Capítulo 2 | "Academia de Excelencia Militar Khorintsy"
Cosima Barone
Movía mis pies desesperadamente dentro de la camioneta, sin poder quedarme quieta al mismo tiempo que veía como uno de los aviones privados de la Bratva aterrizaba en la pista privada.
Él estaba ahí.
Sergey.
El avión finalmente deja de moverse y, es pasados unos minutos, cuando la puerta se abre. Varios de sus hombres comienzan a bajar del avión y aseguran el perímetro antes de que él finalmente baje del avión.
Sus ojos azules no pueden observarse por las gafas de sol que carga, su cabello rubio se mueve ligeramente por la brisa que corre por la pista. Es completamente imponente, con el aura fría que lo ha caracterizado todos estos años cuando continúa bajando completamente vestido de negro. Camisa de botones negra con las mangas arremangadas hasta los codos, dejando a la vista todo su cuerpo lleno de tatuajes que se ha hecho con los años, el costoso reloj en su muñeca y los múltiples anillos que decoran sus dedos tatuados. Vaqueros negros, botas militares negras. Y el característico collar negro, de una cadena delicada plateada con un pequeño diamante rojo que nunca se quita.
Observa fijamente la camioneta donde me encuentro, por lo que lo tomo como una señal de que debo bajar. Obligo a mis piernas a no titubear mientras bajo del auto, con su fría mirada sobre mí.
Sergey es amigo de mis hermanas, es once años mayor que yo, sin embargo, me ha gustado desde que era una niña. Creí que era un tonto e inocente enamoramiento de niña, sin embargo, con forme crecía y me convertía en adolescente, él era el rostro de todas mis fantasías estúpidas sobre el primer amor y un romance juvenil.
Y ahora que soy una adulta, es su rostro el que veo en cada una de mis más perversas fantasías.
Aun cuando para él sé que no soy más que una niña, la hermana menor de sus amigas, la pequeña Cos.
— Andando — gruñe, con una voz ronca que envía escalofríos a mi cuerpo.
Sus hombres se encargan de subir mis maletas al avión mientras yo simplemente sigo a Sergey, el interior de este está decorado con asientos de cuero negro y pintura azul, contrastando con la luz solar que se filtra por las ventanillas.
Toma asiento despreocupadamente y yo me dedico a hacer lo mismo, en un asiento frente a él.
El avión no tarda en despegar, Sergey se mantiene inmóvil en su sitio, creo incluso que se ha quedado dormido, por lo que me sorprende cuando habla de nuevo.
— ¿Tengo algo en la cara? — gruñe, con voz fría, como el hielo.
— ¿Qué? — frunzo el ceño — No.
— No has dejado de verme desde que subiste al avión — chasquea la lengua — ¿Qué pasa, Cos? ¿Ya no confías en mí?
Es un idiota.
¿Confiar en él? Sí, lo hacía.
Antes.
Cuando realmente era el chico divertido que recuerdo de mi niñez, el joven adulto que me regalaba flores porque parecía divertirle mi enamoramiento hacia él, cuando parecía genuinamente preocupado por las personas a su alrededor, cuando se permitía ser él mismo.
Sin embargo, luego de un par de años, parece como si un aura oscura, completamente fría, se cerniera sobre él, acechándolo. Sé que algo ocurrió, lo recuerdo. Sucedió cuando secuestraron a Ekaterina hace unos años y, aunque nadie habla de ello y nadie más que la rubia sabe lo que pasó, porque ella fue la única con la que Sergey quiso hablar, nada volvió a ser lo mismo.

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Big Blind
Teen FictionLibro 3.5 | Spin-off de la Trilogía Amores Letales Cosima Barone ha sido la princesa consentida de la mafia toda su vida, más aún desde que una de sus hermanas mayores tomó el liderato de la Camorra, seguida de su increíble participación en la mafia...