Mi reloj de muñeca marcaba las 12 pm ,cuando salí de mi clase de lingüística. El sol ya calentaba cada vez más, haciendo que la sudadera me sobrara. Decidí dirigirme a la cafetería en busca de una dosis de cafeína; necesitaba mantenerme despierta para lo que me esperaba el resto del día. La atmósfera de la cafetería era tranquila, apenas rota por el murmullo de los estudiantes que entraban y salían apresurados de la universidad. Me hallaba sumida en mis propios pensamientos cuando un chico llamó mi atención. Sus ojos verdes destellaban bajo la luz tenue del local, su porte deportivo contrastaba con el ambiente académico que nos rodeaba, y su cabello corto, oscuro y rizado añadía un toque de encanto a su apariencia. Era evidente que se esmeraba en su arreglo, algo poco común entre los jóvenes de nuestra edad.atmós ambiente académico que nos rodeaba, y su cabello corto, oscuro y rizado añadía un toque de encanto a su apariencia. Era evidente que se esmeraba en su arreglo, algo poco común entre los jóvenes de nuestra edad.
Antes de que pudiera reaccionar, se acercó a mi mesa y pronunció una frase que me tomó por sorpresa.
- Si amar fuera un pecado...
Instintivamente, completé su frase con las palabras siguientes:
- ... Caminaría orgullosa por las calles del infierno.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras me preguntaba cómo conocía esa cita. Su respuesta no tardó en llegar:
- Yo lo conozco todo.
Sus palabras despertaron mi curiosidad, y mi interés por aquel desconocido creció. Cuando me invitó a tomar café y charlar, acepté sin dudarlo, la curiosidad era algo de lo que pecaba en exceso. Mientras esperábamos nuestros pedidos, él notó que mi nombre estaba escrito en el vaso.
- Laila -comentó él-, bonito nombre, significa 'noche'.
- Si te digo la verdad, nunca me he planteado el significado de mi nombre -comenté-. Por cierto, estoy hablando con un completo desconocido que ya me ha dicho hasta qué significa mi nombre y todavía no he hecho la pregunta más importante de todas cuando conoces algo: ¿Cómo te llamas?
- Nash -respondió-, que significa 'estrellas', curioso porque fue el destino quien decidió juntar la Noche y las estrellas.
Me quedé admirada por su gesto y su saber. Nos sentamos juntos y él, con gentileza propia de otros tiempos, retiró mi silla para que me sentara. Me sentí como en una escena de una novela romántica ambientada en el siglo XIII, y la idea no me desagradó en absoluto.
Nash me propuso algo que calificó como una "locura hermosa". Intrigada, le pregunté qué puede ser más hermoso en esta vida que la mera existencia, y esperé expectante su respuesta.
- Esta chica, con ojos oscuros y cabello negro como la noche, piel bronceada pero suave. Llevaba unas ondas surferas en el pelo hasta los hombros. Sus curvas eran delicadas pero marcadas. Además, llevaba unas botas militares que le daban un aire de fuerza. Pero lo más llamativo era su luz interior, algo que brillaba en sus ojos, como una energía especial que la hacía destacar.
-Acabas de inventar un poema sobre mí en unos minutos.
-Puede ser que si, ¿si te ha gustado?, si. Vayamos al acantilado del lago y terminemos con nuestras vidas para que nuestras historias salten a la fama -dijo él-. Tenemos un mismo sueño, el de ser escritores de renombre. Pues hagámoslo realidad y utilicemos la táctica de los amantes que hicieron todo por estar juntos.
Sus palabras me dejaron perpleja. ¿Acaso estaba proponiendo lo que pensaba que estaba proponiendo? Mis manos temblaban ligeramente mientras luchaba por procesar lo que acababa de escuchar.
- ¿Estás sugiriendo... un suicidio doble? -pregunté con un nudo en la garganta.
Nash asintió con solemnidad, pero sus ojos brillaban con una determinación que me inquietaba.
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a un suicidio de la fama
RomanceCuando Laila y Nash se conocen por una curiosa petición, sus vidas quedan entrelazadas como la noche y las estrellas, ella ama la belleza efímera que dan las pequeñas cosas de la vida y él está obsesionado con que la belleza debería ser eterna, como...