vivirá en paz en su maldito mundo retorcido.

Ah...

Vaya vida. Tan solo quiero ver a mamá una vez más. Me habría encantado verlos a ellos otra vez, al final lo único que me asusta es que no lleguen a entender lo mucho que los amé y lo mucho que ellos fueron para mí.

•••

Hola, yo al habla.

Solo quería dejar un pequeño aviso, y es que ahora sí, me da mucha felicidad anunciar que estamos entrando a la recta final de Peacemaker. *Aplauso*

No diré mucho porque dejaré las palabras emotivas para el final, solo que estén preparados porque algunas cosas pasarán.

Gracias por sus lecturas. 💜

Peacemaker | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora