El ruido de fondo dejaba claro que los planes habían cambiado, evidentemente no estaban en ningún modesto bar, sino en una discoteca que Carlos había encontrado y a la que insistió en ir, haciendo que Max cediera.
Ambos amigos se paseaban entre la gente, el rubio evitaba a toda costa cualquier contacto accidental con otros, mientras escuchaba con dificultad las promesas de diversión que recibía de su amigo. En el fondo pudo ver al típico DJ rodeado de mujeres guapas que hacían sus mejores esfuerzos por tener atención y preferencias, también veía personas bailando y otros más intentando sus jugadas para llevarse a alguien a casa. La noche era joven aún, pero a Max no le parecía nada apetecible quedarse por mucho tiempo, nunca le agradaron tanto esos lugares, a diferencia de Carlos, que parecía pez en el agua y de vez en vez saludaba a alguien.
—Él es Max, mi mejor amigo.— Carlos le estaba hablando a una chica bajita, castaña, de ojos café y cabello ondulado. Max la miró en cuanto ella lo hizo también y le sonrió suavemente pero se limitó a eso, un saludo.
—Sé lo que intentas hacer.— Comentó en el oído de su amigo, siendo cuidadoso de no hablar demasiado fuerte —No me interesa ella, dile que se vaya.— Pero Carlos negó riéndose.
—Relájate, no pasará nada que no quieras, es tu cumpleaños, amigo.
La noche siguió su curso. A pesar de los esfuerzos de Carlos y del claro interés de la castaña, Max no cruzó más que dos o tres líneas con ella hasta que, ya cansada de no obtener nada, ella se marchó con sus amigas a otro lado del lugar. El español también encontró algo interesante qué hacer, por lo que eventualmente Max volvió a quedarse solo en la barra.
A pesar de no ser alguien que acostumbrara beber, esa noche quería hacerlo. No iba a negar que esa chica era evidentemente parecida a Sergio, y eso le revivió recuerdos viejos. Había jurado que tomaría su distancia y se había ocupado tanto en tantas cosas que ni siquiera se había tomado el tiempo de admitir que lo extrañaba, pero lo hacía y ahora le quemaba el pecho por culpa de su memoria. Más queriendo que sin querer, empezó a consumir tanto alcohol como era capaz.
Carlos se había perdido sabrá dios dónde, al final de cuentas no era un cumpleaños tan diferente, pero el alcohol en sangre de Max lo desinhibió y pronto comenzó a vagar por ahí, entre ratos bailando con alguien casualmente y escapándose en cuanto se agobiaba. Fue entonces, en uno de esos bailecitos casuales, donde lo vio.
A lo lejos, a través de un montón de personas, sentado tranquilamente con alguien más. Ahí estaba él, su Sergio, tan tranquilo como era normalmente. No estaba muy seguro porque el alcohol le nublaba la vista, pero no titubeó un segundo en ir por él. A cada paso que daba el corazón le latía con tanta intensidad que parecía que saldría de su pecho, y si así era, entonces se lo entregaría sin dudar. Al llegar le sujetó del brazo y lo arrastró con él sin darle tiempo a protestar, porque sabía que lo haría, lo conocía lo suficiente. Lo llevó hasta el baño y ahí lo puso entre él y la pared.
—Amigo, me estás asustando...—
No. No, no, no. No podía ser así, podía apostar a que ese era Sergio, pero no.
El rostro que veía era el de alguien más, alguien claramente extraño que sentía miedo de él y la manera tan agresiva de tomarlo. No lo culpaba, lo natural habría sido que lo golpeara o algo, pero no. Max se acercó a él lentamente, aun lo acorralaba entre la pared y su cuerpo.
Era pequeño, tan bajo como Sergio, el mismo tono de cabello y el color de su piel era similar. Sus ojos eran del mismo color pero les faltaba ese sutil toque de verde que solo podías apreciar si lo tenías lo suficientemente cerca. Max le acarició la mejilla a ese impostor y entonces lo besó. Totalmente ahogado en el alcohol y el dolor creciente en su pecho, Max necesitaba sacar la presión que su cuerpo guardaba por tanto tiempo esperando al único hombre que sabía que amaba pero que no podía tener.
El beso suave se convirtió en algo más violento, el rubio asumió, por el comportamiento del contrario, que no era nada raro para él terminar en encontronazos sexuales, tal como parecía que sucedería. Max tomó la cintura del chico, era tan pequeña como la de Sergio, pero no era él. Cualquier rasgo que encontrara similar no dejaba de compararlo con los recuerdos que aún tenía de él y que tenía miedo de olvidar porque cada vez parecían más lejanos, como un eco que se desvanecería con el tiempo y eso le aterraba. La sola idea de olvidar a Sergio le daba miedo, quizá por eso se esforzó tanto en materializarlo en ese encuentro casual, no se sintió igual, pero su mente estaba tan nublada por el pánico y el dolor que simplemente sucedió.
Max se sintió culpable apenas terminó, sentía que lo briago se le había pasado de golpe y ahora solo quería volver a casa. No sabía dónde estaba Carlos y no se detendría a buscarlo, así que simplemente dejó un mensaje en su teléfono y se marchó. Debía dormir, el tiempo y sus propios actos estaban saliéndose de sus manos y no estaba seguro de si podría manejarlo después. LO mejor era volver a casa y ahogarse solo si era necesario, al día siguiente las cosas mejorarían, debían de, siempre lo hacían.
Todo el día siguiente, el rubio estuvo pensando demasiado.
Sabía lo que había dicho, sabía que debía seguir su vida por sí mismo, pero no quería. Nunca se había aferrado a alguien ni a algo, siempre obedeció bajando la cabeza y esa docilidad lo había arrastrado al punto de perderlo todo y quedarse solo. No quería ser egoísta pero por primera vez sentía la necesidad de intentarlo. Quería volver a ver a Sergio, sin importar lo que sucediera después. No soportaba un minuto más sin saber nada de él, de Oscar, sin saber lo que pudieron ser.
Tenía que encontrarlo, decirle que lo ama, que no puede sacarlo de su cabeza y no desea sacarlo de su vida. No importaría lo que pase, estaba seguro de que podría protegerlos de todo, de lo que sea y, si Sergio le pedía el mundo a cambio de darle algo de él, Max lo conseguiría sin duda.
Iría por él. Aunque las cosas fuesen complejas. Encontraría a Sergio y esta vez se aseguraría de no dejarlos ir.
Holi, panoli.
Quiero hacer un pequeño anuncio aquí y es que probablemente estemos a poquísimos capítulos ya de terminar esta historia. De verdad no saben lo emocionado que estoy por darles un cierre a mis muchachos.
Otra cosa que he querido decir también y que se me olvida es que pueden seguirme en TikTok igual. Estoy con el mismo usuario (@Arthoso) y misma foto de perfil que acá. No subo mucho todavía porque no tengo como tal una comunidad, pero he querido activarme y por la falta de interacciones no me animo.
Gracias por sus lecturas. *Corazón morado porque estoy en PC*
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Peacemaker | Chestappen
RandomNo es sabio tener por seguro las cosas. A veces la vida nos enseña esa lección de maneras interesantes. - Finalizada. (Si se requieren adaptaciones, por favor hablar con el autor primero.)