Big Blind

Extra 2 | Parte I

Extra 2 | Parte I | "Paint Ball"

**Despedida de soltera de Cosima*

Narrador Omnisciente

Era un desastre. Un desastre jodido.

Los ojos de Cosima observaban de un lado hacia otro a todos los bailarines que ingresaban a Inferno, el bar de Madison. Inferno se estaba poblando de strippers masculinos con apenas una pequeña prenda que cubría su desnudez, sin embargo, no dejaba demasiado a la imaginación, todo estaba siendo... demarcado.

Una carcajada diabólica masiva se escuchó en todo el salón, después de todo, aquellas mujeres sabían completamente la reacción que aquello podría causar en sus hombres, lastimosamente, ninguno de ellos estaba aquí para verlo.

Lo único seguro era que, el mismo diablo huiría de ese lugar si uno solo de ellos se presentaba.

Dios los librara si aparecían en conjunto, porque el mundo viviría su siguiente guerra mundial.

Esto era un desastre. Un desastre jodido.

Los ojos de Madison brillaron con una diversión maquiavélica cuando vio como los hombres comenzaron a formarse alrededor de la mesa, rodeándola mientras dos de ellos comenzaron a bailar.

— Pero bueno... — sonrió Madison — Si quieren el dinero, deben ganárselo.

— ¡Mamá! — chilló Ekaterina — Si mis padres se enteran que...

— Tus padres no están aquí — se burló — A ver, escoge uno, Ekaterina.

— O varios — sonrió Corinna, completamente ebria — Viva el poliamor.

Cosima volteó justo cuando escuchó el alboroto del otro lado del salón, la estruendosa carcajada que salió de la boca de la vieja Antonella, quien tenía a uno de los bailarines arrodillado a sus pies mientras colocaba un billete de 500 dólares en la boca de uno de los bailarines, antes de nalguear a otro de ellos.

Celine y Yulia estaban a su lado, completamente ebrias, alentándola a colocar más dinero en la ropa interior de otro de los bailarines.

— Si Sergey se enterara de esto... — susurró Cosima.

— Si Nikolai se enterara de esto... — le siguió Ekaterina.

Ambas voltearon a verse, rompiendo a reír.

— Pero no están aquí — chilló Carissa, la única sobria además de Cosima — ¡Me pido uno!

Carissa no había bebido, negándose a perder la conciencia de ningún tipo, y Cosima tampoco estaba bebiendo, al menos, no de momento.

Las demás chicas estaban al borde del coma etílico.

— De acuerdo — sonrió Ekaterina, burlona — Vamos a jugar.

Madison se carcajeo cuando uno de los bailarines subió a la mesa, comenzando con movimientos demasiado sensuales para su seguridad física, a manos de sus esposos.

— ¿Los chicos se lo estarán pasando igual de bien? — se carcajeó Yulia.

— Espero que no — se burló Cosima.

✾

**Despedida de soltero de Sergey*

— ¡Joder, Edmund!

El aludido se carcajeó, recargando la pistola de pintura antes de ocultarse de nuevo entre las estructuras improvisadas luego de darle a su hermano gemelo con una bala de pintura.