Big Blind

Extra 2 | Parte III

Extra 2 | Parte III | "Guardaespaldas"

**Actualización doble 2/2**

Narrador omnisciente

Landon tomó asiento en uno de los taburetes, de pie frente a la barra. Se restregó el rostro con sus manos, somnoliento.

— Una cerveza — pidió, el chico tras la barra asintió a su pedido.

— Dos.

Dieth tomó asiento a su lado, sonriendo cuando observó como los demás hombres en la barra se apartaron disimuladamente de ambos, con el rostro ceñido por el pánico.

Él sabía que asustaba, después de todo, medía casi los dos metros, su cuerpo era completo músculo, con todo su cuerpo perlado de tinta, debido a sus tatuajes. Incluso tenía algunos pequeños en el rostro.

Landon tampoco se quedaba atrás, igual de musculoso, apenas un poco más bajo. Algunos tatuajes por aquí y otros por allá.

También podían observarse levemente sus armas, en las cinturillas de sus pantalones.

Lo único que compartían era su terrible temperamento, su destreza para repartir golpes y aniquilar a diestra y siniestra, pero también, su absoluta lealtad hacia una misma familia.

Dieth recibiría una bala sin dudarlo por Cosima Barone, por sus hijos, incluso por su insoportable prometido. Pero especialmente por ella.

Al igual que Landon, recibiría una bala sin pensarlo, si eso protegía a Ekaterina Blackwolf, a sus hijos o al imbécil de su esposo.

— Salud — sonrió Dieth — Por un día tranquilo en este trabajo de mierda.

Landon rio, acercando su cerveza hacia Dieth.

— A veces pienso que ellos solos se buscan los problemas — se quejó Landon — No morir no es tan complicado.

— ¿Verdad que sí? — se quejó Dieth — Los idiotas piensan que son inmortales.

— Como si el dinero pudiera revivirlos — chistó Landon.

— Y es que si fueran gente amable — se quejó Dieth, chasqueando la lengua — Pero son taaaaan insoportables.

Bueno, puede que ambos estuvieran un poco colocados luego de los porros que fumaron en el partido de paint-ball, lo que hacía que estuvieran un poco de lengua suelta.

Landon se giró hacia su nuevo amigo.

— ¿Quién te cae peor? — preguntó, riendo.

Dieth lo pensó seriamente, antes de sonreír ampliamente.

— Nikolai — se quejó — Joder, que pesado que es.

— Con esa cara de estreñimiento — asintió Landon.

— ¡Eso es lo que siempre digo!

Ambos asintieron, bebiendo de sus cervezas.

— ¿Y a ti? — cuestionó Dieth — ¿Quién te cae peor?

Joder, que pregunta tan difícil, pensó Landon.

Tenía varias opciones.

— La abuela Antonella — se quejó — Siempre está tocándome el culo cuando me toca custodiarla.

Dieth rompió a reír, escupiendo la cerveza.

Si, Antonella era todo un caso.

— Pero bueno, no puedo quejarme — Landon se encogió de hombros — Ekaterina es la mejor jefa que he tenido.