Han pasado casi dos meses desde que empecé a trabajar en el hospital y mi florería, dos meses en los que e hablado con Alastor, un chico que por alguna razón desde que lo ví generó algo en mi, no puedo admitir al cien porciento que e llegado a sentir algo por el porque puede que solo sea admiración, escuchó su programa de radio desde hace un tiempo y desde que lo escuché me enamore de su voz y carisma, pero al tratarlo más me doy cuenta del tipo de persona que es, siempre amable y atento con una sonrisa que hace parecer que todos mis problemas se esfuman por un instante, pero no creo que sea recíproco algún tiempo de sentimiento que llegue a tener aparte ahorita me gusta otra persona ¿No? Eso pienso pero estar con alastor es simplemente diferente.
Tras escuchar la radio llegó Alastor a mi florería y hablamos por un rato se me hace raro ya que el mide muy bien sus tiempo para ver a su mamá, a pesar de que no todos los días estoy en el hospital siempre me toca verlo.
La noche llegó y me quedé de verme con Oliver un chico pelinegro alto que ¿Me gusta? Nunca a tenido problemas para admitir me gusta soy bisexual y nunca tiene problema con ello, pero ahora no sé si sea la razón por la que Oliver no termina de convencerme. Estuvimos hablando de cosas sin sentido y fuimos a cenar incluso el pago la cuenta no me gustaba eso pero él insistió así que supongo que no era malo de vez en cuando, era un chico amable, atento y e de admitir que no era malo en la cama, me gustaba eso ya puedo asegurarlo, pero no como esperaba, transcurría la noche y ya quería regresar a mi casa así que me despedí pero no esperaba lo que sucedió después.
-¿Así te vas y ya?- Reclamo agarrándome del brazo
-Am ¿Si? Ya quiero dormir así que me voy.- Me solté de su agarre alejándome de el realmente no me gustaba esa situación.
Sin darme cuenta Oliver pero había dado un golpe que se que me dejaría morado el ojo un tiempo. Me sorprendí el nunca había echo eso.
-Entonces te invito de comer y te vas solo dándome un beso ¿Crees que eso es justo?-Grito Oliver y claro no me iba a quedar callado
-A ver, para empezar tu te ofreciste a pagar la cuenta aún sabiendo que siempre lo hacemos mitad y mitad, en segundo no debo porque darte algo cambio por algo que tú te ofreciste, no soy una puta a la que debas de pagarle por algo, ahora sí me disculpas me voy a mi casa- Le respondí enojado pero calmado no sin antes darle un golpe en el estómago. Tal vez por lo físico no parecía pero no era débil y muchos al creerlo se intentan aprovechar.
Llegué a mi casa y al cerrar la puerta lágrimas empezaron a caer en mis mejillas ¿Cómo era posible lo que acaba de pasar? Se que Oliver no era el mejor pero ¿Golpearme? No sabía que pensar realmente nada estaba tomando sentido en este momento. Me recosté en mi cama con hielo en mi ojo y solo intentar dormir ya que mañana debía ir al hospital, espero ver a alastor.
Me levanté con un espantoso dolor de cabeza me Vi al espejo y como esperaba aquel moretón en mi ojo se veía fatal, me dispuse a arreglarme para salir al trabajo, las horas de me habían eternas hasta que llegó esa hora de visitas pero no estaba en la mejor disposición me sentía fatal y cada que me hablaban tenía ganas de golpear algo.
Debía atender a la señora Irene pero entre sin tocar para encontrarme con alastor que me veía con una sonrisa que después desapareció supongo que vio mi ojo.
-Luzbel! ¿Estás bien? ¿Qué sucedió?- Me pregunto alastor exaltado no quería preocuparlo
-Estoy bien Alastor solo tuve un pequeño inconveniente.- Respondi con una sonrisa tratando de verme lo más calmado posible pero el dolor en la cabeza se hacía cada vez más presente.
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El hilo rojo del destino (Radioapple)
RomanceUna historia que nos cuenta como dos almas pueden romper el tiempo y espacio con tal de estar juntos dejando de lado las reglas incluso del mismo Dios. Si bien no siempre es posible ellos demuestran que nada en limitante para poder ver a la persona...