¿Qué tal la nueva portada?
Extra 3 | "Ave caza a nido"
Tania Mosorov
Kalle Ivanov era una absoluta pesadilla cuando quería jugar del primo mayor, del líder de todos nosotros, del ejemplo a seguir.
El mafioso modelo.
Su esposa, Nadina, tras de él, ocultaba una sonrisa divertida mientras su esposo me observaba con el rostro iracundo.
— ¿Sabes los problemas que nos has causado, Tania? — gruñó Kalle — Ahora el pentágono podría...
— Grek se encargará del pentágono — me encogí de hombros, restándole importancia — Tu hermano pasa constantemente entrando a sus servidores, todo estará bien, relájate.
Kalle me fulminó con la mirada, con esos ojos azules tan característicos suyos, esperando intimidarme, aunque solo consiguió hacerme sonreír, encarnando una ceja en su dirección.
No lo conseguiría, no funcionaba conmigo.
Bufó frustrado, dejándose caer en su silla.
— No creas que no sé lo que hiciste — se quejó Kalle.
— No sé de qué hablas — me hice la tonta, mirándome las uñas.
Debería esmaltarlas.
— Sé que no fuiste tú quien atacó al pentágono — susurró Kalle — Estas cubriendo a uno de tus hermanos, descubriré a cuál de ellos.
Tal vez de rojo. Es mi color favorito.
— Ay, Kalle — sonreí, levantándome finalmente — Te llamaré cuando aterrice en Italia, ¿sí?
— No hemos terminado de hablar.
— Yo creo que sí — sonreí, inclinándome hasta dejar un beso en su mejilla — Te quiero, incluso cuando eres súper insoportable.
— Jódete, Tania.
Lo ignoré, volteando hacia su esposa, Nadina.
— No sé cómo lo soportas — me quejé, acercándome a ella, también dejando un pequeño abrazo.
— Tiene sus encantos — sonrió Nadina, divertida.
— Por supuesto que sí — me burlé, antes de inclinar mi rostro hasta estar frente a su vientre crecido, donde se albergaba mi pequeño sobrino o sobrina — Pórtate bien, bebé. Ya habrá tiempo de portarnos mal cuando nazcas.
— No te dejaré acercarte a mi hijo, bestia italiana — se burló Kalle, acercándose a nosotras.
— No necesito tu permiso — le saqué la lengua, aunque finalmente acepté su abrazo, me envolvió con fuerza, apretujándome a su pecho.
Era la ventaja que teníamos mis hermanas y yo al ser las menores. Mis primos nos llevaban varios años de ventaja, casi el doble, para ser exactos, así que siempre seríamos las consentidas, las pequeñas princesas italianas, no había demasiadas consecuencias de nada.
Ah, como me gustaba eso.
Finalmente salí de su mansión, encaminándome al aeropuerto, donde mi avión privado estaba esperándome, donde sabía que él estaba ahí.
Subí los escalones hasta llegar a mi avión, enfocándome en su rostro, tan idéntico al mío, pero al mismo tiempo tan diferente.
— Eres un completo imbécil — gruñí.

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Big Blind
Teen FictionLibro 3.5 | Spin-off de la Trilogía Amores Letales Cosima Barone ha sido la princesa consentida de la mafia toda su vida, más aún desde que una de sus hermanas mayores tomó el liderato de la Camorra, seguida de su increíble participación en la mafia...