—¡¿Y con quién diablos estás, mocoso?!
—Unos amigos, los de siempre, papá.
—Esa bola de vagos realmente no tienen nada qué hacer ¿No te preocupa tu futuro, Charles? Necesito que regreses ya, no me importa cómo, te quiero en casa cuanto antes.
La llamada se terminó abruptamente y el muchacho retiró el teléfono de su oreja, suspiró pesado y se masajeó la frente.
—¡Char!— Reconoció la voz de Lando llamándole a unos pasos, debía recomponerse rápidamente porque lo último que quería era contestar preguntas incómodas —Estas malditas vacaciones parecen más un castigo que otra cosa, no debí dejar que me convencieran de venir.
—Pero si nadie te insistió, fuiste tú quien pidió que te invitaran.— Charles rió mirando al crespo y luego su atención se fue un poco más atrás. Carlos y Lewis venían juntos, tenían una conversación bastante amena por lo que podía observar, incluso reían entre sí.
Llevaban un par de días de esa manera, juntandose a solas y Charles juraba que el inusual texteo de Carlos era con el moreno, más de una vez había visto ese chat abierto y el español bloqueaba de inmediato el teléfono en cuanto se daba cuenta de que era observado.
Pero Carlos no había dejado de ser cariñoso con él, tampoco le ignoraba ni nada. No quería mal interpretar nada, quizá solo se habían vuelto buenos amigos y no pasaba nada más, pero tenía miedo de preguntar y arruinar las cosas, y si era verdad lo que pensaba, tampoco se sentía con el valor de afrontarlo.—Si esto te pareció difícil, espera a que subamos en serio.— Carlos estaba hablando con el moreno y algo se clavó fuerte en el pecho de Charles cuando le vió devolverle la mochila que, al parecer, le había cargado todo el camino.
—Se estaban tardando ¿Qué tanto hacían?— El crespo pateó una piedrita del camino. El plan de hoy era hacer senderismo, para ello se habían levantado temprano y estaban listos con la instrumentaria adecuada para poder andar sin problemas. Carlos se veía bien, atractivo. El atuendo le favorecía y se dió cuenta en cuanto Charles no dejaba de mirarlo.
—Le estaba preguntando a Carlos cómo usar algunas cosas, jamás había hecho esto.— Lewis habló primero, se notaba un poco nervioso pero la cosa no escaló más.
El español los agrupó para darles algunas instrucciones, especialmente sobre seguridad y precaución, les explicó sobre animales y zonas que debían evitar y demás instrucciones que era conveniente seguir.
Lo ideal habría sido que Charles y Carlos subieran juntos, mientras que Lando y Lewis iban detrás pero no había pasado nada de eso.
Charles había iniciado a buen paso, Carlos se había rezagado junto a Lewis. Lando, sorprendentemente, parecía un torbellino de energía yendo y viniendo entre los dos "grupos".No se sentía bien, no estaba bien sentirse frustrado de esa forma y ya ni siquiera quería seguir avanzando porque al parecer Charles era el único que ya no soportaba su propia existencia. Lewis había estado reuniéndose mucho con Carlos a solas, sabía que se escribían porque los había visto hacerlo y Carlos se preocupaba más por Lewis, de lo contrario estaría a su lado ahora mismo.
Quizá su papá tenía razón, quizá debía alejarse de ese grupo que no le aportaba nada, nunca sería amigo de personas que no procuraban por su futuro.
El rubio se mordisqueaba el interior del labio y con esa rabia había acelerado el paso ganando bastante ventaja de su grupo, iba tan apartado que en algún momento Lando ya no pudo seguirlo.A Carlos le preocupó cuando el crespo ya no desaparecía entre ratos. Charles no estaba y se quiso golpear porque no lo había notado desde el principio. Ese niño no tenía experiencia alguna en el bosque y tampoco era seguro que anduviera por ahí como si se tratara de un jardín, sabía que él era despistado y aquello implicaba un gran riesgo.
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Peacemaker | Chestappen
RandomNo es sabio tener por seguro las cosas. A veces la vida nos enseña esa lección de maneras interesantes. - Finalizada. (Si se requieren adaptaciones, por favor hablar con el autor primero.)