Big Blind

Capítulo 17

Capítulo 17 | "Romper en pedazos"

Sergey Morosov

Cazar era una de mis cosas favoritas.

Podía no ser realmente un lobo de sangre, puesto que era un Morosov, pero había crecido rodeado de ellos, y era igual de bueno, igual de ágil, igual de letal.

El nombre de Vor de la Bratva resplandecía por todas las calles de Rusia, nunca necesité forjarme una reputación, ella sola se forjó cuando comencé a dejar ríos de sangre y montañas de cadáveres a mi paso, en cada lugar donde las personas quisieron joderme, y yo los jodí a ellos.

Tacho tres nombres más en mi lista, nombres que yacen suplicando en las profundidades de mi mansión. Este sótano ha presenciado tantos asesinatos que, si hago silencio, puedo recordar cada uno de los gritos.

Y ellos tres no serán la excepción.

Otra familia menos.

Junto a ellos tres, quienes esperan por su muerte, se apilan cinco cadáveres. Los cadáveres que Cosima se ha encargado de cazar.

Esta semana nos ha servido a todos de casería, de eliminar a nuestros enemigos uno a uno. Los gemelos Blackwolf junto a sus padres han llenado de sangre todas las calles de España, Mateo y Carissa han desperdigado el caos por todo Colombia. Cameron lo ha hecho en Estados Unidos, y nosotros hemos teñido a Rusia de rojo.

Cosima es implacable, Nikolai y Ekaterina no tienen piedad con los cuerpos que desmiembran y unen a su macabra colección.

Las pocas familias que aún siguen vivas ya saben que vamos por ellos, intentan protegerse, resguardarse, aun cuando saben que nada de eso podrá salvarlos. No importa a cuántos ejércitos debamos derribar ni cuantos muros tengamos que romper, llegaremos a ellos. Serán solo unos cuántos cadáveres más a nuestra lista. Un poco más de sangre que manchará nuestras manos.

Una prueba más de que no deben meterse con nosotros.

Observo fijamente a las tres personas que mantengo atadas. Una familia completa, que bonito.

— Dieth — lo llamo.

Camina hacia mí, su brazo está vendado en algunas partes, debería usar un cabestrillo, pero se reúsa.

— ¿Señor?

— Encárgate de ellos. La misma muerte que los demás.

Los ojos de Dieth quedan fijos en el adolescente que está atado junto a sus padres.

— Ellos no tuvieron piedad cuando atacaron la academia de baile, pudieron haber herido a Kalle — gruño — No tengas piedad tu tampoco.

— Sí, señor.

Me alejo de los sótanos, subiendo las escaleras con los gritos comenzando a resonar tras de mí. En otras instancias, me hubiera encargado personalmente de matarlos. Sin embargo, cuando Cosima asesinó a esos cadáveres, terminó subiendo de manera apresurada escaleras arriba.

Sé que aún esas transiciones entre una personalidad y otra la alteran, quiero asegurarme de que esté bien.

Una parte de mi cabeza no deja de molestarme, alegando que en el pasado jamás hubiera renunciado a encargarme de alguna victima con mis propias manos. Que me indica que preste atención a todo esto, porque mi situación con Cosima se me está saliendo de las manos.

La hice matar a todas las personas que capturó. Y lo hizo, liberó a sus demonios. Los cuales deben estar consumiéndola en este momento.

Subo las escaleras de dos en dos, intento regular mis pasos, pero algo dentro de mí me impulsa a ir cada vez más rápido, hasta que llego a su habitación en mi mansión, aun cuando esta semana sólo ha dormido conmigo.